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Aaron Rivera

-Pacata, pacata, pacata, pacata- moví mis piernas mientras mi hijo estaba sentado en ellas riéndose

-Tienes una risa hoy- volví a imitar un caballo

Ya habíamos comido nuestra cena y era su momento de juego con su padre.

Ya nos habíamos duchado y colocado nuestra pijama en conjunto.

-Tengo que lavarte los dientes y a dormir- él asintió

Siempre intento mantener su rutina para que él siempre lo tuviera.

Camine con él en mis brazos hasta el baño.

Ya no lloraba tanto cada vez que limpiaba su boca.

Luego lo cargue mientras lo mecía de camino a su habitación.

Sentir como se estrujaba los ojos con sus manos y pegaba su nariz a mi cuello.

Lo mecí por un buen rato hasta que sentí que su respiración era pausada.

Cuando ya quedó dormido lo acosté en su pequeña cama para besar su frente.

Salí con cuidado de no despertarlo.

Fui a la mesa del comedor en donde me esperaba mi botella de vino.

Busqué dos copas y me senté mirándolas.

-No sé porque la espero- susurré para abrir la botella

Me serví un poco e inicié a tomarla.

-Felicidades Aaron –

-Feliz Cumpleaños- me termine mi copa

El timbre hizo que corriera a la puerta

-Carajos que mi hijo duerme- susurre abriendo la puerta

-Hola- ella estaba parada frente a mí con una sonrisa

-Llegué tarde, pero fui por algo- me hice a un lado para que entrara

-Ya inicié a tomar-

-¿Tienes encendedor?-

-En la cocina, pero aquí no puedes fumar-

-No es para eso imbécil-

-Ahí vamos con los insultos de nuevo- ella fue a la cocina con una bolsa que tenía

-Te serviré una copa-

-Gracias-

No quería pasar mi cumpleaños solo, pero tampoco quería decirlo.

-¿Qué haces?- me termine mi segunda copa

-Feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños querido Aaron, feliz cumpleaños a ti- canto mientras caminaba con un pastel hacía mí.

-Estas son las mañanitas que cantaba el rey David, hoy por ser día de tu santo, te las cantamos aquí- coloco el pastel frente a mi mientras hacía que me levantara

Ella busco la versión de Vicente Fernández

-Bailemos por ser el viejo verde- reí negando mientras bailaba pegado a ella

-Que linda esta la mañana, en que vengo a saludarte, venimos todos con gusto y placer a felicitarte- cantamos juntos

Tome mi copa de vino mientras continuábamos moviéndonos lentamente mientras cantábamos con Vicente Fernández de fondo. La música no era tan alta por mi hijo.

-Pide un deseo- señalo mi pastel cuando se acabó la canción

Cerré mis ojos y deseé que mi hijo continuara creciendo sano.

Por mi hijoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora