Por mi hijo

Five

Aaron Rivera

-¿Qué pasa amor?- mecía a mi hijo mientras el seguía llorando

Eran las dos de la mañana y no sabía porque Alex lloraba.

Su pañal estaba limpio.

Había tomado su leche.

Tomé mi celular y comencé a buscar.

Él no tenía fiebre ni nada. Mientras buscaba sentí como su boca está en mi barbilla que me había afeitado hace unos días.

El comenzó a morderla y su llanto paro.

Cuando me aleje de él volvió a llorar.

Leí que a los siete meses comenzaban a aparecer sus primeros dientes lo que le daba comenzó en su encía.

Debía buscar algo que lo ayudara.

Realmente no tenía nada.

Esa noche deje que durmiera sobre mi mientras mordía mi barbilla.

Cuando me levanté en la mañana lo cambié de ropa y le di su leche.

Tenía que salir a buscar un juguete que pudiera morder.

A unas cuadra tenía un mini súper de la vecindad en donde podía conseguir algo.

Me coloque ropa cómoda para salir.

-Necesitamos un poco de vitamina D- susurre mientras cerraba la puerta

Camine con mi hijo en brazos.

El mordía su mano con un poco de desespero.

-Anoche no sabía que te pasaba, debes empezar a hablar- lo mire

-Me confundes hijo- espere la señal para cruzar

-No me mires así que no te puedo leer la mente- le sonreí

-Si, a tu padre le hace falta amistades-

-Pero por ahora eres el único en mi vida- entre al colmado

-Buenos días- me saludo la señora

-Buenos días- le sonreí

Fui al área en done estaban las cosas para bebé.

-Es momento también de comprar tu formula- tome dos

Busqué entre las cosas que tenían hasta que encontré uno de esos juguetes para su boca

Como pude fui a pagar.

-¿Le están saliendo los dientes?- me miro la señora

-No se, anoche lloro mucho-

-Mi recomendación es que los esterilices y coloques uno en la nevera- asentí

-El frio del juguete aliviara el picor más rápido-

-Gracias por los consejos- le pague

-Otra cosa- me detuvo antes de que siguiera mi camino

-Unos periodista lo andan buscando, pero no le dije donde vives-

-Gracias Gloria- le sonreí

-Suerte en tu próxima carrera-

-Gracias- salí de ahí

Desde que había ganado la gente me reconoce con más facilidad.

Me gustaba y a la misma vez no.

Me hacía sentir que mi hijo no estaba seguro.