Capitulo 17

2.9K 210 0
                                    

Daniel.

han pasado algunos días desde que carlos me dijo que ahora me quedaré en su oficina, no me deja salir pero me da comida tres veces al día aunque últimamente he estado enfermo ya que devuelvo casi todo lo que como, creo que es porque mi cuerpo no está acostumbrado a comer tres veces al día, y pensar que antes yo ni siquiera sabía lo que era el hambre. me hace recordar el tiempo que pase con mi hermano. jonathan ¿cuando vendrás por mi? solo espero que sea pronto porque tengo un mal presentimiento.

carlos normalmente cierra la puerta con llave, así que cuando se abre la puerta se que es el entrando para trabajar, casi no me presta atención mientras trabaja lo que agradezco mucho pues tan solo una mirada de su parte me aterra. hace unos días me preguntó mi nombre, desde entonces no ha vuelto a hablar conmigo, lo cual también agradezco de sobre manera.

la cama que me dio también es muy cómoda, el dijo que ya no tendré ningún trabajo así que solo me estoy concentrando en descansar, probablemente en un tiempo vuelva a ponerme a trabajar.

yo no soy tonto, se que el trajo una omega, lo más probable es que está buscando la manera de romper el lazo conmigo para marcarla a ella y es por eso que está siendo tan amable. yo también quisiera saber una forma para deshacer el lazo pero no tuve educación sobre estos temas así que no se casi nada sobre el lazo de un omega y su alfa.

en este momento carlos está trabajando en su escritorio, yo estoy lo más alejado que puedo de el, ocultando mi aroma y tratando de borrar mi presencia aún sabiendo que es imposible. mi cuerpo tiembla del miedo que tengo a qué me note y golpee hasta el cansancio, realmente no quiero que me note. tocaron la puerta.

— ¿quién?— pregunto sin despegar la vista de sus papeles.

— soy perla señor.— hablo la mujer desde el otro lado de la puerta.

— adelante.— está vez levantó la vista y me miró por un segundo, segundo en el que me asusté como si me dijeran que va matarme.

— la señorita Ashley se fue hace unos momentos, además su madre y hermanas acaban de llegar, se encuentran en la sala de estar.— dijo perla haciendo una reverencia.

— bajaré a saludarlas cuando termine esto.— perla hizo una reverencia y salió de la oficina.

— omega.— yo me asusté cuando carlos se dirigió a mi.

yo solo voltee en su dirección sin mirarlo a la cara.

— vuelve al almacén.—

— no, no por favor no! no hice nada malo, porfavor no me llevas ahí, me portare bien lo prometo.— me abrace a mi mismo

no quiero volver ahí, no quiero que vuelvan a hacerme nada, habrá muchos hombres y todos van a destrozarme, no quiero.

— cállate, solo será un momento.— el comenzó a acercarse a mi, entonces comenzó a faltarme el aire, el se roba todo el oxígeno de mi alrededor.

no quiero tenerlo cerca, me da mucho miedo, me llevara al almacén y me encerrara con un hombre y va a hacerme daño.

— tranquilizante!— lo escucho gritar pero sus palabras están distorsionadas.

entre lucha y llantos de mi parte me llevo a rastras al almacén y me encerró.

— no! porfavor no! sácame de aquí! te lo suplico, no quiero estar aquí, carlos ayúdame no quiero, porfavor!— grite y llore golpeando la puerta esperando su ayuda.

cuando abrió la puerta pensé que me sacaría, pero me equivoqué, el solo me golpeó.

— ya cállate!— y volvió a cerrar la puerta.

me arrastre hasta el baño para encerrarme y esconderme ahí. tal vez si no los veo no me ven. con ese pensamiento me quedé en el suelo tratando de cantar en mi mente siempre la misma canción, no me se otra, pero está bien, al menos me mantiene distraído de los ruidos de afuera.

¿ruidos?

— abre la maldita puerta!— es carlos gritando desde el otro lado de la puerta del baño.

esta enojado, no quiero abrir, pero si no abro va a golpearme más. me levanté lentamente para abrir la puerta, en cuanto quite el seguro la puerta se abrió de golpe dándome en la cara.

— ¿¡porque mierda te encierras?!— agarro mi cuello con sus dos manos para intentar ahogarme.

llorando intenté soltarme de su agarre, sus manos son muy grandes y el tiene mucha fuerza.

— contéstame!— me zarandeo violentamente.

sentí mucho sueño, cerré mis ojos para después verlo todo negro, supongo que me desmaye por la falta de aire.

alguien ayúdeme.

Silencio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora