CAPITULO 008CRISTIAN ROMERO
A la mañana siguiente, los dos nos comportamos como si nada hubiera cambiado. El Joven Martínez me llevó mate y un sanguche, que dejó con cuidado sobre mi escritorio. Repasó mi agenda y confirmó que tenía dos reuniones fuera de la oficina.
"No volveré antes del almuerzo."
Parecía desconcentrado mientras repasaba su cuaderno.
"No tengo nada anotado en su agenda."
"Acodé la cita yo mismo. Asuntos personales, después, iré directamente a mi cita de las dos. De hecho, no volveré en toda la tarde. Tómese el resto del día libre."
"¿Cómo dice?" suspiré, "Joven Martínez. ¿Es que no entiende el idioma? Que se tome el resto del día libre."
"Pero..." Lo fulmine con la mirada.
"Que se tome la tarde libre." Bajé la voz. "En mi casa a las siete, ¿De acuerdo?"
"De acuerdo." Murmuró él.
"Si necesita algo, relacionado con el trabajo, mándeme un mensaje de texto. De lo contrario, puede esperar." Él asintió con la cabeza.
"Entendido." Murmuró él.
Todo el mundo sabía que en A.F.A. Inc. Se controlaban los mensajes de correo electrónico. Como no me gustaba correr riesgos, tenía mi propio móvil, cuyo número solo conocían unos cuantos escogidos. Sabía que no tenía sentido preguntarle al joven Martínez si tenía móvil propio, me había dado cuenta de que parecía ir corto de dinero. Pensaba rectificar la situación ese mismo día, junto con otros detalles.
No quería arriesgarme a que Xavi Hernández controlase el trafico de mensajes de texto y de llamadas.
"Puede retirarse." Lo despaché.
Titubeo antes de sacar un sobre de su grueso cuaderno y dejarlo encima del escritorio. Se marchó sin pronunciar palabra y cerró la puerta al salir. Le di un mordisco al sanguche y luego cogí el sobre para abrirlo. Saqué los documentos doblados. Era una lista sobre él. Cosas que creía que debería saber: fechas importantes, colores preferidos, la música y la comida que le gustaban, gustos y fobias generales.
Era una buena idea. Así nos ahorraríamos una conversación ,uy aburrida esa noche. Escribiría mi propia lista para él, más tarde.
Volví a doblar los papeles y me los metí en el bolsillo de la chaqueta. Me pasaría el día sentado en salas de espera, así tendría algo para mantenerme ocupado.
El joven Martínez llegó a las siete en punto, ni un minuto más ni uno menos. Abrí la puerta, le permití pasar, le cogí el abrigo y lo colgué, todo en silencio. Nuestra relación era muy rígida, muy formal, algo que debía cambiar el problema era que no tenía ni idea de cómo conseguirlo. Lo acompañé a la barra de la cocina y le ofrecí una copa de vino.
"He pedido comida italiana."
"No tenía que molestarse."
"Créame, sería una mala idea que yo cocinara. No sobreviviría." Me eche a reír. "Ni siquiera estoy seguro de que la cocina sobreviviera."
"Me gusta cocinar." Afirmó él con una sonrisilla muy linda en los labios.
Era tan buen punto para empezar como cualquier otro. Me senté y saqué una carpeta.
"He ordenado que redacten un acuerdo esta tarde. Debería leerlo."
"De acuerdo."
"He hecho una lista, parecida a la suya. Puede repasarle. Y tenemos que hablar de lo que hay en ella. Quiero asegurarnos de que los dos estamos al día con los detalles." Asintió con la cabeza y cogió el sobre que le ofrecí. Después le di uno más pequeño.

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Acuerdo de Matrimonio
FanfictionCristian no tiene mas remedio que recurir a su insufrible asistente para proponerle el plan mas descabellado se su vida que pondra su mundo de cabezas. Esta es una adaptacion, todos los derechos corresponden a su autora original. CutixLicha Posible...