Faltaban diez minutos para que su clase de administración estratégica terminara y a pesar de que le gustaba la materia lo único que quería era que su alfa pasara por él y luego estar el resto del día a su lado.Habían pasado cerca de dos semanas sin verse por el incidente de su celo y eso le afectó muchísimo, incluso Cara le comentó que no era sano y evitar al alfa no era la manera de manejar la situación pero aún así él no hizo nada para cambiar las cosas. Ahora que todo con Louis estaban bien no podía esperar a reponer el tiempo perdido.
—Hasta aquí llega la clase de hoy chicos, ya pueden retirarse— La voz de la maestra fue como música para sus oídos y comenzó a guardar sus cosas de forma apresurada.
Se colgó la mochila en uno de sus hombros y antes de salir se despidió animadamente de su maestra.
Al salir de su salón reconoció el olor a menta y cigarro de su alfa, pero antes de poder encontrarlo en el gentío sintió como una mano lo sostenía con firmeza de la cintura y sonrió al saber de quién se trataba.
—¿Por qué la emoción, cachorro?— La voz de su alfa lo inundó y sus rodillas flaquearon al sentirlo tan cerca —Es como si no estuvieras usando supresores, hueles increíble.
—Estoy emocionado porque mi alfa va a pasar por mi y luego tendremos todo el día para estar juntos, ¿lo has visto de casualidad?— El rizado respondió con una gran sonrisa a la vez que la risa del mayor se hacía presente.
El omega volteó en cuanto el agarre en su cintura se aflojó y cuando estuvo cara a cara con el castaño se lanzó a este besándole con emoción sin importar si todos les lanzaban miradas y comenzaban a susurrar al respecto.
Varios segundos más tarde se separaron, pero no se alejaron, y ahora el mayor lo rodeaba fuertemente con un brazo mientras tenía el otro escondido detrás suyo.
—Hola, alfa.
—Hola, omega.
El menor volvió a darle un pequeño beso, luego trato de mirar sobre el hombro del ojiazul y cuando esté lo notó se alejó un poco con una sonrisa burlona.
—¿Qué buscas, cachorro?
—¿Qué tienes ahí?— Preguntó el omega con curiosidad.
—¿Ahí dónde?— Louis siguió burlándose de el menor.
—¡Detrás de ti!
—Ah, eso. Solo un regalo para ti.
Harry espero que el alfa agregará algo más o le mostrará tal regalo pero cuando no lo hizo se imagino cuál era la razón.
—¿Podrías mostrármelo por favor, alfa?— El rizado estaba seguro que era lo que el mayor quería escuchar y así fue.
—Claro que si, amor.
El castaño le ofreció un ramo de tulipanes, esta vez morados y el menor chilló encantado.
Tomó el bonito ramo con cuidado y dejó su mochila en el suelo para luego enredar sus brazos en el cuello del ojiazul.
—Es muy lindo, Lou.
—¿Te gusta?— El alfa lo sostuvo fuertemente por la cintura con ambas manos.
—Me encanta.
Se unieron en un dulce beso y cuando se separaron Louis levantó la mochila del rizado y la colocó en uno de sus hombros, tomó la mano libre del menor y este las entrelazó.
De camino a la empresa del castaño hablaron de lo que hicieron el día anterior y como les había ido en lo que llevaban del día.
Cuando llegaron al gran edificio se dirigieron a la oficina del CEO y se establecieron en ella.
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Paradise
RomanceDesde la primera vez que Louis vio a ese omega supo que era suyo, que era su omega. Desde la primera vez que Harry vio a ese alfa supo que quería que fuera el padre de sus cachorros, sabía que era su alfa. O Donde el hijo del nuevo socio de Louis e...