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Narra Violet:
Los policías entran, sé que Eddie no está por ningún lado, y también sé, porque he visto muchas películas, que debe estar en un lugar más escondido. Entonces yo corro hacia una puerta, y algunos policías vienen conmigo, pero otros, doblan por el otro lado, saliendo antes que nosotros.
Abro la puerta, y llego a un viejo callejón, donde mis ojos de inmediato se encuentran con Jasmine, Nate, Josh...mi corazón se detiene cuando veo aquella desgarradora escena. Su mano está ensangrentada, al igual que el cuchillo que carga en su mano. Eddie está en el piso, la corona que le han puesto, yace en un charco de agua por las lluvias de la mañana. Y agradezco que su ropa sea negra, agradezco no tener que ver la sangre que reluce en el pavimento, pero sé que reluce aún más en su abdomen blanco.
—¡Eddie!— sé que mi grito es desgarrador. Mientras tanto, pierdo noción de los policías, pierdo noción de que ellos toman a Josh, y lo echan en el furgón. Caigo de rodillas, con mis ojos completamente llenos de lágrimas, y tomo su mano que ha estado en su abdomen por varios segundos ,de seguro, paso mis manos por la tela de su ropa que está tibia, y a la vez mojada, entonces mis palmas salen de un color rojo, intenso, como el caramelo de las manzanas.
— Vi...— Eddie traga saliva, sé que hace esfuerzos por hablarme. Tomo su rostro.
— Eddie, mi amor, ya vienen por ti...— puedo saborear lo salado de mis lágrimas, y él tiene su vista fija en mí— Vienen a ayudarte, vas a estar bien mi vida —hablo tocando su rostro.
— Te amo, Vi—Eddie sonríe—Te amo mucho.
— Eddie, viene la ambulancia...— le sonrío sólo de los nervios porque he visto esta película antes, no sólo una vez, sino muchas— Por favor— veo que parpadea.
— Josh nunca más va a molestarte...—Eddie lo dice con una sonrisa, puedo analizar mejor su estado, aparte de las evidentes lesiones en su abdomen, también tiene golpes en su cabeza, la sangre adorna su frente y su boca.
— Sí, pero vamos a estar juntos mi amor...— Suspiro, me armo de fuerza y veo a Evan, Gareth y Ellie frente a mí. Están en shock por aquello. Cuando vuelvo mi vista a Eddie, él está quieto, está sin mover su boca, y con sus ojos en un punto fijo.
— Eddie...Eddie...— hablo repetidas veces, sólo para obtener algún estímulo de respuesta— ¡Eddie!— hablo más rápido, más fuerte — ¡Eddie, despierta!— Hablo con un nudo en la garganta— Eddie, vamos, mi amor, no me dejes...— trago saliva, mis ojos están inundados en lágrimas.
—Voy a estar siempre contigo...— aquellas palabras salen de su boca, casi como si fueran las últimas—No te lo olvides de mí. Sabes que te amo y perdón por no llegar a casa hoy...— con sus manos toma las mías.
— Amor, voy a esperarte e ir contigo al hospital, vamos a salir juntos— sonrío, pero por dentro estoy destruida. Entonces llega la ambulancia, y llega la madre de Eddie, Beth, quien se desploma en el piso, y simplemente cae a llorar.
