Entro a casa, subo de inmediato a mi cuarto y me encierro con llaves. Milo duerme en la cama, es probablemente el ser que más feliz me hace. Me pongo de rodillas frente a un mueble y abro el último cajón, saco comida para mi gato, lo tomo en brazos, y lo alimento en mi propia cama.
- Siempre vamos a estar juntos, Milo- Dejo un beso en su cabecita, pongo algo de música y miro por la ventana esperando a que el coche de Josh se estacione frente a la casa.
Se que quedan pocos minutos, porque sé que él sabe que estoy sola acá. No suelo escuchar metal por placer, cuando me pongo audífonos, escucho cosas totalmente distintas, pero he descubierto con el paso del tiempo, que si pongo canciones con volumen alto, y él llama a mi puerta, entonces no puedo escucharlo, o sí, pero tengo motivos para fingir no escuchar.
Su coche se estaciona frente a la casa, Angry Again suena, y la pongo a un volumen lo suficientemente alto como para no escuchar su voz asquerosa.
Y me siento en mi cama, abrazo a milo y espero que él suba, sé que lo hará. Sus pasos hacen eco por el pasillo.
- Sé que estás ahí, Violet.
Me quedo callada, llevo mis manos a la boca y rezo para que él no abra mi puerta a la fuerza. Insiste en llamar, golpea mi puerta.
- Déjame, Josh- alzo la voz.
- Me abres- golpea la puerta una vez más- Lo haces ahora.
Me paro de la cama, suspiro, y hago caso a sus palabras. Él está detrás de la puerta, con una sonrisa, se ve tan gentil, tan amable.
- ¿Qué quieres? - pregunto, mi corazón late fuerte, aquella escena se siente tan tenebrosa
- Quiero saber qué hacías con él - Josh me sonríe, sé que no lo hace realmente por ser amable.
- Nada... No lo conozco - en parte es verdad, entre Eddie y yo, sólo hay un par de palabras en común.
- No quisiera que me mientas. Eres mi chica, eso bien lo sabes... - Toma mi mentón y yo cierro mis ojos- no me gusta que otros chicos te toquen.
Josh se ve dulce, siempre le han encontrado aires a Kurt Cobain con el cabello incluso más largo, se muestra amable y dulce, pero me hace sentir especialmente pequeña. Sus padres dan todo por él, todo el tiempo, yo no soy un miembro oficial de la familia, mi opinión nunca será tan válida para ellos, en cambio Josh, él siempre lo es todo.
- No soy tu chica, Josh- respondo serena, sé que si me pongo agresiva, entonces no llegaremos a buen lado.
- Ya lo fuiste una vez - susurra en mi oído- Siempre lo serás, cariño- Josh acaricia mi pierna.