✧Erotic night - minsung✧

Capitulo II (Editado)

"No sobrevivió"

"El impacto fue demasiado fuerte"

"Lo siento mucho"

"Él hablaba mucho de ti"

Jisung despertó agitado, sentía su cuerpo todo sudado y su cuerpo caliente, aquellas frases eran lo único que recordaba a la perfección de su sueño, aunque aún tenía pequeños recuerdos, como imágenes, era lamentable el que no pudiera recordar con seguridad que eran. El omega llevaba años con estas "pesadillas" y siempre al despertar recordaba lo mismo que la noche anterior.

Si lo soñaba tan seguido, pero no recordaba nada, entonces, no importaba ¿Verdad?
Ya habían pasado dos días desde aquella erótica noche, el día siguiente fue caótico para Jisung, porque al despertar el chico ya no estaba y podía recordar su toque, su voz y su aliento chocando contra su cuello mientras se estremecía, pero no recordaba para nada su rostro y mucho menos que lo había llamado por su nombre.

Quería olvidar al alfa y a esa noche, pero cada cosa que hacía lo recordaba a él y su aroma aún estaba en sus almohadas.
Pensó muchas veces durante esos dos días volver al bar, pero no porque quisiera a otro alfa, si no porque quería encontrar a aquel que no salía de su mente.

Mientras terminaba de ordenar la sala miró hacia el pacillo y pudo ver la puerta de la habitación de sus padres al fondo de esta. La puerta era blanca, aunque se podían ver marcas de colores sobre esta que había hecho Jisung con lápices cuando pequeño, hace meses que la manilla de esa puerta no era tocada por nadie, pero Jisung decidió acabar con eso, se levantó de donde se encontraba sentado y comenzó a caminar, sus pasos eran pesados y hacían que todo el suelo rechinara, escuchaba su propia respiración, lenta pero sonora y débil, sus ojos ardían, pero no estaba llorando ni sentía ganas de hacerlo.

Cuando el omega llegó a la puerta, miró sus manos y puso una mueca como si estas estuvieran sucias, sus pies comenzaron a sentirse fríos y ahora si caían lagrimas de sus ojos sin control, ¿En serio creía que podría? El omega aún se sentía demasiado indefenso y pequeño cuando se acercaba a aquella habitación, algo dentro de él le decía que no entrara y también algo dentro de él le repetía que lo hiciera porque ahí encontraría la respuesta de sus constantes sueños.

Estaba a punto de abrirla con sus manos temblando y su vista borrosa amenazando con que mas lagrimas caerían sobre su camisa recién planchada, a tan solo segundos de tocar el frio objeto, su celular comenzó a vibrar, haciéndolo retirar su mano y contestar.

Contestó sin mirar quien era, pero no le importó al escuchar la voz de su mejor amigo al otro lado del teléfono, hablaron durante un par de horas, aunque Jisung solo le prestó atención a la mitad de las cosas que su amigo dijo, ya que aún seguía mirando aquella puerta con intriga y miedo.

Changbin le ofreció quedarse algunos días en su casa para que lograra despejarse, los padres del mayor llegaban en 4 días a su casa, por lo que el menor tenía el tiempo suficiente como para desahogarse en esos días con su amigo y luego largarse.

En este momento iba en el auto del rubio, camino a su hogar. Movía repetidas veces sus piernas de arriba abajo sin sentir el control de estas, hace mucho tiempo que no estaba en aquel lugar.

—Perdón si Minho te molesta, estos días de verdad que anda insoportable, a penas ve a un omega sale corriendo hacía él como si fuera una presa —Advirtió el mayor.

–No te preocupes, Binnie, estaré bien, no soy presa fácil– el menor soltó una carcajada al ver como su amigo lo quedó mirando algo extraño luego de su comentario.

Luego de unos minutos ambos llegaron a su destino, no había nadie en el hogar así que entre los dos llevaron sus cosas hacia la habitación de invitados, Jisung estaría ahí solo tres días, pero sentía la necesidad de llevar muchas cosas "por si acaso".

El estar en esa casa le provocaba una sensación rara en su pecho, no sabía bien que era, solo sabía que no era algo positivo, y eso lo confundía aún más, todos sus recuerdos allí eran felices, no habría razón para sentirse mal en un lugar del cual solo recuerda momentos donde reía.

Ambos omegas se encontraban sentados en el sofá de la sala viendo una película romántica que les habían recomendado, mientras esperaban a las dos personas que faltaban en la casa.

El primero en llegar fue Felix, quien al ver a Jisung corrió a abrazarlo con una sonrisa radiante en su rostro.

Para Felix el amigo de su hermano siempre había sido su ejemplo a seguir y le tenía demasiado cariño desde que tenía memoria, Jisung era como un hermano más para él. El mayor correspondió su abrazo mientras sonreía, hace mucho tiempo que no veía al pequeño Lix.

A penas lo abrazó sintió su suave olor a fresas, le causó gracia que ambos hermanos tuvieron aroma a frutas y que amabas fueran tan opuestas, ya que Changbin olía a mandarinas.
En el caso de Jisung, no era tan normal que un omega, oliera a chocolate, pero su olor era tan suave y dulce que apenas tuvo su primer celo, por su olor nadie dudó que era un omega.

Luego de unos largos minutos de charla y miles de preguntas que le hacía Felix a Jisung sobre relaciones, Jisung se levantó del sillón para ir al baño, una de sus razones principales era porque debía admitir que tanto Felix después de no haberlo visto por años, lo agobiaba.

Mientras iba por el pasillo, sintieron la puerta abrirse y al notar que el único que faltaba era Minho supo que era él quien entraba, grande fue su sorpresa al sentir ese fuerte olor a café que había sentido hace dos días atrás, era imposible olvidar a quien pertenecía ese aroma, el lobo del pelinegro estaba inquieto, al igual que el de Minho. Y en ese momento, Jisung se dio cuenta que había cometido el peor error de su vida, debía olvidar el toque de ese día, debía olvidar su fragancia y todas las palabras que se habían dicho.

"Oh Jisung" esas palabras llegaron a él como si se las hubieran gritado en el oído, su corazón se aceleró y sus manos habían comenzado a sudar a pesar de que en su mente repetía "no es él, no es él, no es él"

–¿Jisung? – sintió una corriente recorriendo toda su espalda por lo que decidió girarse, a pesar de saber lo fatales que serían las consecuencias.

Esa mandíbula, la forma de su nariz, su pelo, sus ojos, su estatura, su cuerpo, su voz y esa sonrisa, esa sonrisa que deseaba olvidar, pero sabía que iba a ser muy difícil.

Mierda.

Había tenido sexo con el hermano mayor de su mejor amigo.