Estaba todo tan iluminado. Era tan precioso. Me veía a mí, con un vestido blanco. Era tan raro, iluminado y a la vez obscuro. Se veía un hilo, parecía que separaba la vida y la muerte.
Yo era ese hilo. Estaba entre la vida y la muerte. ¿Qué es esto?
Las voces de los médicos se escuchaban. Intentaban revivirme. Había un llanto. ¿Quién era? Algo se acercó a mí. Una voz. Pero luego, esa voz se transformó en algo más. ¿Un chico? ¿Quién es?
- Hola.
Me dijo. No podía responder.
- Sé lo que sientes. No te preocupes. No será necesario que hables.-continuó.- Me llamo Jordan, pero me dicen, perdón, me decían Jordi. Y sé que no podrás hablar y que estás inundada de pensamientos. Así que no te preocupes por como quieras llamarme. Escúchame con atención, Emma. Tú no me conoces, y yo tampoco. Pero lo único que vengo a decirte es que tienes que ser fuerte. Estás luchando por tu vida. Tú escojes el camino. Tu deber es hacer que ese hilo al que estás amarrada, no se rompa, porque si lo hace... Te mueres. Emma, por favor. Es duro, pero, ¿escuchas eso? Son los médicos. Y ese llanto, eso que escuchas es tu novio. Mauricio.-no era mi novio.- Él siente que todo fue su culpa. Y tú sabes que no es así. Notarás cambios. Los verás y escucharás, pero por favor, QUE ESE HILO NO SE ROMPA.- estaba asustada.- Podrás saber todo lo que suceda, y no podrás hacer nada al respecto. Pero recuerda que si te quiebras tú, se quiebra el hilo. Y si se quiebra el hilo, se quiebra tu vida. Eres fuerte. Debes ser fuerte. Es duro, y lo sé. Pero tú estás aquí porque quieres. Es tu última oportunidad. No has muerto porque no te lo merecías. Debes aprender a luchar. Y estoy aquí para enseñarte, con este simple mensaje. Tus ojos cerrados y tu boca explican todo, te entiendo.-¿sabía lo que pensaba?- Recuérdalo. Solo tú, la vida y la muerte. Piénsalo como el ajedrez, tu juego preferido. Las blancas son la vida. Y las negras la muerte. Tú eres el tablero. Debes ganar. ¡Gánalo! Gánalo... gánalo... gánalo...
