Es momento de saber la verdad

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—...Mamá?...Papá?– fragilmente, esas dos palabras habían salido de la boca del oso menor. En verdad, aún no lograba comprender nada pero...si lo que aquellos dos le decían era cierto, significaba que ellos...e-ellos eran...

Esto no es un simulacro
Ni una alarma que se disparó

—¡¡Hijo!!– el primero en actuar fue Rubius cuando corrió hasta el cuerpo del menor y lo abrazó. En este acto, Spreen, aún en shock, soltó el papel de la prueba y lentamente también se unió al abrazo. No podía creerlo...e-estaba abrazando a su... Mamá! ¡Su verdadera mamá!

—Venga Doblas, que me asfixias al pobre muchacho– paso a ver al otro que estaba entre risas fuera del abrazo, el era... su Papá! ¡En verdad era él!– Nah, que es broma. Yo tambien quiero un abrazo.

Y dicho y hecho, Vegetta también se acercó a los otros para unirse al abrazo. Spreen seguía sin creerlo...estaba abrazando a sus padres! realmente eran ellos... ¡Y no estaba soñando! Podía sentirlos ahí mismo... su tacto, su calor...se sentía...querido, otra vez...

La grieta que nos separabs
Se hizo abismo

—P-pero...– las palabras del menor hicieron que el abrazo de los tres se disolviera– A-aun no lo entiendo...¿C-como es que...

—Nosotros tampoco tenemos idea.– interrumpió el mago.

—P-pero lo importante es que estamos aquí y... estás aquí. Y creo que eso ya es suficiente, no?– respondió ahora con más calma el oso mayor.

—Pero...–hablo otra vez el menor, aún tenía mucha desconfianza de todo esto– ¿Tan siquiera están 100% seguros de esto?

Este comentario en si provocó algo de risa en Vegetta, quién volteó a mirar hacia Doblas por un momento para luego volver a ver hacia Spreen y enseguida respondió a esto mismo.

—Jeje, bueno...no se qué más decirte Spreen. Es decir...¡míranos! El parentesco es obvio– diciendo esto, Spreen también se reviso así mismo por un momento y soltó una leve risa.

—Te gustan los modales, los animales (y sobretodo los gatos), construir cosas como a Vegetta...

—Y también eres algo impulsivo y despreocupado al mismo tiempo como Rubius...

Incapaz soy de mentirte
Ya sabía que esto iba a pasar

—¡Además! Nos respondiste al llamarte Iván.

— Y, tenemos la prueba de ADN de Zorman. Creo que no hacen faltan más pruebas.– culmino Vegetta para que luego de ese pequeño conteo de las cosas en las que se parecían, vieran en silencio como Spreen se les quedó viendo con una sonrisa reconfortante mientras bajaba una de sus orejas. Gesto que a ojos de Rubius se le hizo muy tierno y que, por alguna razón, le hizo acordarse de un pequeño detalle que había olvidado todo este tiempo.

—Eh...de hecho Vegettita– ante la interrupción, Vegetta volteó a verle– creo que sí que falta una prueba... más– al decir esto, Rubius señaló su ojos y luego volvió a ver a Spreen. Vegetta al ver este gesto, entendió a que se refería su esposo.

—Oh! Es cierto, Doblas. Amm... Spreen? ¿Te importaría...– ni siquiera tuvo que terminar la frase, ya que Spreen supo que era lo que iba a decir al ver a dónde señalaba su mano.

—eh...si, claro...– al decir esto, Spreen cerro sus ojos por un momento y se quitó las gafas lentamente (probablemente para hacer más dramática su revelación). Una vez fueron retiradas las gafas, Rubius y Vegetta contemplaron aquella parte del rostro de Spreen que siempre era cubierta por sus lentillas oscuras.

...Mamá?...Papá?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora