Capítulo 19
Después de salir de mi última clase, me disponía a ir a la cafetería por un cupcake, no había ingerido nada desde el altercado y ahora me moría de hambre.
Al salir del establecimiento, me dirigí hacia la salida para tomar el autobús, de repente unas manos se clavaron en mi cintura y me empujaron contra la pared para después capturar mis labios.
Abrí los ojos de sorpresa y después se separó mientras suspiraba.
—¡Porque siempre te escapas de mí!—añadió mientras sonreía de oreja a oreja.
Abrí la boca para responder, pero después la cerré. Su acción me había dejado sorprendida, mire a mí alrededor para ver si no había nadie más y quede satisfecha al ver que solo éramos los únicos que estaban en el jardín.
---¿Por qué haces eso?—pregunte
—¿Qué?—añadió haciéndose el desentendido
—¡Eso!—añadí mientras lo empujaba ligeramente hacia atrás.
—¿Esto?—pregunto para luego volver a capturar mis labios con los suyos, después de unos instantes nos separamos y agache la cabeza ligeramente avergonzada.
—No deberíamos estar haciendo esto—añadí mientras comenzaba a caminar.
—Tal vez. Pero no puedo evitarlo.—respondió mientras tomaba mi mano.
Trate de zafarme de su agarre.
—¡Rubén no!—me queje
—Oh preciosa ¡No te voy a soltar!—añadió riendo.—Por cierto tenemos que hablar.
—No puedo, tengo que ir con mi familia. —añadí
—¡Que hogareña!—añadió burlón
Lo mire con molestia.
—¡Ya suéltame!—casi grite
—No—añadió— pues sabes que, dirás que tienes que hacer un trabajo y que tu reunión familiar se pospondrá después.
—¡Jamás!—añadí—no voy a salir contigo.
—¡Mayra por favor!—suplico
—No mil veces no—añadí cerrando los ojos.
—Porque eres así conmigo, ¿Qué te he hecho?
Simplemente me haces sentir cosas que jamás había sentido y te has metido tanto en mi cabeza que es difícil que deje de pensar en ti y me da miedo. En pocas palabras me tienes en las nubes con tu estúpida sonrisa y tus estúpidos ojos que son tan hermosos.
—¡Nada!—añadí enojada.—Ahora déjame en paz.
Caminamos en dirección a la parada de autobús.
—Antes déjame llevarte a tu casa—añadió-
—¿Por qué?—pregunte
—¿Quieres que otra rubia loca te ande amenazando por ahí?—añadió enarcando una ceja.
—No—balbucee
Sus ojos brillaron y se acercó a mí lentamente, depositando un beso en mi frente, cerré los ojos mientras suspiraba y su olor se impregnaba en mis fosas nasales, las piernas me temblaron y los vellos de mi piel se erizaron mientras sentía sus labios sobre mi piel.
—¡Oh Mayra!—susurro.
Lance un largo suspiro y en ese instante me acerque a él y lo abrace con fuerza enterrando mi rostro en su pecho.
Sus músculos se tensaron, y paso sus brazos por mi espalda mientras colocaban su mentón en mi cabello y lo acariciaba una y otra vez con dulzura.
¿Por qué simplemente no me iba corriendo de ahí?, ¿porque quería abrazarlo?,¿Por qué no lo soltaba?
Sus brazos alrededor de mi cuerpo, me hicieron sentirme más segura y tranquila, en paz, me hicieron sentirme protegida.
Pasaron varios minutos hasta que rompí el abrazo.
—Sera mejor que te lleve a casa.—añadió sonriendo.
Parpadee visiblemente deslumbrada al ver su sonrisa.
—Claro—añadí sin aliento.
Entramos al auto y el encendió el motor.
—Gracias por llevarme, no hacía falta. —añadí.
Él sonrió de lado mientras maniobraba para salir del estacionamiento. Una vez en la carretera.
—¿Te puedo preguntar algo?—añadí unos minutos después.
—Claro—añadió.
—¿Cuántos años tienes?—pregunte
—¿De cuántos me veo?—añadió mirándome
—Veinticinco—respondí rápidamente
El hizo una mueca divertida.
—Casi le atinas—añadió sonriendo—Tengo 20
—¿¡Que!?—Añadí sorprendida—¡Enserio!
—Enserio, puedes preguntarle a Harry o a Louis.
—Es que… bueno estas alto, aparentas más edad.
—¿Te llaman la atención los chicos altos?
—Si pero, a tu lado yo soy un Minion—añadí.
El rio.
—¿Tu cuántos años tienes?—pregunto
—Veinte—añadí muy obvia.
—Tú te ves más pequeña.—añadió
—Lo sé—añadí mientras enredaba un mechón de mi cabello en mi dedo índice.—Entonces eres boxeador.—agregue.
—Así es muñeca.—añadió sonriendo
—¿Y tú vas a peleas durante toda la semana?—pregunte curiosamente.
—No, depende. Eso sí entreno demasiado. —comento
Vaya. Eso explica los músculos.
—¿Y cuándo peleas?—pregunte curiosamente.
Él se relamió los labios y me miro con las cejas alzadas.
—¿Por qué te interesa tanto? ¿A caso quieres verme en el Ring?—añadió con una sonrisa.
—Pues simplemente… quise saber—añadí nerviosamente
—Oh—respondió el y después esbozo una sonrisa mientras miraba hacia el espejo retrovisor. —Para que no estés de curiosa—añadió minutos después atrayendo mi atención—Que te parece si te invito a cenar.
Abrí los ojos como platos mientras el cuerpo se me helaba y lo mire con dejo de incredulidad.
—¿¡QUE!?—casi grite
—¿Qué?—añadió mirándome confundido—¿No te gusta la idea?
—No es que…—balbucee —es que apenas si te conozco—admití
—No te voy a secuestrar Mayra—añadió rodando los ojos.
La respiración se me atasco en la garganta al momento en el que pronuncio mi nombre, se oía tan bien en su voz aterciopelada.
—Es que no puedo—añadí.
—¿Por qué?—pregunto
—Porque…porque…porque…
De pronto su mano tapo mi boca.
—¡No digas nada! Estas intentando huir y no te lo voy a permitir. Me escuchaste. —añadió mientras su mirada se volvía penetrante. Lo mire por unos segundos para después apartar la mirada.
Sacudí la cabeza de un lado a otro y el hizo su mano a un lado.
—¡No estoy a tu servicio, ni soy nada tuyo como para que me estés diciendo lo que tengo que hacer!—añadí enojada
—Siempre lo haces cariño—añadió mientras apartaba delicadamente un mechón de mi rostro y pasaba sus dedos por mi mejilla poniéndome la carne de gallina. Trague duro mientras depositaba un suave beso en mi mejilla, y su aliento mentolado chocaba contra mi rostro.
Agache la mirada mientras la cabeza me daba de vueltas.
¡Solo aléjate! ¡Aléjate por favor!
—Invades mi espacio personal—añadí tratando de sonar lo menos grosera posible.--.¡Estas manejando! ¡Quítate de encima y concéntrate en la carretera!
El rio mientras se alejaba.
Y entonces me arrepentí de haberle dicho eso. Porque una sensación de vacío me invadió al no tenerlo cerca. Pero me quede en silencio.
Durante el trayecto a mi hogar no volvió a acercarse a mí, por un lado estaba aliviada y por el otro lo añoraba.
—¿Podrías dejarme una cuadra antes?—pregunte para romper el silencio—añadí tímidamente.
—Por supuesto amor—añadió con dulzura.
Gire la cabeza de golpe y lo mire asustada.
—¿¡QUE!?—añadí tontamente, mientras mi estómago se revolvía.
‘’Te dijo amor’’—añadió la vocecita en mi interior.
De repente estaciono el auto y se inclinó hacia mí.
—Entonces…¿Saldrás conmigo?—pregunto mientras sus ojos se desviaban hacia mis labios y una sonrisa enmarcaba su rostro.
Parpadee varias veces visiblemente deslumbrada, era como un ángel.
Asentí varias veces con la cabeza mientras lo miraba.
Su sonrisa se ensancho y de repente tomo mis manos entre las suyas y deposito un suave beso en ellas. Lo mire sorprendida mientras mis ojos se llenaban de lágrimas.
‘’¿Por qué eres así?’’—quise decirle
Mis manos se encontraban enroscadas, presa de la curiosidad abrí mis manos para después posar cada una en sus mejillas, su piel suave y lisa como el mármol mando descargas eléctricas por todo mi cuerpo. Lo sentí estremecerse y cerró los ojos mientras entreabría sus labios y lanzaba un largo suspiro.
Las ganas de besarlo se apoderaron de mí y luche para resistir ese impulso.
—Te parece que nos veamos a las siete—añadió mientras entrelazaba nuestras manos.
—Aja—añadí débilmente mientras sus manos se posaban sobre las mías y en ese instante retiraba mis manos de su rostro. Y lo miraba fijamente. —Tengo que irme—añadí.
Él se llevó las manos al cabello y luego movió la cabeza de un lado a otro.
—Lo que menos quiero es que te vallas.—añadió
—Calma don desesperado ya me veras en la noche—respondí sonriendo
Sonrió y después baje del auto, pero yo tampoco quería irme.
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Luchando por tu amor
FanfictionAutora: Fernanda Cuecuecha. Todos los derechos reservados.℗ Nada de lo que sucede en la historia es real. Es meramente Ficción. Se prohíben las adaptaciones de esta historia sin el consentimiento de la autora. ¡Di no al plagio!