Prologo

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—M-más

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—M-más.

Él omega se encontraba sobre sus rodillas con el abdomen pegado a las sábanas de la cama, poco le importaba estar en una posición tan vulnerable, no era la primera vez ni sería la última.

El mayor ladeó una sonrisa al escuchar el susurro del rizado pero no dejó de embestir lento y profundo.

—¿Más que, amor? Sabes que necesito palabras claras. Si quieres algo debes pedirlo correctamente— El ojiazul sabía que era lo que quería él omega, pero deseaba oírlo de su preciosa boca.

—Más por favor, quiero más. Quiero que me folles más rápido y fuerte— el ojiverde no tenía idea de cómo logró formular lo que acababa de decir.

—Creo que falta algo en tu petición ¿no lo crees, cachorro?— El alfa lo estaba disfrutando.

—Quiero que me folles rápido y fuerte, por favor— él omega estaba rojo y no estaba seguro de si era por el calor que la actividad física le estaba generando.

Eso fue lo único que necesito Louis para empezar a follarlo de verdad.

Tomo firmemente las caderas de su omega y comenzó a acelerar sus embestidas. El lubricante del menor no paraba de salir por chorros lo cual facilitaba la intromisión del gran miembro del alfa, que por cada embestida que daba se sentía más cerca del paraíso.

—Estas tan apretado, omega— Ante esto el rizado solo pudo gimotear y su entrada expulsó otra ola de dulce lubricante.

—Alfa, más por favor, puedo ser muy bueno, puedo serlo pero por favor dame más— El menor no estaba muy seguro de que era lo que estaba diciendo, pero vaya que lo disfrutaba.

El ojiazul se sintió fallecer al escuchar lo que el omega dijo entre jadeos pero rápidamente atendió su súplica.

—Dios, me aprietas tan bien— Louis notó otra carga de lubricante siendo expulsada por él omega —Tú entrada me aprieta tan bien la polla, amor. Tan necesitado de mi, de la polla de tu alfa.

—Mhmm, si, alfa. Solo tú puedes f-follarme así, solo tú, alfa. Soy tuyo, solo tuyo— El rizado sentía el palpitar del miembro del mayor en su interior. Sentía como entraba y salía rápido y fuerte llegando a abusar un poco de su entrada, pero le encantaba.

El castaño sintió deseos de marcar al menor de nuevo después de escuchar aquello.

Salió del interior del omega para voltearlo y entrar en el de nuevo llevando la pierna derecha del chico a uno de sus hombros, cambiando así la posición.

Harry sintió como el miembro del mayor entraba más profundo y el estiramiento le provocaba cierto dolor, una sensación que lo hizo querer llorar por lo bien que se sentía.

—¿Así, omega? ¿Querías que te follara así?— El castaño sabía que su orgasmo se acercaba pero deseaba que el pequeño rizado bajo él acabara primero.

—S-si, alfa. Así, justo así. Solo tú puedes, alfa, solo tú— El omega sentía algo acumulándose en su vientre, sabía que estaba cerca de terminar.

—Así es, amor. Porque me perteneces, eres mío. Mi omega— Louis alcanzó la polla de Harry con su mano izquierda y empezó a bombear lentamente —Y como eres muy bueno vas a correrte para mi.

Solo bastaron tres embestidas para que él rizado se corriera con un gemido alto.

El alfa al sentir la entrada del menor apretarse alrededor de su miembro comenzó a acelerar sus embestidas hasta que su nudo terminó de hincharse dentro del rizado.

Harry aún hundido en el placer que su orgasmo le había proporcionado pudo sentir como su entrada se estiraba por el gran nudo del mayor, pero eso no fue lo mejor.

No.

Él omega sentía como chorros y chorros de semen eran disparados en su interior, sentía como Louis lo llenaba de su semilla.

La sensación jamás podría cansarlo. Amaba ser llenado por Louis.

Al sentirse completamente anclado a Harry, el castaño comenzó a proporcionar caricias en el rostro contrario, depositando pequeños besos en los labios del menor mientras esperaba a que su nudo bajara.

Cuando por fin pudo salir del interior del omega observó como sus fluidos combinados escurrían de la hinchada entrada del rizado. Se dirigió hasta esta y tomó en su boca un poco de la sustancia, subió a la altura de Harry y le dio un profundo beso en el cual podían saborearse. Whisky y menta con fresas y arándanos, una combinación peculiar pero deliciosa.

—¿Estás bien, amor?— Louis le preguntó a su omega con un tinte de preocupación, a pesar de no ser la primera vez que lo anudaba el miedo de lastimarlo sin que fuera placentero para su cachorro no lo dejaba tranquilo.

—Si, alfa. ¿Fui bueno?— El menor respondió adormilado. Fue un largo día y después de follar se sentía agotado.

El ojiazul sonrió cariñosamente mientras olía los rizos de su omega.

—Siempre eres bueno, cachorro. Siempre— El alfa comenzó a levantarse de la cama observando el desastre que era Harry acostado sobre sábanas llenas de semen y lubricante —Vamos a bañarnos ¿si, amor? Luego podremos dormir y acurrucarnos durante toda la noche. ¿Suena bien para ti?

—Si, Lou. Suena excelente— El omega estaba prácticamente dormido, pero anhelaba tanto un baño con su alfa.

Amaba como Louis se esforzaba por encontrar la temperatura exacta del agua. El hecho de que comprara una gran variedad de bombas de baño de diferentes formas y olores solo porque sabía que las amaba logró derretir su corazón. Sabía que el alfa no pensaría en esas cosas si no fuera por el. No es algo que el castaño compraría, incluso solía pensar que era una pérdida de dinero. Al menos hasta que Harry llegó a su vida, claro.

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