Quinto año

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La semana que faltaba para entrar a clases la pase casi encerrada en mi habitación. Mi padre no me dirigía la palabra, pero me tenia estrictamente prohibido salir de mi habitación. Flora fue con la única que tuve contacto esos días cuando me entregaba mi comida. 

Comía muy poco y tenia insomnio, mi piel se puso un poco mas pálida y las bolsas debajo de mis ojos se tornaron mas oscuras. No le dije a mi hermano que mi padre regreso antes. No quería que se enterara lo que paso, ni quería arruinar sus vacaciones en la Mansion Malfoy. Porque sabia por hecho, que vendría sin dudárselo dos veces y eso solo crearía mas problemas con mi padre. Así que me lo calle, lo guarde y trate de contactar una y otra vez a Thimothée con mi lechuza Bonnie. Sin embargo siempre regresaba aleteando con el pico vacío, ninguna carta de el, ninguna noticia. Estaba destrozada y no tenia a nadie con quien compartir lo que había pasado, me sentía en verdad muy sola.

El verano termino, ni siquiera salí a comprar mis cosas al callejón Diagon como todos los años. Mi padre envió a los elfos a traerme todo. No se despidió de mi, ni él, ni Ursula. 

Pude volver a respirar el aire del exterior cuando pise la plataforma 9 3/4. El bullicio de la gente junto al tren y los estudiantes entusiasmados cambiaron mi animo al instante. Con mi baúl en la mano recorrí el pasillo esquivando a todos los magos y brujas pequeños de nuevo ingreso que se despedían de sus padres y subí con cuidado en busca de un vagón vacío.

—Chiara, por aquí—grito la divertida voz de Daphne en el fondo. Corrí a ella y la abrace, desesperada de contacto humano, me aferre a ella.

Salude a Blaise de la misma manera y me regalo una sonrisa extrañada
—Vaya, tu no eres de ser afectiva. ¿Tanto nos extrañaste?— dijo ayudándome a subir el baúl al compartimiento de arriba.

Reímos y me contaron de sus aburridas vacaciones en la ciudad debido a la carga de trabajo que tenían sus padres. Y desvié toda pregunta de las mías que pudiera haber.

—Hola, estamos en el tro vagón con Draco y Pansy pero quería pasar a saludarte antes de llegar al colegio—se escucho a Theo entrando con una sonrisa.
Definitivamente había crecido unos centímetros durante el verano y llevaba el cabello un poco mas largo.

—Hola— lo salude animosamente poniéndome de pie para abrazarlo. Fue corto en comparación a mis amigos, lo hice de esa manera porque el era el único que podía darse cuenta al instante si me ocurría algo.
—¿Que tal te fue en el verano?— preguntó.
Me miro a los ojos y por un segundo quise contarle todo, que lo necesitaba. Que pase un infierno y le tenia aun mas miedo a nuestro padre. 

-Bien, necesitaba tiempo sola lejos de ti- Me limite a decir bromeando con una sonrisa fingida.

Me saco la lengua y salió del vagón. Astoria se nos unió después de que cerro la puerta y permanecí callada el resto del viaje.

Al llegar a Howarts comí todo lo que no había comido esa semana. Me serví cerdo asado, papas y buenas raciones de jugo de calabaza. Y entonces lo vi entrar. Thimothée traía su capa perfectamente planchada sin arrugas, su cabello castaño y su piel ya no mostraba ningún signo de lo que había pasado. Me quede mirándolo unos segundos pero no me regreso la mirada. 

No me volteo a ver en toda la cena y tampoco me dirigió una de sus cálidas sonrisas. Esto estaba muy raro.

Al terminar de comer lo alcance por el pasillo camino a la sala común de Slytheryn. -Hey, espera- lo detuve tomándolo del brazo y girándolo a mi. 

Tenia la cabeza gacha y trataba de desviar su mirada de la mía a toda costa. -Que hay Chiara- 

—¿Que hay?— dije con una mezcla de enojo y tristeza.
—Trate de hablar contigo toda la semana, te envié cientos de lechuzas, ¿Qué pasa Tim?—

Me llevo en dirección contraria a los alumnos en un rincón donde no pudieran escuchar nuestra conversación. 
—No creo que haya mas que decir Chiara, yo.. no sabia como decírtelo, por eso no te conteste. Necesito tiempo para pensar las cosas, para pensar en todo esto—. Su voz era casi un susurro y tenia la vista a sus manos que no dejaban de moverse.

—Perdóname por lo que paso, no debí ocultarte lo que ocurría en mi casa, pero por favor no me culpes de todo a mi. Si hubiera sabido que el... yo jamás.. Tim por favor no nos hagas esto, te quiero— dije soltando unas lagrimas que no aguantaban mas en salir. 

Solo en ese momento me miro a los ojos, pero algo era diferente.
No me veía de la misma manera. 

—No debiste ocultármelo, de haberlo sabido jamás hubiera ido— me tomo de la barbilla y regalo una suave caricia a mi mejilla.
—Odio tanto que estemos en esta situación, pero es mucho que procesar, dame tiempo—. Quería besarle, quería que me abrazara y me dijera que juntos pasaríamos por esto, lo arreglaríamos, que estaría conmigo.
Pero sabia que no era culpa de él toda esta situación, era de mi padre y toda la carga y culpa eran mías. De nadie mas.
Así que solo asentí.

Se alejo y me quede ahí, dejando caer unas lagrimas mas. Y entonces cuando ya no había mas que sacar.
Me dirigí a la sala común en silencio.
Esa noche dormí como máximo dos horas y la pesadilla de aquel hombre con cabellera blanca se hizo presente de nuevo en mis pensamientos.

DIRTY SNAKES  +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora