El paso por enfermería fue corto, o al menos así se sintió. En cuánto salimos de aquella puerta, cada quien fue por su lado. Gareth me saludó a lo lejos y yo hice lo mismo, Eddie apenas se insinuó, tampoco lo espero, pero él siempre tiene esas expresiones un tanto burlescas.
Volví a mis clases, pensando en lo que escuché, fueron los cuarenta minutos más extraños de toda mi vida, partiendo por lo de Amanda, y por lo de Eddie. Voy a mi casillero, él pasa por mi lado, y nos miramos un par de segundos, él no me saluda y yo menos lo hago. Pasa con su cabello al viento, su sonrisa tan característica, lo sé porque en aquellos minutos me di el tiempo de analizarlo. Eddie es un patán, de eso no hay dudas, no se discute acerca de Eddie y esa manera tan especial de ser.
Entramos a matemáticas, me siento al fondo, no soy chica de sentarse frente al maestro, y en todo este tiempo jamás había caído en lo cerca que me siento de Eddie, aunque él siempre duerme, lo sé porque veo cómo su cabello se desparrama en la mesa.
Ahora él está igual, pero yo me concentro en los ejercicios, no soy una mente maestra, pero sí me va bien con los números. Mi vista se desvía a la ventana, y de pronto siento un papel en mi cabeza, me volteo rápidamente y veo que alguien me observa con una sonrisa, una burlesca, como de alguien que ha hecho algo malo.
Le hago un gesto de que no entiendo qué quiere lograr, y la maestra escribe en la pizarra, así que fugazmente se mueve a mi lado.
Eddie es tan extraño que si tuviera hijos, no dejaría que se junten con él.
- Hola, otra vez-Eddie habla un poco fuerte.
- Habla más bajo, no quiero problemas por tu culpa - Hablo casi en silencio, y él hace una mueca, sé que lo suyo no es el orden.
- Perdón, perdón... - Eddie se disculpa y una chica, le hace callar, Eddie le hace un gesto de disgusto - Dios, son todos unos tontos en este lugar.
-¿Qué quieres, Eddie? - pregunto en voz baja.
- No entiendo mucho esto-Eddie apunta a la pizarra.
- Jamás vas a saberlo de esta manera- respondo, intento ser correcta. Evito las sonrisas, no quiero que piense que quiero ser su amiga. Sé donde meterme, he tenido buenas lecciones de vida, Eddie no es sitio seguro.
- ¿ Quieres goma de mascar? - Eddie me muestra el paquete.
- No gracias - apenas lo miro. Eddie se termina por acomodar en la banca. Pega la goma de mascar bajo ésta, yo observo de reojo y él se encoge de hombros.
Lo ignoro por el resto de la clase, él en todas maneras se desconcentra fácilmente, he notado cómo usa sus lápices como baquetas y tararea canciones.