Vestidores

91 6 0
                                    

La siguiente semana iríamos a Hogsmeade por el día de San Valentín y todos estábamos entusiasmados por ello.
Los estudios agobiaban nuestras mentes y Blaise y yo tirados en esa biblioteca ya no dábamos una mas.

—Te juro que estoy tentado a dejar los estudios y convertirme en algo mucho mas divertido.
 Me dijo aventando su libro al suelo en señal de rendición
—¿Ah si?. Y cuéntame, ¿A que te dedicarías entonces?—Dije con mirada divertida.
—Me conseguiré un sugarmago— dijo llevando sus dedos a la barbilla pensativo.
—Me parece perfecto, te vendo a un viejo mago y yo disfruto de los viajes y lujos que el te de— dije dejando mi libro al costado en la silla.
—¿Dumbledore tendrá muchos galeones en gringots?.
Me miro serio. Trate de aguantar su mirada pero fue inevitable, explotamos en una carcajada.

Habría partido de Quidditch esa tarde así que después de la comida todos fuimos a nuestros dormitorios a prepararnos con banderas y pintura en el rostro para alentar a nuestras casas.
El juego de hoy era Slytherin contra Gryffindor.
Pero debido a que Harry Potter y los gemelos Weasley habían sido suspendidos del equipo por ordenes de Umbridge, la verdad es que nuestra casa tenia todas las de ganar, siendo sinceros, perdía un poco la diversión.
Harry era sin duda un buscador extraordinario que siempre daba unas buenas luchas contra Draco.

Antes del partido me dirigí a los vestidores de Slytherin.
Theo había olvidado sus guantes en su dormitorio, como ya se hacia tarde me ofrecí a ir por ellos y llevárselos antes del juego.

Bajo las gigantescas torres donde los alumnos ya se encontraban reuniéndose. Me dirigí a la nuestra, cuya tela verde esmeralda caía hasta los terrenos llenos de polvo bajo mis pies.
Camine por las escaleras que daban al interior de los vestidores y abrí la gran puerta de caoba encontrando a mi hermano preocupado corriendo hacia mi.
—Tardaste siglos, pensé que ya no alcanzaría a jugar— dijo arrebatándolos de mis manos y saliendo a toda prisa de ahí. 
"De nada hermana".  Pensé cuando el había desaparecido fuera de los vestidores.
Le di una vuelta al lugar, había camisetas tiradas por el suelo y un gran banco frente a mi con unos tenis aun ahí encima.
Me acerque y los tome viendo la suela negra de estos.
DM se leía con unas letras en cursiva plateadas. —Que arrogante— dije en voz baja chasqueando la lengua.

—Y no tienes ni idea de cuanto— escuché una voz a mi costado saliendo de las regaderas.
—¿Qué haces aquí?. El juego esta por comenzar— dije poniendo de nuevo los zapatos en el banco.
—Estaba por irme, hasta que escuche a alguien llamarme arrogante y decidí encararlo-
Se acercó a mi con su mirada fija sin descaro en mis piernas.
—Nadie, me insulta y se sale con la suya Nott.
—Ay perdóname, no sabia que heria tu pequeñito orgullo de hurón- dije provocándolo mientras me acercaba de puntitas a él, para quedar un poco mas a su altura

Ladeo la cabeza y me observo de arriba a abajo.
—Bueno, tendré que enseñarte modales entonces.
Trague saliva y levante la cabeza en dirección a sus grises ojos que irradiaban una mezcla de enojo y deseo.
—No.. no te me acerques Malfoy, no estoy de humor— dije poniendo una mano en su pecho para retroceder lo.
El clavo sus ojos en mi mano y tomo mi muñeca con fuerza, la levanto a sus labios y dejo en ellas un suave beso.
—Se una manera de ponerte de buen humor— amenazo bajando mi mano de nuevo y tirándome en el banco de un empujón.
Fue agresivo e hizo que me recorriera una oleada de calor por el cuerpo. 

Se escucho un fuerte sonido cuando caí de nalgas al banco y se acerco a mi viéndome de arriba. Me sentía muy pequeña al lado de el en esa posición.
—!Que coño te pasa!-- Exclame, congelada, incapaz de ponerme en pie.
—¿Tu quieres que te de un rodillazo en...?.
 No pude terminar porque me interrumpió al instante.
—Prefiero que otra parte de tu cuerpo sea la que interactúe con el—me dijo agachándose y quedando a la altura de mi rostro.

Paso su mano por mi cuello y lo apretó un poco, mis labios al instante se abrieron y una sonrisa se le dibujo en el rostro.
—Dame tu ropa interior— me ordeno sin dejar de apretar mi cuello.
Un escalofrió me recorrió las piernas, en una clase de confusión y excitación. 

Negué con la cabeza y apretó mas fuerte
—No lo voy a repetir Chiara— dijo oscureciendo sus ojos con cada palabra
¿Qué carajos estaba pasando?, No tengo ni idea.
Solo se que mi entrepierna comenzó a palpitar intensamente y sus ojos grises que parecían marearme no ayudaban.

Sin decir nada, baje lentamente la mano debajo de mi falda, y saque el pantie negro de tela fina. Lo baje de a poco por mis piernas y Draco bajo la mirada para contemplar la escena.
Bajo su mano y sin poder ver nada tanteo debajo de mi falda sobre mi piel desnuda.
Sentí como rozaba con un dedo mis labios superiores, y con ayuda de otro los abrió lentamente. Y luego se quedo ahí, estático unos segundos saboreando mis suaves jadeos y luego los cerro de nuevo. 

Sentí algo frió rozar mi clítoris, era su gran anillo de plata e hizo que diera un sal-tito ante la sensación que provoco en mis terminaciones nerviosas.
—Ahora Nott, voy a meterte dos dedos. Y voy a penetrarte con ellos fuerte y duro hasta que te corras en mi mano— dijo sonriendo.
Y así fue, embistió con dos de sus dedos fuertemente y me arquee quedando casi recostada sobre el banco.
Subió mi falda y se hinco en el suelo, bombean-dome fuerte.
Y después de unos segundos utilizo su dedo libre, aquel que tenia ese gran anillo de plata para masaje arme el clítoris de nuevo.

El frió contacto del metal me estaba volviendo loca, mientras daba círculos con el y metía sus dedos sin piedad una y otra vez.
La sensación era deliciosa, pero a la vez peligrosa.
Literalmente me estaba penetrando con su mano en el centro de los vestidores mientras mis jadeos se volvían cada vez mas fuertes.
Entonces lo sentí venir, envolverme desde la punta de los pies, con su anillo, y su cabello blanco cayendo por su rostro viéndome divertido.
Mis piernas se empaparon y el orgasmo me hizo pegar un último fuerte grito.
Recupere de a poco la respiración y el silencio reino la habitación de nuevo.

Saco lentamente sus dedos y lamió uno de ellos viéndome a los ojos.
—DRACO LUCIUS MALFOY BLACK. Si no subes en este instante estaremos descalificados y te juro te matare pedazo a pedazo- gritó Marcus desde afuera de la puerta.
Me incorpore rápido y vi como se guardaba mi ropa interior en el bolsillo de la capa
—Esto me lo llevo para la suerte— susurró con una perversa y perfecta sonrisa y seguido de eso, se alejo a toda prisa con su escoba en la mano.
Me quede ahí unos segundos tratando de recuperar la respiración.
Con el cuerpo helado sin poder comprender lo que acababa de pasar.

Draco me había masturbado debajo de todo el colegio, incluso de los profesores.
Y me había venido jodidamente delicioso.


DIRTY SNAKES  +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora