Un lugar en donde quedarse

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Los tres iban caminando por la isla naranja. Ya habían recorrido prácticamente toda Tortillaland y Spreen ya les había mostrado casi todo.

El tour, básicamente, se trataba de la siguiente dinámica: Spreen mostraba los lugares y sitios con poco interés y aburrición, Vegetta no paraba de quejarse de ciertas estructuras ya que eran disparejas o no simétricas como el le gustaría o decía que el podría hacerlo mejor y Rubius...bueno el era un niño pequeño. Admiraba y preguntaba por cada cosa que veía. Cosa que a Spreen le molestaba por que hacía que tuviera que detenerse a explicar cosas y así el tour se hiciera más largo.

Te intenté llamar
Todo este tiempo la verdad
Quiero que me enseñes como amar
Maybe~

Cada que caminaban desde un punto a otro y pasaban por alguna zona abierta, normalmente se quedaban en silencio. Ya que no tenía mucho de que conversar.

Ya estando cerca de terminar el recorrido, se encontraba en un campo abierto antes de llegar a la pollería. Spreen tenía cosas que hacer, así que, planeaba mostrarles la pollería y luego que ellos regresarán por donde vinieron para que él pudiera continuar con sus quehaceres. Cansado de estar en silencio, Spreen decidió romper el hielo.

Me está poniendo mal


—Y...¿Cuanto tiempo planean quedarse?

—Eso todavía no está decidido, muchacho. Puede que un largo tiempo.

Vegetta había respondido algo inseguro de hecho, ciertamente no tenían planeado cuanto tiempo se quedarían. El "objetivo" de la misión era "buscar su última aventura" según palabras de Merlon, aunque como hacerlo si ni ellos sabían que era.

No tienes que darme a amor de más
Con una caricia bastará
Baby~


Spreen por otro lado, había recordado escuchar parte de la conversación de él y Rubius un poco antes y, dada la apariencia tan familiar de aquellos dos personajes, no pudo evitar preguntar.

Cuando te miro_

—Disculpé, señor Vegetta, hace rato que yo los estaba mirando a usted y a su esposo y no pude evitar notar que se hacen un tanto familiar...

—Ah sí?

—Si... ¿De casualidad nos conocemos de algún lado?

Se prenden hoy las luces_

Vegetta dudo un poco para responder. Había recordado lo que Rubius le había dicho antes y este nuevo dato de parte del muchacho le hacía juego. Aunque siendo honestos, Vegetta no era muy supersticioso. El se basaba en los hechos, y sin alguna prueba no iba a decir lo contrario. Después de pensarlo un poco, suspiro y respondió.

No hay nadie pa' juzgarme_


—Mmm no, me temo que no. –y antes de que Spreen pudiera responder, Rubius, quién iba más adelante que estos dos, los interrumpió.

—¡Ostia que guapo! ¡Vegettita, mira eso! –dijo un Rubius bastante emocionado al ver lo que parecía ser un pollo gigante arriba de un establecimiento.

Ma' no veo nada sin tu amo-oh-or
Dije:


—Jeje, parece que el señor Rubius encontró mi obra maestra. Acérquense ambos, si el estadio les pareció impresionante, esto les va a fascinar. –dijo mientras se dirigía con rapidez a la entrada del local e invitaba a pasar a la pareja. El humor de Spreen había cambiado totalmente al hacer esto al igual que sucedió con el estadio. Se le daba muy bien hablar de sus propias construcciones. –Bien, bienvenidos al establecimiento de mi pollería El pollo feliz, un lugar para comer entre amigos y familia con la mejor calidad de pollos para deleitarse. He incluso tenemos un pollo-auto por si gustan venir a aquí con sus barcos o en caballo, como prefieran.

...Mamá?...Papá?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora