Capítulo 46

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"¡¿Quién es esta persona?!, ¡abre la puerta!"

—¿Ah? ¿Echaste a perder algo? —Liu Yuanping estaba de pie frente a la mesa, sudando y mirando la computadora desarmada: —No hay nada suelto por dentro

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—¿Ah? ¿Echaste a perder algo? —Liu Yuanping estaba de pie frente a la mesa, sudando y mirando la computadora desarmada: —No hay nada suelto por dentro...

—Solo le di un pequeño golpe —Xiang Xi colocó el ventilador en la posición más alta. Liu Yuanping y él han estado tratando de arreglar la computadora durante media hora, pero la computadora no tenía la intención de regresar a la vida. 

—¿Por qué le hiciste eso? ¿No tienes nada mejor que hacer? —Liu Yuanping lo miró de forma inexplicable. 

—Yo... —Xiang Xi no sabía qué decir. ¿Acaso debía decir que fue debido a ese de piernas largas y que decía que extrañaba a Cheng Boyan? 

—Solo estoy jugando, es lo normal —Liu Yuanping se rió y luego frunció el ceño: —¡Pero no debería romperse incluso si recibe un golpe! ¡El mío ni siquiera se rompió así después de que lo tiré de la mesa! 

—Olvídalo —Xiang Xi sintió un poco de pena, al notar la mirada de preocupación de Liu Yuanping. Al otro lado, Zhao Tong estaba ocupada cocinando fideos para ellos: —¿Debería llevarlo mañana a reparar? 

—No lo hagas, si lo reparas y lo reemplazas con cualquier otra cosa, ¡casi te saldría quinientos yuanes! —Liu Yuanping también se estaba sintiendo apenado: —¡Iré a buscar algo! no debería haber movido nada. 

—No lo hagas, no lo hagas... —dijo Xiang Xi con rapidez: —Solo iré a repararlo, lo arreglaré. No es necesario reemplazar nada. 

Xiang Xi realmente estaba deprimido, cuando su computadora de 500 yuanes se apagó luego de recibir un golpe. Esta cosa era demasiado frágil. Si lo hubiera sabido, mejor habría comprado la computadora de Cheng Boyan. 

Al pensar en Cheng Boyan, el estado de ánimo de Xiang Xi de repente cayó hasta lo más bajo, incapaz de poder levantarse. 

"No volveré a actuar así, lo prometo"

Resulta que lo que Cheng Boyan quiso decir, es que no se comunicaría más con él a futuro. 

Xiang Xi volvió a mirar las redes toda la noche otra vez. Cuando se levantó y se lavó la cara a la mañana siguiente, descubrió que sus ojeras eran casi más grandes que sus ojos. 

No temía de lo que Cheng Boyan le hiciera. 

Solamente temía que Cheng Boyan lo ignorara para siempre. 

—Xiang Xi —Song Yi salió de la oficina y lo llamó: —Ven aquí. 

—Oh —Xiang Xi estaba reponiendo los estantes. Y cuando Song Yi le pidió que fuera, de repente se colocó nervioso. En estos últimos días no ha estado muy bien y aunque no ha hecho nada malo...

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