Cap. 39 Part. 2 Fin (+21)

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Parte 02

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El felino sacó de uno de sus cajones un instrumento punzocortante y lo posicionó frente a mis ojos con el fin de atemorizar mi golpeada estabilidad.

—¿Vas a torturarme? —enfrenté, a pesar de encontrarme inmovilizado únicamente de brazos.

¿Tan mal me veo como para fiarse de mí?

Posó la lámina de acero a la altura de mi cuello mientras me miraba fríamente—. Experimentarás la agonía antes de tu muerte.

El frío metal escarapeló mi piel, pero la sensación cortante de la punta del cuchillo impactó en mi organismo. El dolor era insuperable.

Ladeé mi cabeza hacia un costado y encorvando mi cuerpo quebré cualquier contacto, percibiendo únicamente el calor de mi sangre recorrer por mi pecho. Aunque no haya sido un corte profundo, si fue bastante amplio.

—Si quieres matarme hazlo de una vez —hablé entre dientes para luego hacer una pausa y proseguir con mi jocosa personalidad—. Olvidaba que eres un gato, que juega con su comida...

Buscaba herir su susceptibilidad.

—¿Qué? ¿Cómo se te ocurre ningunearme?

Bingo.

—Eres una porquería —no se detuvo—. Un sucio ladrón —increpó, sacando a relucir el principal conflicto que tuve con él muchos años atrás—. ¿Así son todos los zorros?

Ese tipo de comparaciones no obtienen valor para mí, pues he logrado vivir bajo los prejuicios impuestos por la sociedad y debo admitir que me ha ido muy bien con el emprendimiento que comparto con Finnick.

—Si dices que somos así, ¿qué haces confiando en Campbell?

Quedó mudo.

—Tu interés te permite discernir según tu conveniencia, ¿no es así? —al termino de mi dicción me estampó el mango del cuchillo contra la sien, desestabilizándome.

—Te haré lamentar cada segundo de tu miserable vida —murmuró lo suficiente para dejarse escuchar—. Desearás no haberte cruzado por mi camino.

Aun turbado por el golpe, oí perfectamente sus planes en contra de mí.

Esta vez no armé frase alguna, pues sería una clara invitación a maltratar mi físico, sabiendo que podría tener una coneja expectante a unos pocos metros y no tenía la intención de que ella se viera involucrada.

Aun con la cabeza gacha, procuraba no hacer contacto visual para no enfurecerlo.

Sin decir una palabra, sujetó firmemente la empuñadura. Meditando su próximo movimiento, levantó el brazo lentamente; pero antes de que pudiera dirigir el puñal hacia mí, liberé la fuerza que había estado conteniendo y contrarresté su ataque con una patada, socavando su juicio.

El movimiento generó que Tailderson pierda el control sobre mí por lo que terminó liberándome inconscientemente, sin embargo, su rápida reacción fue desenfundar su arma y apuntarme.

Me encontraba en medio de ambos a una distancia significativa por lo que cualquier movimiento en vano podría costarme caro.

—¡Mátalo! —demandó Clawman, que a simple vista pude comprobar que se encontraba desarmado.

Únicamente atiné por quedarme quieto, pensando qué hacer y por mucho que lo intentará me encontraba en desventaja.

Repentinamente una sigilosa coneja se posicionó tras del lobo jalando la mirada del felino quien actuó tarde, pues ella ya tenía sometido a su colega después de aplicarle una zancadilla.

Instinto Erótico {Nicudy}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora