Capitulo 18

2.9K 208 2
                                    

Carlos.

salí del almacén para ir a recibir a mi madre y hermanas, las encontré en la sala rodeadas de maletas.

— mamá que bueno que ya están aquí, a pasado un tiempo.— me acerque para abrazarlas a las tres.

mis dos hermanas se colgaron de mi cuello.

— carlos! hace mucho que no te veíamos!— dijeron ambas.

— ¿cómo estuvo el viaje?— les pregunté a las tres.

— suuuper cansado.— exclamó una de mis hermanas.

estuvimos hablando un rato, como una media hora exactamente, ellas fueron a instalarse en sus habitaciones mientras yo fui a sacar a daniel del almacén. cuando abrí la puerta esperaba encontrarlo en el colchón, mi vista recorrió todo el oscuro lugar pero no lo encontré, entonces vi la puerta del baño cerrada, intenté abrirla sin éxito, comencé a golpear y gritar después de unos intentos fallidos por hacer que abra la puerta por las buenas, cuando estaba a punto de derribar la puerta el abrió, empuje la puerta golpeando su cara.

me enoje demasiado porque no abrió la puerta, ese enojo me cegó y cuando me di cuenta el ya estaba tratando de liberar su cuello de mis manos.

daniel se desmayo en mis brazos, mierda, ¿ahora que hice? lo cargue y lleve a la cama de mi oficina, ahí lo tape con las cobijas, cuando está inconciente es el único momento cuando puedo acercarme a el sin que el tiemble y tenga un ataque de pánico. se ve lindo y delicado, los moretones en su cara arruinan su belleza.

me levanté de la cama para dirigirme a la cocina, ahí estaban perla y pedro, me acerque a ellos.

— perla, pedro, mañana me iré a un viaje con mi padre, les encargó el cuidado del omega.—

— si señor.— ambos conectaron al mismo tiempo.

— el solo tiene permitido salir al jardín por una hora, cuando pase esa hora debe volver a mi oficina, en todo momento que esté afuera tiene que ser vigilado, perla ya sabes que tiene que comer tres veces al día y tomar los analgésicos. cuando vuelva quiero que el este aquí o ustedes serán asesinados.— ambos hicieron una reverencia.

yo volví a mi oficina, cuando entre daniel ya estaba despierto, al verme se asustó demasiado pero no se movió, tampoco me miró a la cara como de costumbre, solo se quedó quieto mirando mis zapatos mientras tiembla y respira entrecortado. suspiré para acercarme lentamente a el, retire una curita que tenía en su mejilla, lo golpee hace un rato. acaricie un poco su mejilla, algunas lágrimas comenzaron a caer de sus ojos. no le preste atención solo me volví a mi escritorio para seguir trabajando, al alejarme me di cuenta que su cuerpo se relajo, es demasiado obvio.

— mañana por la mañana me ire de viaje, no volveré pronto así que te quedarás al cuidado de perla y pedro, y ni siquiera pienses en escapar porque lo sabré y te mataré.— el se tenso al escuchar eso.

yo me levanté de la silla y me fui a pasar tiempo con mi madre y hermanas. en la sala estaban mis hermanas pintantose las uñas mutuamente y mi madre estaba viendo una revista.

— oh hijo estás aquí, ven a sentarte un rato, cuéntame cómo te ha ido.—

— pues no me habido bien, encontré a mi mate.— mi madre y mis hermanas voltearon a verme de inmediato.

— ¿dónde está?— pregunto emocionada marta mi hermana más pequeña.

yo suspiré para después contestarle:

— es un omega hombre.—

la emoción se fue de sus rostros, solo quedaron algunas muecas de asco y lástima por mi.

— lo siento hijo, es una pena.— dijo mi madre poniendo su mano en mi espalda.

— lo se, pero aún así lo traje aquí, está en mi oficina.— mi madre quitó su mano de mi espada.

— ¿porque lo trajiste?—

— no lo se, fue un impulso, pensé en matarlo pero luego me hizo ganar mucho dinero y socios, y ahora está preñado.— mi madre me abrazo.

— mi niño lo siento mucho.—

— y lo peor es que ahora no lo puedo matar porque lo marque.—

— hijo eso se soluciona marcando a una omega.—

— lo se mamá, por eso traje aquí a una omega llamada ashley, pienso marcarla a ella pero ahora no he podido dame tiempo, lo haré después del viaje.— mi madre me miró con una sonrisa algo triste.

— tranquilo hijo, ¿el bebé que lleva el omega es tuyo?— estuve a punto de decirle que no pero recorde que tuve sexo con el un día después de que pasará mi celo.

según lo que dijo el doctor ese bebé puede ser mío.

— no lo se.— si ese bebé es mío entonces tendré un descendiente.

me levanté del sofá para ir a mi oficina, el omega no me miró, solo se tenso.

— hey, tengo que decirte algo.— el volteo en mi dirección.

dude por un momento pero si ese bebé llega a ser mío no puedo dejar que muera.

— estás embarazado tienes tres mese, y ese bebé puede ser mío.— el no dijo nada, solo llevo sus manos a su vientre algo abultado.

comenzó a llorar en silencio mientras acariciaba su vientre, la imagen pudo llegar a ser hermosa si no fuera porque daniel está triste y asustado.

— tienes que cuidarte mientras yo ese de viaje, si el bebé es mío tendré un sucesor y no puede morir.— el solo asintió, al menos me respondió.

volví a salir de la oficina está vez para irme a mi habitación a descansar.

Silencio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora