| Capítulo 25 |

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"¡Huye! ¡Esa persona te dará una jodida paliza por ser una visita no deseada!"

Cheng Boyan estaba sentado en la sala de estar y no entró a mirar a Xiang Xi, que estaba ocupado en la cocina

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Cheng Boyan estaba sentado en la sala de estar y no entró a mirar a Xiang Xi, que estaba ocupado en la cocina. 

Aunque Cheng Boyan siempre ha enfatizado que no era un fanático de la limpieza, a excepción del lavado de manos. Pero, incluso en términos de hábitos de higiene, Xiang Xi sintió que casi podía llegar a pelear con Dugu Qiubai. [1]

Pero ignorando a Dugu Qiubai, el maestro Cheng Boyan en realidad dejó que Xiang Xi, el rey con muchas faltas de escrúpulos a sus ojos, cocinara solo en la cocina y sin una supervisión total. Xiang Xi supuso que realmente estaba cansado. 

Las costillas fueron cortadas muy grandes por las personas del supermercado, así que Xiang Xi pensó en cambiar de cuchillo. Después de buscar durante mucho tiempo en el estante de cuchillo y al ver a un cuchillo que no suele usar, supuso que era para usar contra los huesos, así que lo tomo y cortó las costillas sobre la tabla de cortar. 

—¡Oye! ¡Bodhisattva! —Cheng Boyan finalmente habló desde la sala de estar: —¿Qué estás haciendo? ¿Las costillas ya no estaban cortadas?. 

—Eran demasiado grandes, como para cocinar —Xiang Xi volvió a usar el cuchillo en el interior: —Cambié de cuchillo. 

—...Oh —Respondió Cheng Boyan desde afuera. Después de estar en silencio por un rato, de repente saltó y se apresuró hacia la cocina: —¿Con qué tipo de cuchillo estás cortando?. 

—Un cuchillo para cortar huesos —Xiang Xi sacudió el cuchillo de su mano: —Por lo general, ¿no usas el que tiene el mango en blanco? este es el cuchillo, no creo que necesite otro, por lo que debería ser...este es para huesos...¿no?. 

—No tengo un cuchillo para cortar huesos —Cheng Boyan se estaba quedado sin palabras. 

—¿No? —Xiang Xi quedó atónito, señalando el soporte de cuchillos: —Hay uno pare cortar la carne, otro para verduras y con el de este mango, ¿no lo es...?. 

Mientras hablaba, volvió a mirar el cuchillo en su mano y de repente descubrió que una pequeña pieza en el medio del cuchillo se había doblado y de repente, sintió que su rostro se volvía rojo: —¿Ah? ¿Entonces para qué es esto?. 

—Este también se usa para los pedazos de carne. El mango del cuchillo se ve sucio, así que no lo uso mucho —Cheng Boyan también vio la hoja y suspiró: —Déjalo. 

—Se curvó —Xiang Xi se rascó la cabeza, avergonzado. 

—¡Tocaste la carne con tus manos y ahora te tocas la cabeza! —Cheng Boyan le dio una palmada en su mano. 

—¡No fue intencional! —Gritó Xiang Xi: —¿Acaso crees que no lamento haber roto tu cuchillo? 

—¿Está bien que te frotes la cabeza con grasa de cerdo? —Cheng Boyan agitó la mano: —Está bien, déjalo en paz, que solo sean las piezas grandes. Necesitas comer suplementos de todos modos. 

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