Narra Violet:
Los rumores son, que ya tiene veintiuno. Es lo único que sé de él. Es más, jamás he hablado realmente con Eddie, es tan malhumorado que si lo veo pasar, me voy a otro pasillo y creo que abusa de su mayoría de edad. Hay muchos misterios que lo rodean, y la escuela puede dividirse en dos bandos, aquellos que, me incluyo, realmente lo ignoran, y otros que, realmente pierden su tiempo captando su atención, lo que es real, es que es un fenómeno.
Las chicas del equipo de animadoras pasan por su lado, y sonríen, él también lo hace, sabe con quiénes ser carismático, en mi caso, creo que jamás hemos cruzado una mirada, y no es que desee sus ojos en los míos, pero es que Eddie es difícil de pasar por alto. Siempre llega con ese look de metalhead ochentero, llega tarde, tiene malos modales, siempre es así, y yo no soy una experta en modales, pero Eddie siempre es diferente al resto y lo lleva al extremo.
Hawkins es muy pequeño, y los rumores y noticias vuelan tan rápido como el viento, por eso, es que cualquier acción que uno haga, puede leventar una historia completa en tu nombre, y nadie quiere estar en boca de los demás. Yo no caracterizo por ser agradable, realmente, considero que soy de aquellas personas que luchan por mantenerse en el anonimato, y creo que lo he logrado de buena manera, no hay nada mejor como que no conozcan tu nombre, aunque las cosas cambian cuando notan mi apellido, Friedman. El Sheriff, es mi tío, vivo con él, y claro, mi tía. Ellos ya son personas adultas, pero sí lo suficientemente conocidas como para que todos sepan que soy una Friedman como ellos, y es mejor que me mantenga como una chica bien portada y aburrida, así las personas no hablan, y de paso, nadie inventa cosas como la mala crianza que me han dado.
Nos topamos en casi todas las asignaturas, incluyendo gimnasia, aunque él está generalmente solo, tiene un seguidor, Gareth, y Gareth no es esa clase de chico como Eddie, él es agradable, y no entiendo cómo es que pueden ser amigos dos personas tan opuestas, aunque claro, de seguro el gusto por el metal ha de unirlos.
Así como paso desapercibida en comportamiento, también lo hago en notas y en rendimiento, así que me he acostumbrado a fingir algún malestar para poder saltarme el trote por toda la cancha.
- Estoy indispuesta, la verdad es que corro un poco y podría morir desangrada- no lo digo con desesperación, he llegado a la conclusión de que mientras más exagerada una hable, menos creen.
La maestra me mira, tengo sospechas de que ya no se traga todas mis enfermedades.
- Vaya, Friedman, así como vas, creo que es mejor que te tomes exámenes. Pues, estás terminal- lo dice con ironía, pero la menstruación es muy respetada, nadie puede obligar a algo a una chica que está en sus días. Y claro, no lo estoy, pero es mi gran clave para llegar a la cima.