T‐30

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Pov. Jennie

Estoy absolutamente perdida.

Y me encanta.

¡Tan libre!

¡Me siento como un pájaro, no!

Como el humo que sube y sale de una chimenea.

-¡Soy humo!-le grito a Rosé por encima de la música y luego sacudo mis brazos de la forma en que supongo que parece humo.

-Nooo-dice Rosé, sonando tan borracha como yo.

Me agarra los brazos por los codos y los mueve, hasta que se mueven con más debilidad.

-Olasss de humo. No sacudidassss.

-Oh...-sigo agitando mis brazos por encima de mi cabeza, incluso cuando Rosé quita sus manos de mis codos.

Realmente se siente liberador moverse tan lánguidamente, así que disminuyo el ritmo y muevo mis caderas con un movimiento similar.

-¡Maldita mujer!-Rosé grita por encima de la música-¿Cómo sabes bailar así?

-¿Como qué?-digo soñadoramente, mientras mis párpados se cierran por el agotamiento.

-Como una latina sexy o una bailarina de danza del vientre.

-¡Oh!-digo emocionada-Mi madre solía venir todos los lunes y jueves para bailar una hora por la mañana. Pensamos que sería mejor unirnos con el ejercicio que con la comida.

-Lo recuerdo-dice ella y luego eructa bastante fuerte-Solía mirarlas desde la ventana de la cocina, antes de salir a trabajar. Siempre pensé que era muy lindo de parte de Lisa, pasar el rato con tu madre después. Creo que tu madre también lo disfrutó.

Mis ojos se abrieron instintivamente más, cuando una repentina ola de energía me golpeó como un balde de agua helada.

-¿Qué dijiste?

Siento que Rosé también ha dejado de bailar.

-Solo pasaban el rato durante media hora más o menos antes de que tu madre se fuera a trabajar y Lisa robara nuestro sofá de dos plazas para leer. Supuse que una de ellas te lo habría dicho.

-No, no lo hicieron.

No puedo decir lo que estoy sintiendo ahora, probablemente porque estoy sintiendo muchas cosas.

Saber que Lisa se tomó el tiempo para acercarse a mi madre me hace extrañarla aún más, aunque hacerlo a mis espaldas se sintió como una pequeña traición (¿Por qué no me invitaron?)

Y luego está el arrepentimiento: Dejar a alguien que era el tipo de persona, que podía pasar el rato con una anciana solitaria que le doblaba la edad.

Mi madre no era una conversadora fácil.

Era rápida para juzgar y aún más rápida para dar su opinión sobre cosas que nadie pedía.

Y Lisa...

-¡No pienses en ella!

-¡Necesito otro trago!-le grito a Rosé y me apresuro a la barra antes de que pueda ofrecer su opinión sobre el asunto.

-¡Vas por el camino equivocado, Jen!-escucho detrás de mí.

Me detengo tímidamente y espero a que Rosé venga a buscarme, para que pueda guiarme en la dirección correcta hacia el bar.

Ella no comenta sobre mi repentina prisa y sin decir palabra me toma del brazo.

-Cuatro tragos de tequila ¡Por favor!-le grita al cantinero.

¿Puedo tocarte?/Jenlisa(G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora