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Aaron Rivera

-Ya avisé que no iras a la escuela- dejé mi celular a un lado mientras mi hijo continuaba dormido en mi pecho

Su fiebre había bajo con la ayuda de los medicamentos recetados.

Tuve que esperar en la farmacia una media hora para tenerlos.

Un toque en mi puerta me asusto.

-No espero a nadie- susurre para ponerme de pie mientras dejaba a mi hijo en el centro de mi cama

Camine hasta la puerta para abrirla.

-Hola- Fer apareció frente a mi

-Hola- la mire un poco confundido

-Traje una comida para Alex, mi mamá la hacía siempre que estaba enferma- levanto una lonchera en su mano

-Pasa- me hice a un lado

En la mesa del comedor estaban todos sus medicamentos.

-¿Cada cuánto tiempo se lo debes dar?- ella empezó a leer la etiqueta del medicamento

-Cada ocho hora una y la otra es cada doce horas-

-Perfecto- continúo leyendo los medicamentos

-¿Hoy no trabajas?- ella negó

-No, solo me quedan dos día libre- hizo un puchero que la hizo ser muy tierna

-¿Quieres vino?- negó

-Es muy temprano-

-Es bueno tenerte de amiga o conocida- cruzo sus brazos para mirarme

-¿Por qué?-

-Sabes de enfermedades y como curarlas-

-Entonces solo me quieres por beneficio-

-No dije eso- me senté en mi sofá con ella

-¿Haz comido algo?- negué

-Solo tengo el pastel y el vino de anoche-

-Debes cuidarte también- se puso de pie

-Solo quiero que mi hijo se cure-

-Si quieres que él se cure, tú también debes cuidarte. Si te enfermas quién lo protegerá-  ahí tenía un punto que no había visto

Ella calentó un caldo que había traído.

-Solo fideos-

-Era para Alex no para ti- asentí para comerla

-¿Queda más?- asintió

Se sentó a mi lado y coloco su mano en mi frente

-¿Qué haces?-

-Verificar que no estes enfermo también- la mire confundido

-Tus mejillas estas rosadas-

-La sopa está caliente- me excuse

El llanto de mi hijo me alentó que se había despertado.

Deja la sopa en la mesa frente al sofá y corrí a mi habitación.

-Aquí esta papá- anuncie cuando entre

Él estaba sentado en el medio de mi cama abrazando su peluche

Al verme se puso de pie mientras estiraba sus manos hacia mí.

-Aquí estoy- lo cargue para salir de mi habitación con él

Cuando salí a la sala ella no estaba por ningún lado.

-Es un poco rara- susurre.

-Alguien te trajo comida-

Por mi hijoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora