Aaron Rivera
Dos días habían pasado en donde Julio se encargó de traerme a mi hijo.
No sabía nada de Fer.
Julio se encargó de hacer sus averiguaciones y hoy era su manifestación.
-¡Carajos!- me queje de dolor cuando me puse la camisa
-Si esperarás por mi- Julio me miro mal
Emilia estaba en el sofá de la habitación entreteniendo a mi hijo.
No podía mover mucho mi brazo izquierdo.
Según el médico que me siguió atendiendo me recomendó no hacer ninguna fuerza con el brazo por lo menos dos meses a lo que mi herida se sanaba.
Tenía que estar presentable.
El me colocó algo tipo un cinturón que mantenía mi brazo izquierdo doblado evitando que me doliera tanto.
-Me jode que no pueda correr-
-Lo sé, te había conseguido una carrera pequeña, pero será mejor que te recuperes- asentí
Cuando ya estuve cambiado salimos del baño
-Se tardaron mucho- teníamos la mirada de mi hijo y la de Emilia
-El impedido este no puede hacer muchas cosas- se quejó Julio
-Calla- guarde lo poco que tenía en una mochila
-Pa- mi hijo camino hacia mi levantando sus manos
-Papá no te puede cargar-
El hizo un puchero para iniciar a llorar
Con esfuerzo lo tome con mi mano derecha mientras me dolía hasta el alma.
-No llores bebe- lo mecí suavemente
-Alex a papá le duele- Julio me lo quito
Mi hijo ahora lloraba en los brazos de su tío.
-Déjame ver que no estes sangrando- Emilia abrió mi camisa y la gaza que tenía en mi herida se había manchado de sangre
-Iremos al auto- asentí hacia Julio
Emilia busco a una enfermera para que me cambiara la gaza antes de irme.
Iríamos directo hacía donde se estaría dando la manifestación.
-Tan hombre y miedoso- susurro Emilia
-Nunca he sido bueno con las heridas así- confesé mirando a otro lado
La enfermera me cambio la gaza mientras Emilia observaba todo.
Luego de unos minutos logramos salir.
Sorpresivamente en las afuera del hospital había periodistas.
-¿Qué opina de la doctora que realizo el trabajo de forma ilegal?-
-¿Demandara al hospital?-
Continue hacia el auto en donde me subí y pude ver a mi hijo.
-Hola amor- bese su mejilla
-Pa- señalo mi brazo
-Papá está bien, duele un poco, pero estoy bien- acaricie su mejilla
El tocaba con delicadeza mi hombro sobre la camisa.
El sabía que papá estaba adolorido.
Llegamos a un juzgado de médicos y me sorprendí al ver de nuevo muchos periodista.
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Por mi hijo
Short StoryAaron es un corredor profesional, pero no de los que te imaginas. Jamás había ganado una carrera y no ganaba tanto dinero. Decide ser padre soltero respetando las decisiones de su expareja, cada día las cosas se complican y el dinero va desapareci...