LXXVII

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De nuevo en la cabaña, Luzu le mandó un rápido mensaje a Rubius de que no lo molestará, diciendo que iba a pasar el rato con Quackity

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De nuevo en la cabaña, Luzu le mandó un rápido mensaje a Rubius de que no lo molestará, diciendo que iba a pasar el rato con Quackity.

Como respuesta había recibido una luna oscura.

Rodó los ojos y lo dejó en visto, guardando el aparato.

Se sentó sobre la cama de Quackity, quién estaba a su lado, lo miró un momento, dudando en hablar o no, se recordó que era un tema que tenía que tratarse tarde o temprano, así que intentó ser sutil.

— Quackity— sus miradas se encontraron—, ¿Recuerdas lo del otro día?

El chico lo miró sin entender unos minutos, antes de parecer recordar, aunque lo miró con duda.

— Cuando despertaste con tu erección— habló Luzu sin vergüenza, Quackity asintió, bajando la vista—. ¿Te... Gustó?

Quackity se ruborizó completamente, antes de asentir.

Luzu sonrío, por un segundo había tenido miedo de lo que pudiera responder.

— Y te... ¿Gustaría hacer algo como eso de nuevo?

Quackity se mordía el labio con inquietud.

— No, no es una propuesta para tener sexo desenfrenado en este momento— aclaró el castaño—. Sólo quiero hablar de eso contigo.

Quackity lo miró un momento antes de respirar profundamente, sacando su celular para escribir.

"La idea de tener sexo no me gusta".

Luzu miró las palabras un momento.

— ¿Quieres hablar de eso?

Quackity tardó un poco más en escribir.

"Me parece extraño, algo innecesario. Es mucho contacto físico, mucha intimidad, es exponerse, no me gusta eso".

— Quackity, ¿Tú crees que cuando te veo lo hago como su fueras una exposición?

Quackity no supo qué responder.

— Cuando te veo, no puedo terminar de caer en cuanto te amo, en todo lo que siento por ti, todo lo que significas para mí... No siento lo mismo cuando veo una exposición, ni aunque esté frente a la mejor obra de arte del mundo.

El chico mudo se mordió el labio, mirando había abajo.

Luzu buscó su mano, tomándola entre la suyas, haciendo que el otro lo mirara.

— Tienes razón de que es íntimo, pero justamente, es algo de ambos... Me muestro ante ti y tú te muestras también, nos mostramos el uno al otro...— se detuvo cuando Quackity escribió en su teléfono.

"Exponerse".

Luzu asintió, fue cuando comprendió a lo que se había referido.

— Nos exponemos al otro, Quackity. Nos reconocemos y nos compartimos, pero de una forma especial... Tener sexo debe ser una muestra más de amor para que sea perfecto, de ahí su pseudónimo, hacer el amor.

>> Yo no tengo ningún problema en hacerlo contigo, Quackity, porque te amo. Sé que no estás listo, y sé que te esperaré, pero también sé que quería hablar de esto contigo.

Quackity asintió levemente, tecleó en su celular y se lo mostró.

"Tengo miedo de que duela".

Luzu quiso reír de ternura.

— Te prometo, Quackity, que aunque duela, luego no vas a recordar esa parte— habló Luzu—. No puedo decirte que no dolerá, porque puede que sí, pero ¿Recuerdas lo que sentiste esa mañana, esa sensación?

Quackity asintió.

— Al final, te quedarás con eso, recordarás eso, y el dolor nunca habrá pasado.

— Al final, te quedarás con eso, recordarás eso, y el dolor nunca habrá pasado

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Mute ๑ Luckity ①Donde viven las historias. Descúbrelo ahora