T‐26

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Pov. Lisa

"¿Qué haré si ella me deja?"

Necesité toda mi fuerza de voluntad para no acampar frente a la casa de Ruby Jane todo el domingo.

Afortunadamente, Rosé me había enviado un mensaje de texto para advertirme que Ruby Jane no tenía su celular, pero planeaba contactarme tan pronto como su madre estuviera fuera de la casa.

Me muerdo las uñas esperando que suene mi celular.

–Será mejor que termine con el desayuno–digo mientras coloco mi taza de café en la rejilla de secado.

Mi tercero esta mañana.

–Deséame suerte, Jackson.

–Buena suerte. Oh ¿Y Lisa...?

–¿Sí?–digo con mis llaves en una mano y la manija de la puerta principal en la otra.

–Nunca la volveré a tocar.

Sé que está hablando de Kaia y le hago un gesto de aprecio en silencio.

Su atracción física y su conexión pasada con ella nunca me causaron angustia, ni siquiera durante nuestro período de citas.

Pero si la hiciera desfilar delante de mí ahora después de lo que le ha hecho a Ruby Jane, nunca se lo perdonaría.

–Mandale a Jennie, mi amor–grita Jackson, mientras cierro la puerta.

El impulso para el brunch es insoportable.

Amaba a mi familia y en los últimos meses he hecho un esfuerzo consciente para tratarlos con menos frialdad, lo que ha hecho que mi relación con mi hermano y mi madre sea menos tensa.

Pero todo en lo que puedo pensar hoy, es en Ruby Jane.

–Hola, hija.

"Mierda. Ahora no, maldita sea"

Olvidé que venía mi padre.

–Hola ¿Dónde están Bam y la mocosa?

Sólo mis padres se sientan delante de mí.

No en nuestro stand habitual cerca del frente del restaurante, sino en la parte de atrás, donde se puede mantener una conversación privada.

Mi madre frunce los labios, sin siquiera molestarse en darme un beso de saludo.

Definitivamente algo estaba pasando.

–Siéntate, Lisa. Y baja la voz cuando tu padre esté hablando o me enfadaré mucho.

"¿Qué diablos está pasando?"

–Está bien... estoy sentada. No dispares–me siento y entrelazo mis dedos en la mesa entre nosotros, como si me estuviera preparando mentalmente para una entrevista.

La cara de mi padre está roja, el tipo de rojo que no he visto, desde que descubrió que había usado su dinero para hacer un 'título en consanguinidad'.

–Está bien, en serio ¿Puede alguien por favor decirme lo que he hecho? Ambos lucen como si hubiera cometido un asesinato.

–La siguiente mejor cosa, supongo–escupe mi padre y desliza una carpeta sobre la mesa.

Abro la carpeta y me hundo más, y más en mi asiento, mientras hojeo las páginas.

"Mierda"

Son fotos.

Muchas de nosotras.

Son de Ruby Jane y yo en su taller, tomadas desde afuera de la ventana.

¿Puedo tocarte?/Jenlisa(G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora