Capitulo 20

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Capítulo 20
Sentía que las cosas estaban fluyendo demasiado rápido, pero era todo culpa de él. Justo a las 7:00 de la noche salí de casa, enfundada en un pantalón de mezclilla azul y una blusa roja con chaqueta y botas blancas, mis padres habían salido; punto para mí.
Al cerrar la puerta y darme la vuelta el auto de Rubén estaba en el asfalto y el recargado sobre el con las manos metidas en los bolsos de su chamarra de cuero negra.
Al verme lanzo una sonrisa en mi dirección y me quede estática en mi lugar dudando si sonreírle o no, después de contemplarlo por unos instantes me acerque lentamente a su altura.
—Hola—bisbisee
—Hola preciosa—añadió sonriendo de lado.
Tome aire y desvié la vista por unos instantes para después mirarlo.
—¿Nos vamos?—pregunte
El frunció el ceño y después abrió la puerta de copiloto, y subí.
—¿Por qué tanta prisa?—pregunto una vez que encendió el motor y me colocaba el cinturón de seguridad.
—Tengo tarea—replique mientras me acomodaba en el asiento.
—¡Que buena excusa!—añadió sarcástico.
Le dedique una mirada furibunda.
—Bueno no me creas. Después te voy a dejar que tú la termines— replique mientras miraba hacia la ventanilla, llevaba un saco de color negro, con una camisa de manga larga y vaqueros azul claro. A decir verdad se veía muy bien, lejos de las chamarras de cuero y su aspecto rockero, verlo vestido de este modo un nodo que tenía en el estómago se empezaba a hacer más grande.
—¿A dónde quieres ir?—pregunto el mientras mantenía su vista fija en la carretera.
—¿A dónde quieres llevarme?—respondí imitando su tono de voz
Se detuvo en un semáforo en rojo y me miro sonriendo.
—A las estrellas, a la luna, a donde quieras, a donde solo puedas estar conmigo.—pude notar un poco de nerviosismo en su voz.
Una bola se formó en mi garganta y las ganas de llorar comenzaban a mermar, trague un poco para disminuirla.
—¿Por qué dices eso?—respondí en un susurro angustiado.
—A caso no entiendes que estoy enamorado de ti. —añadió calmadamente, como si fueran lo más natural del mundo.
Mis ojos revolotearon por la estancia sin atreverme a mirarlo, temor, angustia, felicidad, miedo, ganas de salir corriendo me invadieron en ese instante.
—No sabes lo que estás diciendo.—respondí
—¿Por qué?—respondió.-- Me quede en silencio—¿Por qué?
—No puedo decírtelo—respondí sinceramente.
Si mi padre se enteraba que en estos momentos estaba saliendo con un chico como el me mataría. Era muy posesivo conmigo, perdía los estribos fácilmente y podía llegar a límites insospechados. Ya había perdido la cuenta de cuantas veces había golpeado a mi mamá en alguna discusión, a pesar de que mis padres tenían más de 25 años juntos su relación no era la más sana pero mi mamá lo amaba con locura a pesar de lo que hacía. Y no me quedaba más que aguantar todo lo que pasaba en casa. Mi padre era un machista y sobreprotector de mierda. Jamás me había golpeado pero esta era la razón por la que no podía estar con un chico como él.
—Mayra—añadió suavemente sacándome de mis cabales.
Lo mire a los ojos, ni siquiera me había dado cuenta que tenía ojos azules. Lucia sereno y tranquilo.
—Es la primera vez que me pasa esto, y te aseguro que ya estoy harto, pero el hecho de verte con alguien más que no sea yo me enferma. No sé lo que has hecho conmigo, pero quiero hacerte pagar por ello—añadió sonriendo dulcemente.
—¿C-como?—pregunte.
Su mirada brillo con intensidad.
—Te quiero para mí—añadió con voz ronca.
Mi mandíbula se apretó con fuerza.
‘’ Oh No, no, no ,no’’
—Y te aseguro—respondió— te aseguro que caerás. No sé como pero lo harás—añadió con firmeza.
Pude observar un destello de seguridad en su voz y la piel se me puso de gallina, me quede en silencio mientras sus palabras hacían eco en mi cabeza.
—¿Tan seguro estas?—añadí como niña pequeña mirándolo.
Él se acercó lentamente y tomo mi mentón entre sus dedos índice y medio obligándome a mirarlo a los ojos.
—¿No me crees capaz de hacerlo?—pregunto desafiante.
Cerré los ojos mientras su aliento mentolado chocaba contra mi rostro, me quede estática en mi lugar y el silencio reino en el auto.
Entonces sus labios chocaron contra los míos, tomo mi rostro entre sus manos y con sus pulgares trazo pequeños círculos en mis pómulos mientras un gruñido salía de su garganta. Suspire mientras mis labios se movían al compás de los suyos en una danza interminable. Nos separamos por falta de aire y su nariz rozo con la mía.
—Te amo Mayra—susurro cerca de mi oído.
Mordí mi labio para ahogar un grito.
‘’Yo también te amo’’—pensé en mi interior.
No respondí, sin embargo el siguió conduciendo, se estaciono en un restaurante de comida china y bajo para después abrir mi puerta y tenderme la mano.
—Gracias.—respondí mirándolo.
—Por nada —añadió mirándome con una sonrisa.
Entramos al lugar, Rubén pidió una mesa en la terraza del lugar, el clima estaba muy bien y no necesite ponerme la chamarra la deje colgando en el respaldo de la silla, Rubén arrimo la silla para que pudiera sentarme y agradecí el gesto, era demasiado caballeroso y eso me hacía sentir especial y emocionada.
El mesero nos trajo la carta y después se marchó, rápidamente tome la carta y me oculte detrás de ella para que el no pudiera ver la sonrisa que se me había formado en el rostro, después de revisar el menú varias veces me decidí por el clásico arroz chino con camarones y un pollo con verduras estilo oriental. El por su parte pidió arroz chino y pollo a la naranja.
Después de que ordenáramos me quede mirando el exterior, la terraza daba una buena y mágica vista de Nueva York, desde aquí podías ver la ciudad completamente iluminada, las estrellas alumbraban el firmamento y la luna brillaba con intensidad esta noche.
—Que linda vista—añadí sonriendo.
—¿Te gusta?—pregunto el
—Me encanta—añadí emocionada
El me sonrió con dulzura, para después acariciar mi mano con dedos trémulos, mire nuestras manos y suspire. La carne se me puso de gallina con solo sentir su piel cálida, sobre la mía.
‘’Si supieras todo lo que me haces sentir con solo tocarme’’—Quise decirle.
—¿En qué piensas?—pregunto.
—En algo sin importancia—añadí agachando la mirada y sonriendo levemente.
El abrió la boca para responder pero después la cerró. Luego me miro impasable. La cena transcurrió normalmente, el por su parte de vez en cuando me sonreía y no dejaba de mirarme, al final cuando estábamos ya dispuestos a marcharnos un señor se acercó con un arreglo gigantesco de flores y me le quede viendo como tonta.
—¿Qué se le ofrece? —pregunte
—Me pidieron que le viniera a entregar este arreglo—contesto sonriendo mientras lo depositaba en la mesa que por cierto abarcaba casi toda la mesa.
—Pero yo no he encargado nada—murmure incomoda.
—Oh no se preocupe; los gastos están cubiertos—añadió para luego marcharse.
Fruncí el ceño y mordí la parte interna de mi mejilla, mientras miraba a Rubén, el arqueo las cejas he hizo una mueca divertida.
—¿Quién diablos me mando esto?—añadí para mí misma.
—Porque no lo revisas—su voz ronca llego a mis oídos.
Mire a mi alrededor, la poca gente que se encontraba ahí nos miraba con curiosidad, dirigí mi vista al detalle quien quiera que haya sido fue amable de su parte, pero un poco raro y misterioso, las rosas blancas expedían un olor exquisito y sonreí.
—¿Te gusto?—pregunto Rubén.
Pude detectar en su voz una pizca de emoción.
—Está muy lindo—añadí sonriendo, para después posar mi vista en un papel que sobresalía entre los tallos.
—Oh mira una nota—agregue mientras la tomaba entre mis dedos y la desdoblaba.
‘’Quiero decirte que esta noche ha sido magnifica, Mayra gracias por haber aceptado. No sabes lo feliz que me haces cuando estas a mi lado. Pequeña vete preparando porque vienen muchas aventuras más.
Espero que te haya gustado este pequeño obsequio, quiero que sepas que eres una chica maravillosa. Te amo más que nada en este mundo. Ahora que esperas ¡Bésame ya!.’’
Deje la nota en la meja y cubrí mi rostro con las manos mientras mis mejillas se tornaban de un color carmesí.
¿Por qué no me di cuenta de que él había hecho todo esto?
—Oh dios—mi voz salió temblorosa debido a la emoción.
Él sonreía efusivamente y unas arrugas se formaron en sus mientras su hoyuelo se marcaba, su mirada brillo y me causo ternura.
—¿Te gusto?—pregunto mientras sonreía.
Asentí con la cabeza, entonces él se levando y me tomo de la mano para luego pasar sus brazos por mi cintura y alzarme en vilo, enrosque mis brazos alrededor de su cuello y me dio una vuelta mientras reía un poco.
—Gracias, jamás pensé que fueras a hacer esto, es..-añadí mirando el arreglo sin podérmelo creer—es increíble—agregue para después mirarlo a los ojos.
—Me alegra que te haya gustado—añadió mientras acariciaba mi mentón, lo mire en silencio y poco después relamió su labio.
—Bueno será mejor que nos vayamos—añadí mientras miraba mis zapatos.
¡Tonta! ¡Bésalo ahora!—me reproche.
El suspiro para después tomar el arreglo con un brazo y tomarme de la cintura con el otro,
Salimos del establecimiento y el me soltó para luego buscar sus llaves y desbloquear su auto, abrió la puerta trasera y metió las flores, luego cerro para quedarse ahí parado.
--Rub—susurre tratando de llamar su atención.
El arqueo la espalda y se dio la vuelta lentamente para después posar sus ojos en los míos. A pesar de tener lentes de contacto su mirada era hechizante, parecía como si miraras al cielo y te diera una calma y nervios al mismo tiempo, era tan bonita.
El viento alboroto sus cabellos color caramelo de un lado a otro, su rostro emanaba una tranquilidad increíble, tomo mis caderas y me acercó a el lentamente, el aroma varonil que desprendía lleno mis fosas nasales mandando olas de emoción por mi cuerpo y erizando m piel.
Y entonces me abandone a el porque lo quería y esta vez no había nada que podía detenerme, solo éramos él y yo.
Lo bese con fervor, como si fuera el mayor premio que podía haber obtenido en esta noche. Ahora no podía pensar en nadie más que en él y el cálido sabor de sus labios contra los míos.

Luchando por tu amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora