DIRTY SNAKES +18

Sexto Año

Esa noche soñé con él.
Con sus labios recorriendo mi cuerpo.
Su sonrisa perfecta reluciendo desde la oscuridad de su habitación.
Y lo extrañe... mas que nunca.

Me levante sin ganas de ir al callejón Diagon esa mañana de finales de Julio. 
Entraríamos a Howart la siguiente semana, y no me sentía mentalmente preparada para hacerlo.

El verano paso muy lento, mis días empezaban muy temprano y acababan hasta muy entrada la noche, con la inquietud de saber que seria de él.

Las cosas empeoraban a cada momento allá afuera. Los mortifagos atacaban con mayor frecuencia el mundo Muggle, iniciando una ola de terror en cada mago y bruja que temía ser reclutado por ellos.

La última noche en la mansión, me quede platicando con Theo casi hasta el amanecer. Me contó como se sintió durante todo el verano, y me advirtió lo que había estado pensando.
—Chiara, al igual que tú estoy desesperado por ver a Draco mañana. Pero quiero que me prometas algo— lo mire confundida pero lo deje continuar.
—Draco no sera el mismo, y debes tenerlo presente. Así que prométeme que si te hace cualquier tipo de daño te alejaras. Lo mas posible de él— me levante enojada.
—Es tu mejor amigo.
—Y por lo mismo, se lo que puede aguantar.. Y lo que no.
—¿Te vas a rendir con él así de fácil?— Le grite irritada.
—No quiero que te lastime.
—¡No eres mi padre Theo!— Pareció enojado con mi reacción y me tomo de los hombros.
—Entonces no te comportes como una maldita cría.

Discutimos un rato mas, pero al final quedamos en silencio.
Compartiendo la última noche en la sala común de la mansión Malfoy.
Me enojaba con Theo porque en el fondo sabía que tenía razón. Quizá no seria el mismo, pero quería aferrarme a la esperanza de que lo fuera.
Con sus estúpidos chistes de siempre, y su burlona e irreverente mirada.

A la mañana siguiente despertamos cansados, y nos despedimos de los Malfoy.
Ellos habían tenido juicios para la liberación de Draco toda la semana, pero había estado durmiendo en el ministerio en lo que se oficializaba su liberación.
El día de hoy seria trasladado a Howarts por aurores y seria entregado al director con advertencias de comportamiento.

—¿Lista?— me pregunto Theo mientras me ayudaba a subir mi baúl al expresso de Howarts.
—Por supuesto que no— resoplé y nos subimos al tren.
Caminamos por todos los vagones hasta llegar a la sección final donde solía sentarse Slytherin.
Encontré uno vagón vació y me metí con mi hermano. Unos minutos después  entro Blaise y al verme sus ojos se enternecieron.

—Blaise— dije levantándome de golpe y corriendo a abrazarlo.
—Chiara, como he hubiera gustado estar ahí para ti.
—Lo estas ahora.

Se escucharon susurros en el tren y el alboroto comenzó a armarse en los pasillos.
Theo se asomó y cerro la puerta.
—Es él, ¿cierto?— Me levante sin importarme la presión que estaba ejerciendo mi hermano. Al intentar detener la manija con su brazo, y en un ágil movimiento lo retire.
Abrí de golpe la puerta y escuche el silencio total.
Todos los estudiantes habían callado el murmullo y se encontraban observando la escena frente a nosotros.

Un alto (y mucho mas delgado) Draco Malfoy caminaba con una fría expresión en su rostro.
Sus ojos parecían perdidos y la palidez en su rostro lo hacia ver casi como una figura fantasmal.
Dos hombres lo seguían a su espalda entre los que reconocí a Gawain Robards, el actual jefe de la oficina de aurores, desde que el anterior en su puesto había reemplazado a Fudge como nuevo ministro de magia.
El escándalo de Voldemort fue algo muy sonado, que obligo al ex ministro a renunciar a su puesto como líder del mundo mágico.

Quería que me mirara, que reflejara algún tipo de emoción con sus ojos. Pero no lo hizo. 
Camino hasta el último de los vagones con los hombres siguiéndolo a su espalda, su cabello in-usualmente alborotado y una horda de alumnos siguiéndolo por todo su recorrido hasta el final del tren.

Mas tarde intentaría acercarme a él, lejos de la multitud y los profesores.
¿Seguiría siendo Draco... mi Draco?
La verdad, me aterraba descubrirlo.

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