Capítulo 36

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Casi soltó una jodida palabra en este momento. 

¿Reportero?

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¿Reportero?

Cheng Boyan frunció el ceño, ¿Xiang Xi sale con reporteros?. 

Antes de que pudiera preguntare a Song Yi a detalle, el teléfono le notificó que tenía otra llamada entrante. Miró, era del hospital y rápidamente colgó la llamada de Song Yi. 

Había varios pacientes de un accidente automovilístico, llegaron al departamento de emergencia al mismo tiempo. Dos de ellos, tenían lesiones graves en sus piernas y el doctor de urgencias estaba demasiado ocupado, por lo que Cheng Boyan salió apresurado de la oficina, dejando de lado el asunto de Xiang Xi.

Antes de llegar a la sala de emergencia, escuchó un montón de llantos y gritos. 

Había algunas personas con vendas en la cabeza sentadas en las sillas, y también, personas en la sala de emergencia cuyas voces se volvieron roncas por tanto gritar. Incluso, casi se sentía que el vidrio no iba a aguantar y se iba a romper en pedazos. 

—¡Xiao Cheng! la de la pierna lesionada, necesita con urgencia una cirugía —Alguien llamó a Cheng Boyan. 

Cheng Boyan vio a los heridos. Había una chica con sangre en todo su cuerpo, su pantorrilla izquierda parecía que le había florecido una flor y ya se podían ver que los huesos le habían perforado la piel. 

Cuando miró hacia abajo, la chica preguntó con una voz temblorosa: —doctor....¿tendrá que amputarla?.

—No llegarás a ese nivel, no te asustes —Cheng Boyan le dio unas palmaditas: —Estarás bien después de la cirugía.

Se trataba de un accidente de tránsito, por haber conducido en esta de ebriedad y exceso de velocidad. Cuatro vehículos chocaron en sucesión y pasaron a perjudicar a los peatones que iban pasando en la vereda. El conductor ebrio murió en el lugar y los restos de los heridos, fueron enviados al hospital más cercano. 

Afortunadamente, los pocos que resultaron inocentemente heridos no resultaron heridos con gravedad y no había ancianos ni niños. 

En la sala de emergencia, los pacientes, un grupo de familiares ansiosos y doctores, estaban demasiados ocupados, como para mantener sus pies quietos en el suelo. 

Cheng Boyan estuvo ocupado hasta casi el amanecer y finalmente, tuvo un tiempo para descansar. Le dolían las piernas y la cintura, antes no sentía nada, pero ahora en verdad se sentía cansado. 

Después de que sus colegas llegaron al trabajo, Cheng Boyan se cambió de ropa y salió por la puerta del hospital. El sol de la mañana, provocó que le dolieran los ojos y no podía abrirlos bien. 

Revisó su teléfono. Luchó por bastante tiempo en decidir ir a dormir o desayunar, y finalmente eligió una opción más rápida, fue a la tienda que estaba a un costado de la carretera y compró dos panes. 

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