Mute ๑ Luckity ①

XXXVII

— Cómo amo el amor.

Los cuatro jóvenes alzaron la vista al pelinegro parado detrás de ellos, que los miraba con una sonrisa cómplice.

Tres sentados sobre el pasto y otro en su silla,  detuvieron sus conversaciones para mirar al director.

— Amo el amor— repitió.

Rubius pareció ruborizarse.

— ¿Quién te lo dijo?

Staxx se encogió de hombros.

— Tengo cámaras en toda la escuela, ¿Como crees que me entero de los chismes? Tengo ojos en todos lados.

El saxofonista cubrió su rostro con sus manos, avergonzado, por el contrario, su novio, el chico de la silla no pudo evitar reír.

— Ustedes no son los únicos— Staxx palmeó el hombro de Rubius, quizás con un poco más de fuerza de la necesaria, porque el castaño se enderezó de golpe con una mueca de dolor.

Luzu miró al director, tan joven e infantil como ellos, quién hizo un corazón con sus manos, mirando por el medio al Castaño y al chico mudo a su lado.

Está vez, fue Quackity quién se avergonzó, enrojeciendo hasta las orejas.

Se sorprendió cuando Luzu tomó su mano, llevándola hasta sus labios y dejando un pequeño beso en el dorso de esta.

Una sonrisa comenzó a crecer en el rostro de Quackity.

Escucharon aplausos y volvieron a ver a Staxx, quién estaba con una sonrisa enorme.

— Hacen que me enamore aún más del amor— dijo, en un tono más agudo de lo normal.

— ¿No deberías conseguirte un amor para enamorarte?— preguntó Luzu—. Así no molesta el amor de los demás— murmuró, tan bajo que sólo Quackity lo escucho, lo que lo hizo reír.

Staxx agitó su mano.

— Mí amor es bastante idiota— dijo, luego llevó su mano al mentón, como si pensará—. O quizás sólo sea muy tímido... Ya saben que hay gente que le da pánico el amor.

— Sip— dijo Vegetta—, como Doblas.

— No me da pánico el-

Vegetta tomó el mentón de su novio, alzando su rostro para ponerlo a su altura, se acercó a él con una sonrisa, hasta que Rubius estuvo completamente rojo y se apartó de él.

Los presentes rieron.

— Amo el amor— volvió a repetir.