Capítulo 10.

210 14 0
                                    

Terminamos de comer y volvimos al hotel tardísimo. Bueno, no era tarde, pero se veían algunas estrellas. Al llegar, el botones nos miró, pero no nos dijo nada, automáticamente nos dirigimos hacia el ascensor. Ambos sabíamos nuestro destino: aquella terraza, quien nos volvía locos.

Por mi parte, amaba la terraza, era algo que, no lo sé, me hacía sentir viva, y sé que tal vez suena tonto lo que digo, pero aquella terraza, ese pequeño lugar causaba cosas muy grandes en mí.

Cuando subimos al ascensor, comenzamos a reír como niños pequeños de nueve años, es que realmente, nos causó gracia la cara de ese botones al vernos, ¿acaso es raro salir con alguien? Yo creo que no, aunque relativamente no fue una salida. Seguimos riendo hasta que me llegó un mensaje de Noah.

NOAH: ¿Qué onnnnda pequeña? Estas súper desaparecida, ya ni me hablas, ¿aún sigues viva? ¿te comieron los Blackwellers?

¿QUÉ SON BLACKWELLERS? ¿Acaso los habitantes de Blackwells? No entendía, pero eso no terminó allí. Me llegó uno de Ryder.

RYDER: ¿Qué pedo contigo? Con Noah hablamos y, ya ni nos hablas, ¿te enojaste?

No contesté ni pensaba hacerlo, ¿realmente gastaron parte de su tiempo en escribirme mensajes los cuales no pienso contestar? ¡Lo peor es que saben que no contestaré! ¿Por qué no me dejaban estar con mi nuevo amigo a solas? ¿POR QUÉ?

-¿Estás bien? Te veo preocupada. -Me dijo Mau.

-Estoy bien.

-¿En serio?

-Sí, Mau, realmente estoy bien. -dije soltando una pequeña risa.

En eso, llegó nuestro ascensor al destino. Corrí como una niña pequeña hacia las reposeras que estaban allí, me tiré en una de ellas, pero luego Mau se tiró encima mío.

Comencé a reírme y luego se sumó el, parecíamos nuevamente dos niños pequeños. Él se sentó en la punta y yo en la cabecera de ésta, mirándonos fijamente, mientras él sonreía. ¡Por Dios, qué hermosa sonrisa tenía! No estoy segura de que me gustara, pero realmente era muy lindo.

-¿Te gustaría hacer un video conmigo? -me dijo sonriente.

-¿Qué?

-Un video, ¿recuerdas?

-Oh, sí, ya me acordé. No hay problema, pero, ¿Cuándo?

-Ahora.

-¿Ahora?

-Sí, para matar el tiempo.

-Claro que me encantaría.

En eso, bajamos hacia su piso, cuando el recordó que no dormía con su padre, sino que en ese pequeño galponcito de la terraza, por lo cual volvimos a subir, cuando recordó por segunda vez que su cámara estaba abajo. Bajó él, mientras yo me dirigía hacia los columpios, a una vez más, sentirme como una niñita. Comencé a columpiarme con tanta velocidad que por poco me caía, pero no pasó.

Regresó Mau con un trípode y una bonita pero grande cámara. Sacó las llaves de su bolsillo y me dijo "Pequeña, ¿podrías abrir?". Le hice caso. Lo dejé pasar a él, para luego pasar yo. Cerré la puerta, el depositó el trípode al lado de una pequeña TV a blanco y negro, pero con al lado una súper gigantesca notebook. Realmente, nunca vi una note así de grande.

Me pidió que abra un poco la ventana, aunque no entraría demasiada luz, era un lugar pequeño, pero no muy pequeño comparado a lo que se veía desde afuera.

Sacó su celular y comenzó a twittear "colóquenme retos". El celular sonaba tan rápido y vibraba tantas veces. Era increíble. El encendió la cámara y dijo algo como: "HOLA PANOSHIS", ¿Qué significa "Panoshis"? ¿Por qué dijo algo así? Tal vez sería su manera de saludar, en fin. Me pidió que corte el video en ese momento, y me explicó lo que haríamos. Yo acepté como fiel pendeja que soy. Me coloqué a su lado cuando empezó a grabar.

"Hoy estoy junto con una persona súper genial a quién conocí hace unos días, su nombre es Emma y ella está aquí junto a mí. Lo que haremos el día de hoy -comenzó a reírse, ¿por qué se reía?- será hacer algunos retos que ustedes me colocaron aquí, en este tweet." Fue su inicio. Comenzó a leer los tweets, y a medida que pasaban, los fuimos haciendo. Gracias a esos retos idiotas, comí una cucharada de canela, ¡qué asco! No sé cómo estoy viva.

Pero, en fin. Leyendo retos, Mau encontró uno. "Besa a la primer persona que tengas cerca, en la boca." Mau se quedó duro, pero luego me miró. Acercó sus labios a los míos y cuando estuvimos a punto de poder cumplir ese reto, o más bien, ese beso que ambos esperábamos, alguien tocó la puerta. Mau cerró sus ojos, paró la grabación y atendió. Era Brad.

-Emma, mamá, papá y yo iremos a comer. ¿Quieres venir?

No tenía ganas de ir, realmente no, y no sabía cómo decirle hasta que intervino Mau.

-Oye, ¿Bradley, cierto? -mi hermano asintió- Emma y yo estamos grabando un video, y tardará un rato, ¿por qué no van ustedes, y que Emma se quede conmigo? Prometo cuidarla.

Mi felicidad era enorme. Mi hermano nos miró raro, pero aun así se fue. Mau cerró la puerta y me miró.

-Te salvé. -me dijo.

Ese fue el momento donde ambos nos sentamos nuevamente, sin grabar. Él miró mis ojos mientras volvía a acercarse lentamente a mí. Me quedé en el lugar, no sabía cómo reaccionar. Me gustaba, lo admito. No sabía si yo a él, lo conocía hace prácticamente, dos días. Pero, ¡es tan lindo!, me gustaría, bueno, quizá, tal vez... gustarle. Finalmente el me besó. Tomó mi cintura, la acarició y seguía besándome. Nada, ni nadie podía arruinarme ese momento mágico de mi vida. Sentía las "mariposas en mi estómago". No duró mucho, pero fue impresionante. Sonreí ampliamente, aunque seguía sonrojada.

-Emma, tú, tú me gustas.

La terraza. (Screamau)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora