( Capítulo 68 )

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"Te lo advierto, si vuelves a decir malas palabras, te castigaré"

Xiang Xi dejó de beber té de la taza, miró la taza con los párpados bajos y después de un rato, levantó los ojos para mirar a Cheng Boyan

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Xiang Xi dejó de beber té de la taza, miró la taza con los párpados bajos y después de un rato, levantó los ojos para mirar a Cheng Boyan. 

—¿Qué? —Cheng Boyan se reclinó hacia atrás, arqueó una de sus piernas y colocó su brazo sobre su rodilla, y lo miró. 

—Eres capaz de emborracharte incluso bebiendo té —Xiang Xi bebió té de la taza, luego lo dejó y siguió preparando té: —¿Cómo fue que llegaste hasta aquí en los últimos treinta años...? 

—Déjame decirte algo —Cheng Boyan jugueteó con la cámara en la mano: —En realidad, no me he contenido durante los 30 años, tal vez solo fueron 10 años. 

—...Oh —respondió Xiang Xi. 

—Antes de ti, retenerlo era lo normal y no había de otra que hacerlo. Era solo una cuestión de usar las manos —Cheng Boyan entrecerró los ojos y lo miró: —Ahora que estás conmigo, nos besamos, nos tocamos y masturbamos...no es normal todavía retenerlo. 

Xiang Xi cerró la tapa de la tetera y lo miró. 

—Tengo un pequeño novio, que es guapo y tiene piernas largas y rectas —Cheng Boyan continuó con calma: —Al final, tengo que ir al baño a resolver todo por mi mismo en cada ocasión...

—¿Por qué siempre? —Xiang Xi lo fulminó con la mirada: —¿No te ayudé ese día...? 

—Oh, sí, me ayudaste esa vez —dijo Cheng Boyan con una sonrisa: —una vez y esa vez, oh creo que la cantidad de veces son muy pocas como para recordar. 

—¡Entonces qué quieres! —Xiang Xi tomó la tetera y estaba a punto de hervir el agua, pero cuando escuchó esto, retiró la tetera. 

—No quiero aguantar más —Cheng Boyan bajó las piernas y se inclinó hacia él, apoyando los brazos sobre sus piernas y mirándolo fijamente: —Quiero hacerlo. Si quieres hoy, lo haremos, pero si no quieres...

—¿Y qué harás? —Preguntó Xiang Xi de inmediato. 

—Seré duro —dijo Cheng Boyan: —De todos modos, vamos a hacerlo y será una cosa de la que no te podrás negar. 

Xiang Xi no sabía qué tipo de expresión hacer y que sea la más adecuada para esta situación. Cheng Boyan dijo estas palabras como un ultimátum, quien a veces es gentil, a veces infantil, a veces descarado, pero siempre muy elegante. Su mente estuvo hecha un lío por un momento.  

—Ve a ducharte —Cheng Boyan tomó una  taza de té y la bebió: —Se me olvidó mencionar que el té que haces es delicioso y la forma en cómo lo haces es muy preciosa, así que si vas ahora a una casa de té, no tendrás problema alguna. 

Xiang Xi no dijo nada y ni siquiera le prestó atención a cómo Cheng Boyan lo elogiaba, lo único en que podía pensar era en lo  que iba a pasar pronto. 

M1SFI7Donde viven las historias. Descúbrelo ahora