T‐3

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Pov. Lisa

Llego a la casa quince minutos antes de la hora prevista.

Mi agente siempre me recuerda sobre la puntualidad, solo que esta es la primera vez que presto atención a su consejo.

Mis correos electrónicos con este cliente misterioso han sido breves y nítidos, por lo que no estoy segura de qué esperar o cómo presentarme.

Solo mirar su casa confirma que este trabajo es fuera de lo común.

No tiene nada de malo en particular, pero 'Big Cash' no es lo primero en lo que pienso, cuando recuerdo cuánto tiempo me tomó llegar aquí desde la ciudad.

Es más una casa de campo que una casa en realidad; con un largo camino de entrada y plantas en macetas que bordean el porche delantero.

Las estatuas sin terminar se agrupan cerca de un viejo aro de baloncesto, lo que me recuerda una película de miedo que vi sobre figuras de cera que cobran vida.

"Quizás Kaia, tenga razón" pienso con incertidumbre, mientras toco el timbre.

El descargo de responsabilidad es raro, los correos electrónicos fueron extraños y el perro perezoso descansando en la alfombra felpuda de la puerta de entrada, no gritan exactamente profesional.

Pero una vez más, tengo que recordarme a mí misma que mi dinero se está agotando.

Y no es como si el empleador misterioso pudiera robarme de todos modos, ya que no tengo nada encima además de mi viejo iPhone.

La puerta se abre y frente a mí se encuentra una chica rubia, de mi edad o un poco mayor.

Claramente está sorprendida por mí, lo cual es extraño ya que sabía que iba a venir.

Tendría cuidado con su intento no tan exitoso de recomponer su rostro para parecer profesional, aunque parece lo suficientemente inocente, lo cual es mejor que un asesino con un hacha abriendo la puerta.

-Ah... ¿Hola? ¿Estoy aquí para una entrevista para el puesto de modelo?-digo con un signo de interrogación al final de mi oración.

Ella todavía está mirando.

Pasan diez segundos antes de que ella sacuda su cabeza de telarañas sueltas.

Retengo mi sonrisa ante la manera auto‐reprendente en que lo hace.

Ella no se nada mal.

Si tuvieras que alinear a todas las chicas de mi edad en orden de belleza, ella estaría parada en algún lugar en el medio.

Me imagino que es una de esas personas cuyo atractivo depende de su personalidad.

-Perdón por mirarte así-dice finalmente y coloca un mechón de cabello rubio detrás de su oreja-Pero... Wow, eres muy atractiva. Adelante-una risita sorprendida escapa de mis labios ante su saludo.

Tal vez ella no es tan inocente.

-Gracias, supongo ¿Eres RJ?

Los correos electrónicos que recibí del empleador misterioso, no tenían una firma en la parte inferior.

Ni siquiera sé el género de mi entrevistador.

Supongo que se supone que la R y la J, significa un Rags y un Jeans, lo que no es exactamente revelador.

Se ríe de mí, aunque de forma diferente a la forma en que Kaia se ríe falsamente.

Es más camaradería, menos condescendiente.

¿Puedo tocarte?/Jenlisa(G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora