LVI

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Staxx estacionó la camioneta frente a la casa de los padres del chico mudo, tocando bocina repetidas veces, haciendo que la madre de Quackity se molestará por tanto ruido

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Staxx estacionó la camioneta frente a la casa de los padres del chico mudo, tocando bocina repetidas veces, haciendo que la madre de Quackity se molestará por tanto ruido.

Su sorpresa fue bastante cuando el vidrio polarizado del asiento del acompañante bajó, dejando ver la sonrisa de disculpa del rubio.

— ¿Director Willyrex?— Luzu lo reconoció automáticamente.

— ¡Él no es tu director!— se quejó Staxx, bajó del vehículo y tomó el bolso que Quackity casi venía arrastrando desde la casa, para levantarlo sin esfuerzo y llevarlo hasta la parte trasera de la camioneta—. A mí me llamas por mí nombre, ni siquiera un gramo de formalismo, y le dices director a otro.

Luzu rió un poco.

— ¿Quieres que te llame mamá Staxx?— preguntó, con lo que el pelinegro frunció el ceño.

Escucharon la risa de Willyrex desde donde estaban, el rubio asomó la cabeza por la ventana para mirarlos con diversión.

— ¿Recuerdas cuando nos juntamos a beber y estabas tan borracho que empezaste a decir que eras la madre de todos?— le recordó, Staxx se ruborizó de la vergüenza—. Empezaste a decir que teníamos que llamarte mamá Staxx.

Staxx se detuvo un segundo, totalmente ruborizado, hasta que arrojó con fuerza el bolso de Luzu en la cajuela.

— Callensé, lo único que recuerdan de esa noche es eso, idiotas.

Luzu rió, porque tenía razón, casi todas las demás memorias eran de los videos, captados con el celular de Rubius pero grabados por Quackity.

— No— se quejó Willyrex, aunque sólo quería pelear con el mayor—. Recuerdo cuando Rubius y Luzu se-

— ¡No lo digas!— lo interrumpió el castaño, haciendo reír a los otros—. Vomitaré.

— ¡Suban de una vez!— se quejó el mayor—. Voy a tener que soportarlos más tiempo si seguimos aquí— añadió, antes de rodear el vehículo y subir al asiento del conductor.

Luzu se volteó para ver a Quackity, quién estaba hablando con su madre, moviendo sus manitos.

Apenas podía entender unos cuantos gestos, pero supo qué Quackity le prometía que se cuidaría, que no haría nada malo, entre cosas como dormir temprano y no alejarse mucho de los demás.

La mujer le dejó un beso en la frente como despedida y Luzu estiró el brazo hacia Quackity, su novio tomó su mano con seguridad, antes de subir al vehículo.

La mujer le dejó un beso en la frente como despedida y Luzu estiró el brazo hacia Quackity, su novio tomó su mano con seguridad, antes de subir al vehículo

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Mute ๑ Luckity ①Donde viven las historias. Descúbrelo ahora