Silencio

Capitulo 16

Carlos.

— Estará bien, le recomiendo que renueve la marca del omega, el puede llegar a morir en el peor de los casos.— ¿Morirá? No quiero que muera.

— Está bien doctor, yo me encargaré de todo. Gracias.— El doctor se fue después de darme unas medicinas.

Entre a la oficina, en el sillón está dormido el omega, ni siquiera sé su nombre soy un asco. Pero es una deshonra para un alfa ser compañero de un omega hombre, el no debería estar destinado a mi.

— Alfa Carlos la señorita Ashley lo está buscando.— La voz de perla se escuchó del otro lado de la puerta.

— ¿Que quiere?— Pregunté sin apartar la vista de mi omega.

— Ella quiere comer con usted.— Agh que fastidio.

— Dile que iré en un rato, y manda a alguien a que ponga una cama matrimonial en mi oficina.— Salí de la oficina para ir al comedor.

— Si señor.— Perla hizo una reverencia y luego se fue.

Por lo que me dijo el doctor, el omega no va a despertarse hasta mañana por lo menos.

En el comedor estaba Ashley sentada en el lugar junto a mi silla. Ahí debería sentarse el omega. Si tan solo no fuera un omega hombre todo sería perfecto para los dos.

Comimos mientras Ashley hablaba de ella y sus amigas, decía que le tendrían envidia al enterarse que será la luna de la manada, también hablo de las cosas que compraría desde ahora. Yo me levanté ya harto de sus palabras.

— Estaré trabajando en mi oficina, si necesitas algo dile a Perla.— Me fui sin esperar respuesta alguna.

Al entrar en la oficina la cama ya estaba instalada, cargue al omega para recostarlo en la cama y taparlo con las cobijas, al pasar mi vista por su vientre note que está algo abultado, entonces recordé que esté omega está embarazado y el bebé puede ser de Marcos así como también puede ser de cualquier otro alfa. Maldición es asqueroso que mi omega este embarazado de otro alfa.

— C-carlos a-ayuda-me.— Dijo con voz entre cortada mientras lágrimas salen de sus ojos.

Sigue dormido, es una pesadilla ¿Que está soñando?

— AAAAAAAAAAHHHH!— Se despertó gritando, en cuanto me vio se alejo lo más que pudo y aparto la mirada aún con lágrimas en los ojos.

Todo indica que tiene miedo, todo menos su olor, está ocultando su olor porque yo le dije que lo hiciera.

— Tranquilo, no te haré daño.— Parece que no creyó en mis palabras.

Acerque mi mano a su cabello pero al sentir que me acercaba comenzó a temblar sin control mientras intentaba ocultarse en las mantas, como un niño pequeño tratando de ocultarse de los monstruos. Soy un monstruo para el. Me aleje de nuevo, supongo que es mi culpa que me vea de esa manera.

— Perla te va a traer comida en un momento, puedes dormir después de comer, estaré trabajando, si necesitas algo solo llámame.— Me levanté de la cama para dirigirme a mi escritorio esperando que perla le traiga algo de comer al omega.

Levante mi vista de los papeles para mirarlo, el sigue en la misma posición intentando esconderse mientras tiembla como si se estuviera congelando.

— ¿Tienes frío?— Al escuchar mi voz dio un pequeño salto y negó frenéticamente.

No se si me está mintiendo por miedo o me está diciendo la verdad.

— Por cierto dime tú nombre.— Le ordene.

El tembló un poco dudando decir su nombre o no.

— ¿No escuchas? Dime tú puto nombre!— Este mocoso cree que tengo paciencia.

— Da-daniel!— Contesto alzando un poco la voz.

— No me grites estúpido.— Me levanté de la silla.

El al parecer entro en pánico, comenzó a temblar aún más y al parecer le falta el aire.

— Lo, lo siento mucho, por favor perdóname.— Rápidamente se bajó de la cama para tirarse a mis pies.

— ¿Que crees que haces?— Pregunté algo confundió.

— Por favor perdóname, lo siento mucho, no lo volveré a hacer lo prometo, por favor perdóname, porfavor.— Después de decir eso comenzó a hiperventilar.

Me agache junto a el para tratar de tranquilizarlo pero parece que solo lo empeoré, cuando puse mi mano en su espalda el se estremeció y comenzó a contener la respiración.

— Está bien no pasa nada te perdono.— Dije alejándome de el.

En cuanto estuve a una distancia prudente el comenzó a respirar otra vez.

¿Que hice?
El no era así cuando llegó.
Ni siquiera sé cómo era cuando llegó.
Soy un asco.