Capitulo 10

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Al otro día el primero en despertar fue Louis. Eran las seis de la mañana y no deseaba que el menor interrumpiera su sueño por su culpa, así que tomó su teléfono y salió de la habitación.

Dejaría que Harry durmiera lo necesario, y mientras este descansaba llamó a Zayn para avisarle que no iría a la empresa.

—¿Qué mierda, Louis? Son las jodidas seis de la mañana y no entramos hasta las nueve— El pelinegro se quejó pero al ojiazul no podía importarle menos.

—Lo siento, solo quería avisarte que no iré a la empresa y te agradecería mucho si te encargas de ella junto con Liam. Realmente no tenía nada muy importante para el día de hoy, solo papeleo— El mayor esperaba que sus amigos pudieran ayudarlo. En verdad necesitaba encargarse de Harry.

—¿Por qué no vas? En todos los años que llevamos trabajando en la empresa jamás has faltado. Debe ser algo importante.

El alfa suspiró pensando en si decirle algo a su amigo. Finalmente decidió explicarle las cosas sin darle los detalles.

—Harry tuvo un problema y no puedo dejarlo solo. Necesito arreglar las cosas y estar con el. Por favor, Zee.

El tono del castaño se oía tan suplicante que Zayn no preguntó más.

—De acuerdo, no te preocupes. Liam y yo nos encargamos.

—En serio muchas gracias, te prometo que luego se los recompensaré.

—Si, lo que sea. Espero que Harry se encuentre bien. Nos vemos mañana, Tommo.

—Gracias, Zayn. Hasta mañana— Colgó.

Se fijó en la hora y notó que habían pasado tan solo veinte minutos, aun así se adentró en su habitación creyendo que él omega estaría dormido. Grande fue su sorpresa al encontrarlo sentado en medio del nido llorando y con un gran puchero en los labios.

—¿Qué pasa, amor? ¿Por qué lloras?— El alfa rápidamente se acercó a la cama pero antes de siquiera poder pedirle permiso a Harry para entrar, este lo tomó de la camisa de pijama y lo jaló para abrazarlo fuertemente.

—Hey, ¿qué está mal, omega?— El ojiazul se movió para levantar al menor y sentarlo en sus piernas haciendo de la posición un poco más cómoda.

—Lo siento, es solo que- desperté y no estabas aquí y pensé que- no estabas, alfa y creí que te habías ido. Me prometiste que no te irías, que no me dejarías— Incluso si se escuchaba como un reclamo Louis sabía que él omega estaba triste y no enojado, pues su aroma lo delataba.

—Lo siento mucho, cielo. Desperté hace un rato y necesitaba hacer una llamada, no quería despertarte así que salí de la habitación. Creí que no lo notarías y pensaba llegar antes de que despertaras. Jamás rompería mi promesa ¿si?

El menor asintió y poco a poco se fue tranquilizando.

—Lo lamentó, no suelo ser así de sensible. Es solo que- luego de lo qué pasó lloro por cualquier cosa. Lo siento— El rizado se disculpó mientras bajaba del regazo del mayor.

—Es normal, cielo. Pero bueno, ya que estás despierto cuéntame ¿cómo dormiste?

—Oh, dormí bien, el nido es bastante cómodo y tu olor ayudo mucho a que no despertara en la noche, suelo interrumpir mucho mi tiempo de descanso pero esta vez no fue así. Me siento con energía pero algo, no lo sé ¿desanimado?— Cada palabra fue lentamente pronunciada por él omega.

—Entiendo, amor. Aún es algo temprano así que dime que quieres hacer. Planeaba que durmieras hasta más tarde, Amelie llega a las ocho y no creo que sea bueno que yo te prepare algo de desayunar a menos que se te antoje algo quemado. Mientras llega puedes seguir descansando o lo que tú quieras, luego del desayuno hablaremos ¿te parece bien?— El alfa le explicó al menor.

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