Capítulo 20

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Lyssander se durmió el primero en aquella casa, dejándonos a Gael y a mí solos en la sala de estar con la tele encendida, pero sin ver nada en realidad.

Connor se había encargado de sus cuidados y de acompañarle hasta que se durmiera, metiéndose a su habitación para descansar al terminar con su trabajo.

Estuvimos todo el día con Lyssander, conociéndonos y bromeando casi todo el tiempo.

Su sentido del humor era mucho más infantil al de Gael y por el estado de atrofia de sus músculos, llevaba en esa camilla muchísimos años.

-¿Estas cansada?-Me preguntó apoyando su mano en mi espalda cuando me estiré para quitarme la tensión de la misma.

-Un poco-Admití con una sonrisa pequeña-¿Donde voy a dormir?

La casa contaba con estancias grandes, pero no con exceso de habitaciones.

-Conmigo-Contestó con obviedad.

Me sorprendió su respuesta, ya que no esperaba dormir con él esa noche. Gael estaba casado con Camille y aunque su hermano no nos viera dormir juntos, Connor no sería tan ingenuo de no deducir donde pasaba la noche.

-¿Creías que te dejaría durmiendo en el sofá?-Inquirió con una sonrisa divertida-Lyssander sabe todo de mi vida, no te preocupes de que se escandalice-Se puso en pie, tendiéndome la mano para que la tomara-Vamos a mi habitación.

Cogí su mano para acompañarle hasta su habitación en la otra punta de la casa, alejada de la de Lyssander y la de Connor.

En el centro estaba la cama, con el cabecero debajo de la ventana alargada que ocupaba casi toda la pared. Era la habitación más pequeña, mucho más que la de su hermano pero era practica. Tenía unas mesillas sencillas a cada lado de la cama, un armario y una cajonera sobre la que había una televisión.

Soltó mi mano cuando me dejó junto a la cama, caminando hacia la cajonera para sacar una camiseta y un pantalón de pijama ajustable que me tendió para que me pusiera.

Mi labio se estiró en una sonrisa al examinar la ropa y verle coger otro pijama para el, desprendiéndose de su camisa rápidamente.

-Gael, podría usar la camiseta como un vestido largo-Comenté desabrochándome el vaquero-Los pantalones no van a valerme.

Se encogió de hombros, tirandose en la cama para quitarse los pantalones.

-Pretendía ser cortes. Puedes renunciar al pijama si lo prefieres. No me quejaré.

Me lanzó una sonrisa por encima del hombro, tan encantadora y verdadera que consiguió que soltara el pijama y saltara sobre la cama, gateando hasta envolver su espalda desnuda con mis brazos.

-Tendremos que ser silenciosos-Le advertí besando su cuello suavemente, bajando las manos por su pecho-Nada de gritos, nada de gemidos, ni de jadeos demasiado...

Se echó hacia atrás sujetándome de las muñecas, girando su torso de tal manera que logró inmovilizarme contra las sábanas en apenas una respiración.

-Soy uno de los hombres más sigilosos de la Organización-Murmuró rozando mi frente con sus labios, descendiendo por la nariz-Capaz de acechar en pleno dia sin que me vean, atacar por detrás sin que me oigan... ¿Crees que no soy capaz de follarte sin emitir un solo ruido?

Apoyé mis manos sobre su pecho, rozando con las yemas de los dedos las cicatrices que lo adornaban.

-Puede que tu si puedas estar callado, yo no tanto-Contesté buscando sus labios para poder besarle, aunque se apartó antes de que le alcanzara-No se contenerme...

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