Bosque

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Marzo se acercaba, y poco a poco comenzarían a ser sustituidas en el castillo, las bufandas de invierno por los lazos de colores y coletas en el cabello.
Me preparaba para tomar una ducha, con unas velas junto al baño y el chorro de agua corriendo para llenar de vapor el cuarto de baño.
Al correr la cortina quede inundada en mis pensamientos. Con el recuerdo de sus manos pasando por mi cintura y acariciando mi sexo.
Me puse bajo el chorro caliente de agua y deje soltar un suspiro al sentir el calor en mi piel. Quería mas de Draco, mucho mas que solo su mano tocándome.

Al salir me puse mi falda, mi sujetador y al final la camisa y chaleco del uniforme.
Rocié un poco de perfume en mi cuello y pinte mis labios.
Salí a toda prisa y me dirigí a la cabaña de Hagrid, donde tendríamos otra de sus inquietantes clases de cuidado de las criaturas mágicas.

Al llegar me percate de que ya estaban todos. Se me había hecho bastante tarde y Daphne no había pasado la noche en la habitación como para despertarme.

—Ah adelante, em... estudiante— pronunció Hagrid tratando de recordad mi nombre.
—Chiara, soy Chiara Nott desde hace cinco años— dije volteando los ojos ganándome unas risas de mi grupo de amigos.
—Si, bueno como les comentaba...
Hagrid pronuncio nervioso y continuo hablando de lo que fuera que estuviera hablando.
Algo sobre pescado y aves devoradoras.

Me senté en el césped junto a Daphne quien me regalo una cálida sonrisa.
Pasamos unos minutos en silencio fingiendo que entendíamos lo que decía el profesor cuando sentí que alguien comenzó a tirar de mi cabello suavemente a mi espalda.
No me gire, sabia de quien eras esas manos tan heladas.

Parecía que estaba intentando hacer una trenza en vano. Levantaba mi cabello le daba vueltas unos con otros y luego tiraba suavemente de el.
Me estremecí al sentir su mano por mi espina dorsal y permanecí quieta sintiendo cada toque. Hasta que escuche su voz a mi oído y me olvide de todo nuestro alrededor.
—Que tal si me dejas terminar lo del otro día.
Su voz penetraba en mis oídos como dagas filosas.
Me picaba la curiosidad saber de todo lo que me había estado perdiendo este tiempo del gran Draco Malfoy, pero me aterraba que no me gustara lo que podía encontrar si escarbaba demasiado.
—¿Esta noche?— le pregunte girándome un poco y viendo sus ojos de perfil.
—Aquí, ahorita— me respondió con una sombría sonrisa.

Y antes de que respondiera se puso de pie, y camino con cautela lejos del grupo hacia el bosque. Escuchaba mi corazón latir y una emocionante excitación de seguirlo.
Mire una ultima vez al profesor, el cual estaba muy ocupado quitando unas espinas de la mano de Neville y le dije a Daphne a mi lado sin que nadie pudiera escuchar.
—Grita muy fuerte si ves que alguien entra al bosque, ahorita regreso— le guiñe un ojo.
Y con mirada de confusión asintió mientras me dirigía con cautela detrás de los arboles por los que se fue hace un momento el rubio.

Camine unos pasos y ciertamente pensé que se adentraría mas en el bosque, pero lo vi a tan solo unos metros del grupo.
Estaba de pie entre dos grandes arboles y me miraba con una sonrisa divertida.

—Nos escucharan— dije volteando de reojo
—Nada que no merezca ser escuchado— dijo tomándome de la mano. Caminamos al árbol que estaba a su derecha y se quito la camisa.
Por primera vez observe sus músculos y su largo torso, era pálido y parecía el de un ángel.
No, el de un demonio

Me acerque a el y me pego detrás del gran árbol.
Paso sus manos por mi chaleco y sin decir nada lo levanto por mis brazos y lo tiro al suelo. Se escucho como crujieron las hojas bajo nuestros pies y el silencio de nuestras miradas decía todo.
Sentíamos deseo puro de acabar con la incertidumbre de una vez, de como era follar con el otro después de tantos años de conocernos.
Me quito uno a uno los botones de la camisa y cuando de deshizo de ella sentí el cálido aire entrar por mis pechos.
Su mano recorrió mi espalda y desabrocho el sujetador. Y hasta ese momento en que mis pechos estaban desnudos frente a el. Me beso.

Fue la primera vez que probaba sus labios, eran suaves en comparación de lo desesperado que era su agarre.
Paso su lengua por la mía y sentí que mis piernas comenzaban a encenderse.
Puse mi mano detrás de su cabello y comenzó a quitarse la camisa frenéticamente. 

La voz de Hagrid aun se escuchaba a lo lejos, como un murmuro indescifrable y casi me muero cuando tuve que reprimir un jadeo al sentir su enorme miembro contra mi clitoris. Y lo dejo ahí, un momento presionando.

Sus besos me pedían mas, así que me deje llevar. Me levanto con las manos en la cadera y mis piernas abrazando su cintura. Y ahí comenzó a embestirme, con el árbol de respaldo y el grupo de alumnos a unos metros de nosotros.

Nunca había sentido tanta desesperación en tan solo unos segundos, era como querer que no acabara nunca pero a la vez que me dejara disfrutar el orgasmo lo antes posible.
Apretó una de mis nalgas mientras me penetraba más y mas rápido, y pude sentir como mis gemidos comenzaban a salir de mi boca sin poder controlarlos.
El me tapo los labios con sus manos y me regalo una mirada de complicidad. 

—Si gritas, todos escucharan y querrán lo que es mío en este momento— dijo sin dejar de empujarme contra aquel árbol que comenzaba a marcarse en mi espalda.

Negué con la cabeza y por alguna razón me vine al escucharlo hablarme así.
Me acababa de llevar a la gloria con su brusquedad.
Cerré los ojos y mordí mi labio reprimiendo gritar su nombre fuerte para que todos escucharan lo que acababa de hacerme. 

A los segundos el se vino, salió de mi rápido y derramo todo su liquido caliente en mi vientre.
Me baje de su agarre y de pie desnudos, me beso una ultima vez, con sus manos en mi trasero. Todo en una escena perfecta.
Por un momento me sentí volando en lo alto en las nubes. 

Paso su mano por mis hombros y luego levanto mi barbilla con su dedo, sus anillos se sentían helados contra mi cuello y mi respiración aun se encontraba agitada.
Me observo de arriba a abajo y me sentí deseada, como una diosa a la que estuviera venerando en silencio.
Mierda, me gustaba Draco.
Me gustaba muchísimo, siempre lo había hecho.  

Recogió su capa y me limpio con ella el estomago. Me dio un beso en la mejilla y espero a que me vistiera.
Una vez cambiados, los dos nos unimos al grupo de nuevo, quienes ya estaban emprendiendo su camino al castillo.

Solo Blaise nos vio salir juntos del bosque, pero como el excelente amigo que es, solo me regalo una mirada sorprendida y no hizo escándalo.
—No te saldrás con la tuya, esta noche, en el comedor. Absolutamente todos los detalles— Me dijo alzando un dedo hacia mi rostro.
—¿Quieres imaginar a detalle el miembro del albino?— dije con una mano en la boca simulando estar intrigada.
—Muy graciosa, quiero saber como es estar con alguien por primera vez que no sea el estirado mojigato de tu ex— dijo sacándome la lengua.
—Dios, tenias que traer a mi mente un recuerdo tan espantoso como.. él. En un momento así, donde estoy volando por todo el colegio— dije alzando mis brazos y dando vueltas.
Soltó una carcajada y emprendimos paso aun entre risas rumbo al colegio.
Tomé del brazo a mi amigo mas fiel, mi compañero de vida, a Blaise. 

Y una vez en la entrada del castillo, le regale una ultima mirada al bosque, aquel donde Draco acababa de hacerme suya, y el acababa de hacerse mío.


DIRTY SNAKES  +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora