Capítulo 43

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¡¿En qué diablos estás pensando?! 

Cuando Xiang Xi regresó a su habitación individual, Liu Yuanping estaba en cuclillas en la puerta de la habitación de al lado, fumando

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Cuando Xiang Xi regresó a su habitación individual, Liu Yuanping estaba en cuclillas en la puerta de la habitación de al lado, fumando. Cuando lo vio acercarse, se colocó inmediatamente de pie: —Oye, has vuelto. 

No había luz en el pasillo. Cheng Boyan llevó a Xiang Xi de regreso y ninguno de los dos habló durante todo el camino y Xiang Xi, durante este transcurso de tiempo siguió pensando en las últimas palabras de Cheng Boyan. Mientras pensaba en ello de forma confundida, se sobresaltó por su voz. 

—Joder —dio dos pasos atrás: —¿Por qué estás afuera? 

—Tuvimos una pelea y me echaron —Liu Yuanping se rió. 

—¿Ustedes dos son capaces de pelear? —Xiang Xi vaciló y abrió la puerta de su habitación: —¿Te gustaría venir y quedarse un rato? 

Liu Yuanping entró a su habitación y le tendió un cigarrillo: —Oye, creo que seré capaz de entrar en una media hora. 

—¿Cuánto tiempo llevas afuera? —Xiang Xi encendió el cigarrillo en su boca. 

—Dos horas y media —Liu Yuanping se sentó a los pies de la cama y se apoyó contra la pared: —Por lo general, la duración es de tres horas más o menos. 

—Ustedes se ven tan bien siempre, que creo que se sientan uno al lado del otro cuando asisten a clases —Xiang Xi colocó el bolso de la cámara al lado de la almohada y guardó su propio bolso dentro del armario: —¿Cómo ahora se pueden pelear? 

—Cuanto más mejores seamos, más ruidoso será. Cuanto más cercanos nos volvemos, más ruidoso será. —Liu Yuanping sostenía su cigarrillo con una expresión penetrante en su rostro. 

Xiang Xi no dijo nada. Sintió que esta frase tenía sentido, pero no del todo. Sintió que Cheng Boyan y él eran bastante cercanos con el otro, pero nunca han tenido una discusión...

Pero claro, una persona como Cheng Boyan no puede pelear aunque quiera. Incluso fue capaz de llamar a la policía sin decir una palabra cuando no lo habían siquiera tocado. Y ni siquiera él mismo podía pelear, mucho menos con Cheng Boyan. Cheng Boyan no se había puesto en contacto con él durante unos días y comenzó a preocuparle perder a este amigo en el futuro. 

Pensando en Cheng Boyan, volvió a recordar esas palabras.  

Solamente actúa como antes. 

¿Cómo era antes? 

¿Qué pasaba ahora...? 

—¿Eh? —Liu Yuanping vio el bolso de la cámara que había dejado a un lado de la almohada: —¿Tienes una cámara? 

—...Mm, la tomé prestada de un amigo —Xiang Xi tomó la cámara. 

—¿Puedo verla? —Preguntó Liu Yuanping 

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