Desperté. Era una llamada perdida de mi madre, me había preocupado. Casi nunca me llamaba por teléfono, comenzando porque no sabía utilizarlo.
Me arreglé y me dirigí al comedor donde había una carta de ella."Brad y Emma,
Hijos, soy mamá. Hoy no estaremos en todo el día debido a que nos fuimos. No se preocupen, estamos bien. Volveremos mañana, hay dinero en la caja roja que está en nuestra habitación, intenten no salir.
Los aman, mamá y papá, XOXOXO."
Me tranquilizaba saber que ellos estaban bien, no obstante hoy era un día para mí. Mi celular, volvió a sonar. Era un mensaje de unos dígitos.???: Princesa.
YO: ¿Uhm?
???: Soy Mauri.
YO: ...cio?No hubo respuesta. Todo indicaba que era él.
YO: Ya te agendé. ¿Cómo conseguiste mi número?
MAU: Bradley.
YO: Estúpido idiota.
MAU: Ya, ya. Yo se lo pedí.
YO: Y él te lo dio.
MAU: Ven a la terraza.
YO: Debo comer.
MAU: Lo haces conmigo, sólo.. ven.
YO: Adiós.
MAU: Adiós.Era hermoso, se sentía hermoso. Lo vería. En minutos. Me invitó a almorzar. Era todo hermoso.
Fui hacia la habitación donde encontré a Brad durmiendo, me tiré encima de él, despertándolo. Se quejó.- Iré a almorzar con Mau.
- Vete y déjame dormir.
- Nos vemos.Y me fui. Nuevamente. No estaba muy peinada, sólo con una trenza espiga. Unos shorts, y una blusa suelta, que decía "Help!", que hacía referencia a un tema de The Beatles. Amo The Beatles.
Tomé el ascensor para bajar, ahí estaban los botones, mirándome y saludándome. Eran muy tiernos conmigo, en especial uno llamado Eloy, me caía muy bien. A él también le gustan The Beatles, me regaló el último disco que grabaron en Abbey Road, y tuve la oportunidad de escuchar a su banda tributo a ellos. Me encantan.
Lo saludé y me dirigí hacia la escalera escondida por las plantas, ahí subí a la terraza. Estaba Mauricio, con unos jeans que me traían loca, una camisa demasiado fina, y acompañándolo, unas converse.
Me abrazó.- Ayer te fuiste, creí que hoy no vendrías. -Me dijo, la cara de preocupación se le notaba.
- Estaba nerviosa. Lo siento.
- ¿Te gustó?
Me costó admitirlo, hasta que asentí con la cabeza. El rió.
- A mí también. -Me dijo. Tomó mi mano.
- Qué lindo eres. -Fue ahí cuando pensé en voz alta, y me sentí fracasada, hasta que sus siguientes palabras decían todo lo contrario.
- Qué linda eres.
- No lo puedo creer.
- ¿Qué cosa?
- Lo que has dicho. Yo no me veo así.
- Pero yo sí. Y como yo, hay miles.
- No jodas.
- No lo hago.Ambos reímos. Me llevó hasta el pequeño galpón el cuál llamaba su habitación, bastante amplia. Habían sobras de milanesa, una comida típica de Argentina, nunca la había comido hasta entonces. Era de pollo. La amé.
Terminamos de comer y Mau me miró. Hacía frío. Demasiado. Y mis shorts no ayudaban. Él me prestó un buzo pero aún así, el frío se apoderaba de mí. ¿Una mejor idea? Meternos en su cama. La verdad que era bastante cómoda.
Contamos chistes, reímos, hablamos... era hermoso. Mi pregunta era, ¿Estoy enamorándome? Lo confirmé con el beso que nos dimos. Esta vez, no huí. Me quedé dormida en sus brazos.