Kim TaeHyung es el único heredero de la familia Kim al ser el hijo único. Sabe lo duro que es ser rey de Jeongyu un lugar muy escondido de Corea del Sur y dónde solo la realeza Kim puede vivir en el lugar. TaeHyung se ha negado varias veces a ser re...
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La vida en Londres fue increíble, hace tiempo no sabía lo que era disfrutar mi vida de adolescente. Estar en Palacio es cómo estar en una prisión de máxima seguridad; no podía ni salir con amigos y hacer las cosas que más quería.
Puede lograr escapar de las garras de mis padres para venir a Londres y distraerme, aunque en realidad fue una preparación con Miyeon para pasar tiempo con ella.
Justamente hoy luego de cuatro semanas de haber estado con ella, tenía que regresar al Palacio puesto que mi padre me había llamado porque se encontraba enfermó y necesitaba mi presencia junto a el.
Miyeon acomodaba mi ropa en mi maleta, por otra parte yo tenía mis manos dentro de mis bolsillos mirando hacía la ventana.
─ ¿Ya tienes todo listo? ─
Joder.
Era imposible no verla, su elegancia y delicadeza era algo que destacaba en ella, tome mi teléfono tomándole una fotografía. Al escuchar el ruido de la fotografía, Miyeon volteó sonriéndome y acercándose.
─ Te voy a echar de menos, príncipe. ─
Sentí los labios delgados y suaves sobre mi mejilla.
─ Tomemos una última fotografía juntos. ─
Sonrió tomando mi teléfono, pique en grabar vídeo por lo cuál ella arreglo su cabello.
─ Oh vídeo, ¿me veo bien? ─
Mi semblante estaba tranquilo, de mi bolsillo saqué una pequeña cajita color marrón, al abrirla se encontraba un anillo de compromiso con un diamante incrustado.
Miyeon cambió su sonrisa a un rostro sin expresión, su mirada chocó con mis ojos, está tomó el teléfono y junto mis manos.
─ TaeHyung...─
Hizo una pausa para tomar la cajita en manos y cerrarla.
─ Te amo tanto pero, sabes qué aún estoy estudiando. Tengo una excelente carrera en arquería y tú, eres un príncipe que está por convertirse en Rey, es un cargo muy grande y sabes que yo, no sería capaz de renunciar mis sueños. ─
No sabía cómo reaccionar a esto, cada vez me sentía cómo si una espada se cruzará en mi corazón aunque, tenía razón; ella tendría que dejar todo y prefería ella luchar por sus sueños.
Cuánto desearía tener la libertad cómo ella.
─ No te pongas mal ¿si?. Mi amor por ti nunca cambiaría, tomemos la foto. ─
