Luchando por tu amor

Capitulo 15

Capítulo 15
La noche caía y estaba encerrada en mi habitación mientras portaba un vestido azul obscuro. Mire el reloj por enésima vez intentando no ponerme nerviosa en el intento.
Estaba decidiendo en ir, o no ir, mi cabeza estaba hecha un lio desde hace más de 5 horas, acorde con Harry el amigo de Rubén en que lo pensaría y después le marcaria por teléfono. La fiesta comenzaba a las 7 y eran las ocho y media y yo no sabía que hacer Jaydeen, Wendy y los gemelos se encontraban también ahí.
Las fiestas de las fraternidades, siempre quedaban en caos es por lo que tampoco quería entrar en un lagar así. Aparte de que no quería ver a Rubén, no quería ver como besaba a esa chica, seguramente ya eran pareja oficial. Y si me estaba mirando seria peor. No lo soportaría.
Mi teléfono celular sonó en ese momento y me apresure a contestar colocando el aparato en mi oreja derecha.
—Hola Mayra—añadieron justo del otro lado de la línea.
—Hola Harry—respondí.
—¿Qué paso? Estoy afuera de tu casa desde hace más de 15 minutos.—añadió.
El aire se me salió de sopetón de los pulmones como si me hubieran atestado una patada en el estómago.
¡Que!
Salí corriendo hacia el balcón y me asome a la ventana, enfrente de la casa había un auto de marca y mis nervios aumentaron.
—Lo siento Mayra, al parecer tu querido Rubén me obligo a llevarte, y si es posible llevarte a la fuerza.—respondió mientras lanzaba un bufido.
—¡Pero no quiero ir!—chille
—Ya lo sé. Pero si no vas el vendrá por ti. —agrego.
—Dile que se valla al demonio. No somos nada como para que me esté dando órdenes.—agregue visiblemente enfadada.
—¿Porque no se lo dices tú?—pregunto.
—No quiero verlo—añadí.
—Solo ve y ya. Es más ignóralo, eso le dolerá mas.—agrego con diversión.
—¿Enserio?—añadi curiosamente.
—Rubén es una de esas personas que no soporta que alguien lo esté ignorando, y déjame decirte que tú lo sacas de sus cabales. Se pone de mal humor cuando lo dejas hablando solo, o ni le haces caso—agrego divertido.
—Se lo merece por idiota—agregue.
Harry soltó una carcajada y yo también sonreí.
—Está bien, iré pero no le digas nada—agregue al final y baje las escaleras.
—Cuenta con ello. —respondió y colgó.
Salí al exterior y entre al auto sin decir nada. Harry arranco el motor y nos fuimos.
La fraternidad estaba adornada con luces blancas varios estudiantes se encontraban ahí mismo y también había muchos autos estacionados ahí, salimos del auto y rápidamente camine hacia la entrada con los nervios de punta y el corazón latiéndome a mil por hora. Necesitaba escapar, quería irme, pero tampoco quería ser gallina una mano se posó en mi espalda baja y me empujo ligeramente hacia la entrada.
—Quédate cerca y no te adelantes.—sugirió Harry.
Asentí sin decir nada y entramos.
Dentro había una masa de gente por todos lados y la música sonaba a todo volumen taladrándome los oídos, nos adentramos dentro de la casa y llegamos a empujones hasta una pequeña esquina en donde estaban los amigos de Harry, ellos al verme sonrieron.
—¡Valla! Llego la manzana de la discordia—agrego el moreno.
Le dedique una mirada de mal gusto y él se rio.
—Es broma.—respondió palmeándome el hombro. Louis llego junto a mí y me plato un beso en la mejilla al igual que el rubio.
—Tus amigos están en la pista de baile—añadió Niall.
—Gracias por el dato—agregue nerviosa.
—No estén nerviosa. No te pasara nada mientras el león no esté al asecho. —agrego el chico que se encontraba junto al moreno.
—¿Qué?—pregunte confundido.
—Que no te pongas nerviosa mientras Rubén no te esté observando.—repsondio Niall.
—Ah—añadí. —¿Esta con ella verdad?—respondí al pasar mi mirada por toda la multitud.
—Si.—agrego Louis.—Peor no te quitara la vista de encima por ningún momento. La rubia lo tiene harto.
Rodé los ojos al cielo.
—Pues yo veo que se siente muy a gusto con ella. —agregue con sorna.
—Son tus celos—añadió el moreno.
—No estoy celosa—añadí entre dientes.
—¡May!—gritaron atrás de mí y después Wendy me rodeo con sus brazos.
—Hola—agregue.
Formamos un semicírculo y comenzamos a hablar de cosas triviales, el mal humor se me había esfumado y había olvidado por completo la presencia de Rubén en este lugar.
—Oh ya iniciaron la fiesta sin mí—agregaron atrás de mis espaldas.
El pulso se me disparo y las manos me templaron.
No voltees, no voltees.
—Disculpa es que supongo tienes otros asuntos más importantes que atender—agrego Louis divertido.
—Nada es mejor que pasar la noche con mis mejores amigos.
—¡Que hipócrita eres Gómez!—agrego el moreno soltando una carcajada.
—¡Idiota!—agrego Rubén mientras se colocaba a mi lado.
—¿Ya te deshiciste de la rubia?—pregunto Harry.
—Esta con su hermano—agrego él.
—Oh ya. —agrego él.
Mire a Wen quien se encontraba tomando un vodka, me sentía incomoda rodeada de tanto hombres y escuchar sus conversaciones tontas era lo peor. Jessy bailoteaba de un lugar a otro y hablaba con cualquier chico que se le ponía enfrente. En ese momento llego Jaydeen con pastel embarrado en la frente y de mal humor.
Le sonreí con diversión y juro que casi me atesta un golpe.
—¡No abras la boca Rivera!—me grito y lance una risita.
Lo observe limpiándose el pastel de la frente, y después se acercó hacia mí, empujando a Rubén.
—¡Fue lo peor!, te cuento después— y fue por un vaso de vodka a la mesa.
—Creo que conduciré yo esta noche—agregue mientras miraba a Wendy y Jaydeen comenzar a tomar.
—Las mujeres son peligrosas al volante—agrego el moreno.
—No si eres precavida—respondí volviendo a mirarlo mal.
El alzo las manos en señal de disculpa y rio.
—¿Hay un baño?—pregunte.
—Arriba a la derecha—agrego Niall señalando hacia arriba.
—Acompáñala Harry no quiero que le pase nada—agrego Rubén.
—Se cuidarme sola—respondí como niña pequeña.
El rio.
Lo ignore y me encamine hacia las escaleras con Harry pisándome los talones. Este idiota que se creía, no necesitaba su ayuda, no necesitaba su preocupación. No necesitaba nada que viniera de él.
Iba con la mirada hacia el frente y subí las escaleras de mármol, al llegar al último escalón tropecé con él y caí al suelo. Rápidamente un chico de cabello largo y ojos color avellana se acercó a ayudarme.
—¿Estas bien?—pregunto suavemente mientras tomaba mi brazo,
—Si—inquirí con vergüenza y me levante.—Busco un baño.—agregue.
—A la derecha—agrego sonriéndome.
Le sonreí. Era guapo.
—Gracias—agregue y me encamine al baño.
Poco después salí y vi que el chico seguía ahí mismo, eso no era todo Harry estaba recargado en la pared y lo miraba fulminante. El chico me miro y se acercó a mí.
—Hola—añadió.
—Hola—respondí.
—Permite me presentarme, soy Robert Avellanet.—agrego mientras tomaba mi mano y depositaba un suave beso en ella.
Abrí los ojos sorprendida por su acción.
—Yo soy Mayra Rivera—agregue.
—Ah es un placer conocerte—agrego con sutileza —Bueno me tengo que ir, espero verte por ahí—respondió y luego me guiño el ojo para luego desaparecer por el pasillo contiguo.
Harry se acercó a mí y no dijo nada, ambos bajamos y nos volvimos a encontrar con los chicos, para variar Rubén seguía ahí.
—Oigan—agregue.
Todos me miraron.
—¿Conocen a un tal Robert Avellanet? —pregunte, y observe de reojo que Harry abría los ojos como platos.
—Uy es un narcotraficante—bromeo Louis.
Todos nos quedamos en silencio y Louis dejo de reír.
—Es el hermano de Katya Avellanet, la chica rubia—agrego el moreno.--¿Lo conoces?—pregunto.
—Lo acabo de conocer—agregue.
Rubén concentro su vista en mí.
—¿Qué?—agrego. —¿Te hablo?—pregunto.
Asentí con la cabeza.
—Es raro que le hable a chicas como tu.—respondió.
—¿Disculpa?—respondí con molestia
—No te enojes, ni pienses mal es que ese tipo no es un muy buen chico que digamos. —agrego Zayn.
—¿A qué te refieres?—pregunte.
Sentí el brazo de Rubén tomándome por la cintura y me acerco a él.
—¿Es malo?—pregunte. —Se ve un tipo súper buena onda, se comportó muy caballeroso.
Todos se regresaron a mirar.
—Y se repite la misma historia—respondió Niall
—¡Me van a decir!—respondí molesta.
—Bueno—agrego Rubén—Yo no le dire, tu encárgate Zayn—agrego Rubén.
—El tipo es el que se encarga de distribuir la droga a los estudiantes de la universidad.
La sangre se me bajo a los pies. Y juro que casi grito.
—Oh mierda—respondí.
Sentí los brazos de Rubén a mí alrededor, pero sabía que estaba en peligro.