Silencio

Capitulo 9

Narrador omnisciente.

Carlos se fue a dormir después de tomar una ducha, pensaba en lo mucho que disfrutará de su puta personal a partir de ahora, durmió en una cómoda y calientita cama mientras el omega seguía inconciente en medio de un gran charco de sangre que no parece parar.

Jonathan por su parte está planeando un plan para sacar a su hermano de ese lugar, por las noches ruega por qué su hermano este bien.

Carlos.

Cuando desperté volví a darme un baño y después fui a terminar mi trabajo, solo me falta poco y podré tener algo de descanso aprovecharé ese tiempo para pasarlo bien con el omega, ayer me dio algo de asco tocarlo y sentir sus huesos sobresalir de esa manera así que ahora le daré comida al menos cuatro veces al día para que recupere su peso original.

Termine los papeles al atardecer, me levanté para ir a la cocina a comer y después llevarle comida al omega, en la cocina ya me esperaba un plato de comida, al terminar de comer lleve un plato de sopa y dos panes con un jugo de naranja al almacén. Cuando abrí la puerta el fuerte aroma a sangre, miedo y tristeza llegó a mi, entre para ver al omega, esperaba verlo en una esquina tapado con las cobijas, pero aún estaba en la cama en la misma posición en la que lo deje anoche, todo el colchón está manchado de sangre y el se ve muy pálido. ¿Lo mate? No, no está muerto. Tiré la bandeja y corrí hasta el, cunado lo toque note que está frío, si lo dejo aquí definitivamente va a morir.

Lo lleve cargando a mi habitación, lo deje en mi cama y llame a un doctor. El mejor doctor de la manada llegó 10 minutos después de que lo llame, entro a la habitación para revisar al omega, salió unas horas después con una cara sería y algunas manchas de sangre en su bata.

- ¿Cómo está?- Pregunté acercándome a el.

- No le mentiré, está mal, perdió mucha sangre y su desnutrición no ayudo mucho, tuve que poner puntos en varias áreas de su ano, le daré una dieta que el debe llevar desde ahora hasta que tenga un buen peso, procure no tener sexo con el hasta que esté completamente bien de su entrada, de lo contrario en un futuro será incapaz de tener cachorros.- El doctor me dio una hoja que tiene la dieta.

- ¿Esto es todo?-

- Deje unos analgésicos en el escritorio, procure que los tome después de cada comida.-

- Esta bien doctor gracias.- El doctor se fue después de hacer una reverencia.

Maldito omega inútil que no sirve ni para satisfacer a su alfa, supongo que ahora que Meredith se fue me hace falta una sirvienta, asignare al omega los trabajos que tenía esa perra. Entre a la habitación solo para ver a ese inútil mirando al techo mientras llora

— ¿Porque mierda estás llorando?— Cuando me escucho inmediatamente dejo de llorar y se puso completamente tenso.

La habitación se llenó de olor a miedo y tristeza, estúpido omega.

— Oculta tu olor y contesta mi pregunta!— Me frustra demasiado.

— M-me vi-violaste.— Dijo en un susurro casi inaudible.

— ¿Solo por eso lloras?— El solo asintió al mismo tiempo que volvió a llorar.

Salí de mi habitación para darle la hoja de la dieta a mi cocinera, le di instrucciones para después volver a mi habitación y sacar al omega de ahí antes de que su olor se impregne en mi cama. Entre a la habitación, el no me miró solo se dejó arrastrar hasta el pasillo.

— Vuelve al almacén.— Cerré la puerta dándole un golpe en la espalda.

Agh olvide decirle de su nuevo trabajo, volví a abrir la puerta, es seguía justo donde lo deje. Cuando escucho la puerta abrirse volteo de inmediato pero aún sin verme a la cara.

— Meredith renunció así que a partir de mañana harás su trabajo, ella se encargaba de limpiar mi habitación, traerme la comida, lavar los platos, regar las plantas, despertarme por las mañanas, y lavar mi ropa.— Lo mire parece no acordarse de nada de lo que dije.

No importa, si hace algo mal solo tengo que castigarlo y hacerlo aprender aunque sea a la fuerza.

Volví a cerrar la puerta para ir a tomar una ducha.