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La situación de Sybil era más que sólo "complicada", pero Dorian no creía que fuese a ser algún tipo de problema con respecto a su relación

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La situación de Sybil era más que sólo "complicada", pero Dorian no creía que fuese a ser algún tipo de problema con respecto a su relación.

Ese día se encontraba en el vestidor. Dorian ocupaba el asiento frente al espejo con luces de marquesina y Sybil se inclinaba a su lado para retocarse el maquillaje.

Cada poco tiempo, Dorian extendía el brazo y jugaba con uno de los mechones de su cabello. Ella estaba tan acostumbrada a esas alturas a la necesidad de contacto físico que tenía Dorian que sólo lo veía a través de su reflejo en el espejo y sonreía.

—¿Aún tendrás el ensayo aunque haya sido un mal día?

Sybil le lanzó un beso a través del reflejo y asintió con una sonrisa.

—Actuar me hace libre en los días malos. Como es un día malo, con mayor razón tengo que actuar, mi príncipe.

—¿Qué dijo la decana?

La expresión de Sybil decayó por unos instantes. Luego se reanimó y se deslizó sobre el regazo de Dorian para sentarse allí y rodearle el cuello con los brazos.

—Tú no te preocupes por eso —Besó la frente de Dorian—, no hablemos de cosas tan feas justo antes de mi ensayo o me voy a poner muy triste.

—Claro, disculpa —respondió Dorian, dándole un beso corto que la hizo sonreír de nuevo.

No le fue bien en el ensayo. Se trataba de una obra nueva, un experimento. Debían convencer a los directivos de que les permitiesen presentarla en el teatro, y para eso, primero tenían que ensayar y preparar una función exclusiva para el personal de la universidad.

Sybil tenía un papel tan importante, uno de los estelares, que no fue una sorpresa que tuviese que permanecer a un lado del escenario y asentir en silencio ante los regaños de sus profesores por su terrible desempeño. Los ojos se le llenaron de lágrimas, pero aguantó con la cabeza baja, porque era consciente de que sí lo hizo mal.

Cuando abandonó la sala, Dorian la esperaba en los bastidores, un poco ansioso.

—¿Fueron muy malos? —murmuró, acercándose para limpiarle las lágrimas.

Sybil sacudió la cabeza y lo apartó un poco para tallarse los ojos. Su rostro estaba enrojecido por el llanto.

—Fue terrible.

—Un mal primer ensayo lo puede tener cualquiera —Dorian intentó ser comprensivo y evitó mencionar que se horrorizó por lo catastrófico de su actitud y estuvo a punto de quedarse dormido en la segunda mitad.

—Sé que estuvo mal —Ella sólo meneó la cabeza y se dejó caer sobre la silla frente a la peinadora. Recogió una toallita desmaquillante y empezó a retirar lo que se había colocado antes. O quizás sólo necesitaba mantener las manos ocupadas.

Dorian se puso de cuclillas frente a ella. Intentó pensar en una forma de reconfortarla, pero lo único que venía a su mente al pensar en un consuelo era Basil Hallward de rodillas frente a él en la mansión Gray, diciéndole que él hacía que la casa fuese más hermosa durante de las tardes en que estuvo allí dibujando el lugar.

Dorian GrayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora