Hierro

41 5 0
                                    

Su sonrisa era maliciosa, queriendo decir algo con la curvatura de sus labios pero denotando algo muy diferente en la oscuridad de sus ojos
—Hablemos a solas— propuse sin despegar la mirada de la suya.

Sus grises ojos parecían contar historias totalmente diferentes, no parecían los mismos del estudiante del año pasado. 

—Puedes decírmelo aquí. 

Apreté mi mano en un puño conteniendo toda la rabia que estaba comenzando a subir por mi estomago. Sabiendo que mi hermano estaba observándonos, y cualquier escena que causáramos el intervendría al instante. 

—No es una pregunta Draco— amenace seria, sabiendo que era la única manera en que se le podía hablar en esas situaciones. 
Rodó los ojos en señal de flojera hacía Crabbe, quien le contesto en una sonrisa burlona. Ganándose mi odio instantáneo.
Después de unos largos segundos, por fin me acompaño fuera del salón de clases. Con los murmullos de todos los de nuestra casa susurrando a nuestras espaldas.

El pasillo estaba desierto, perfecto para poder entablar una conversación con aquel narcisista que parecía solo haber potenciado su egoísmo al triple. 
Se recargo en la pared de piedra con los brazos dentro de sus bolsillos, y evito mirarme en todo momento. 

—Se que fue un verano duro, así que no te preguntare como estas, voy a ahorrártelo. Se que no estas bien, y no pretendo presionarte en ningún sentido. Quiero que sepas que estaré aquí para ti en todo momento, y que a pesar de todo... quiero estar contigo en la manera que me lo permitas, cuando me lo permitas. 

Silencio total. 

Su expresión aburrida me estaba matando. Quería darle su espacio, pero a la misma vez, quería devorarle los labios y saber que seguía siendo mio. 
Apretó los labios como aguantando el decir algo, y sentí, por una fracción de segundo, que seguía siendo el mismo. 

Pero no tardo mucho en retomar la compostura y regalarme una perversa sonrisa sin mostrar los dientes, mientras daba un paso al frente, pronunciando aquellas palabras que se clavaron como frías dagas en mi pecho. 

—Si yo necesito follar te lo haré saber Nott. 

Y sin mas se fue de ahí, dejándome con unas fuertes ganas de romper en llanto en ese mismo pasillo.


En la cena, evite sentarme lo mas cerca posible de todos ellos. Thimotheé se habia distanciado de Pansy desde lo que había pasado ante el maleficio. Y aunque lo odiaba por lo que había contado sobre mi, me sentía un poco culpable por la manera en que había pasado los meses en recuperación en el hospital se St Mungo. 

Habíamos sido novios por bastante tiempo, y una parte de mi cabeza, aun recordaba al niño que me visitaba en la mansión y nadaba conmigo en el lago. 
Por lo que, al terminar mi jugo de calabaza, le indique con una seña que si podíamos hablar fuera del comedor. 

Por suerte, a mi parecer. Draco no se había percatado, estaba muy ocupado en una conversación con Crabbe y Zabini sobre cuanto odiaban al trió de oro. 

Zabini también había estado raro conmigo desde que hablo con Draco después de clases. Algo no me olía bien, y de acuerdo a la carta que recibí de mis padres la semana pasada, donde decían que tenían que hablar conmigo de algo urgente en las vacaciones de invierno. Presentía que tenia que ver con todas nuestras familias, pero era muy rápido para especular. 

Salí del comedor, seguida de Thimothee. Y cuando nos encontrábamos caminando en silencio por el pasillo, con dirección a la sala de Slytherin, sentí un extraño sentimiento de nostalgia al recordar que hace tan solo dos años. Aquí lo había recibido con los brazos abiertos y locamente enamorada. Cuantas cosas habían pasado en tan poco tiempo, que habían logrado convertirme en una persona totalmente diferente. 

—Yo..
—Escucha... —pronunciamos al mismo tiempo. 

—Empieza tú— le dije con una sonrisa. Observando el cansancio bajo sus almendrados ojos, demostrando el martirio que debió pasar en aquel hospital. 

—Todo ese tiempo que pase con los medimagos fue terrible. Tenía sesiones de oclumancia para poder dejar mis recuerdos en orden, y así evitar perder la cordura. 

Se rascaba las manos en señal de nerviosismo, y después de varias pasadas con su uña, comenzó a hacerse una herida en la piel.

Tome sus manos con fuerza y sentí sus ojos recorrerme por todo mi rostro. —En fin, al regresar a ellos, recordé lo mucho que te ame. Y las incontables veces que estuviste ahí para mi. 
Al revivir la noche del lago con tu padre, entendí que nada de eso había sido tu culpa. Y fue idiota de mi parte haberte hecho creer que si, por favor discúlpame Chiara— paso su mano lastimada por mi rostro, y sentí el gesto como uno genuina-mente amable. Como el de un amigo que quería hacer las pases después de tanto sufrimiento. 
No lo seguía amando, pero lo perdonaba. 

—Esta bien Tim, espero que estés bien— pronuncie con las lagrimas queriendo salir de mis ojos. Aunque reconocía en mi interior que la razón por las que querían escapar no tenían nada que ver con el chico frente a mi. 
Se dio cuenta de ello al instante y me rodeo en un tierno abrazo. Uno que se sentía bien, al soltar una carga de odio que habia llevado en mi corazón por varios meses.

—¿Qué te parece Draco? Los dejamos solos y enseguida se buscan como ratas de alcantarilla— escuché la asquerosa voz de Pansy a nuestras espaldas. Percatándome además, que todos los alumnos comenzaban a salir del comedor rumbo a sus dormitorios. 

—Huele a frustración sexual— Draco me miraba con odio. Recorriendo a Thimotheé frente a mi con una mirada que me causo verdadero pánico. —¿No fue suficiente el maleficio que te lancé Chalamet? Anda, hazme frente de nuevo, me encantaría desaparecer tu patética existencia del mundo mágico. 

Observe a Tim mirarlo horrorizado, quizá recordando la tortura que había sido el fuerte hechizo de Malfoy. Por lo que solo se limitó a  pedirle perdón entre dientes y a desaparecer lo mas rápido que pudo hacia las mazmorras. 

—Cuidado con tu elección de hombres Nott. Un miedoso siempre tendrá que resguardarse tras de ti para ser salvado.

Lo mire con desprecio, estaba comportándose de la peor manera posible. 
—Eres un imbécil Malfoy.
—Tal vez, pero al menos no soy un cobarde. 

Y seguido de esto, se llevo su fría presencia en camino a los dormitorios, seguido de Pansy, Crabbe, y Zabini hasta el final. Quien tenia la cabeza gacha y no me dirigía la palabra.

Vaya, pintaba a ser un año de mierda. 


DIRTY SNAKES  +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora