T-11

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Pov. Lisa

Soy la persona más afortunada del mundo.

No porque una chica hermosa me esté tocando.

No porque los músculos de mi espalda se sientan como mantequilla después de recibir horas y horas de masajes de Ruby Jane.

Tengo suerte, porque me pagan por hacer esto.

¿Quién más en el mundo puede tener esto como su trabajo diario?

Para colmo, Ruby Jane es absolutamente loca cuando la entusiasmas por algo contrario a sus gustos.

Como la música, por ejemplo.

Era una de las pocas chicas de mi edad que realmente amaba el rap de la vieja escuela y no tenía vergüenza de reproducir las canciones que le gustaban una y otra vez, mientras expresaba sus opiniones sobre el estado del mundo de la música moderna.

-Teddy fue el mejor de cualquier generación, que Dios lo tenga en su gloria-dijo en esa primera hora, mientras trabajábamos para superar la incomodidad inicial.

-Estos tipos nuevos en la escena del rap son idiotas absolutos. Quiero decir ¿Hellooo?-ella había arrastrado las palabras con genuina indignación.

-¿Le gustaría un diccionario, Señor 6ix9ine? ¿O está hablando en galimatías a propósito inspirado por un bebé de seis meses?

Era inteligente.

Mantuvo las persianas abiertas y puso el tipo de música que hacía difícil pensar en el romance o el sexo.

También mantuvo viva la charla, mientras se movía hacia adelante y hacia atrás de mi podio a su tocadiscos, hablando de películas y manías, y básicamente cualquier cosa que no cambiaría la naturaleza de su toque en algo... más.

Me fascina cómo se mueve con tanta seguridad, mantiene un diálogo abierto y construye una réplica de arcilla de mi espalda usando solo la memoria muscular en sus manos.

Fácilmente podría hacer trampa y hacer un molde de yeso, para ahorrarse el dolor de aprender cada ángulo del cuerpo y la cara de su modelo.

Pero, mientras observo su trabajo a través de su proceso artístico, siento que la principal emoción que siente no es molestia sino tranquilidad.

Por tedioso que fuera, amaba lo que estaba haciendo más de lo que yo amaba, que me lo hiciera a mí.

-Realmente amas tu arte ¿eh?

-¿Mmm?-la miro desde mi podio y sonrío ante la mirada vacía en sus ojos, provocada no por su ceguera sino, porque su mente está muy lejos.

-Dije que realmente amas tu arte. Tu mente desaparece cada vez, que te concentras en memorizar lo que sientes.

Ella sonríe cálidamente en mi hombro.

Desde que la conocí, he tenido casos frecuentes de sentirme triste cada vez, que sus ojos marrones no hacen contacto con los míos.

Se sentía como estar sentada en un asiento de pasillo en un avión, mientras el asiento de la ventana está ocupado por alguien durmiendo.

-Realmente me pierdo a veces-admite-Sentada en este plato giratorio, sintiendo que la arcilla toma forma bajo mis dedos... son momentos como estos, cuando odio tener que dormir y viniendo de mí eso dice algo-ella se ríe de sí misma.

-¿Modelar es algo que te apasiona?

Es mi turno de reír.

-Para nada. Sin embargo, es un trabajo. Y no soy terrible en eso.

¿Puedo tocarte?/Jenlisa(G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora