Apocalipsis [Karmaland 5]

30.[Karmaland] (cambio)

Al instate de eso, tapo su boca y nariz, miró a los demás, ellos aún lloraban pero había un brillo celeste creciendo en sus miradas, además de que sus expresiones parecían cada vez más raras. Vegetta, se levantó su mirada estaba oscurecida; ese brillo celeste se apoderaba de sus ojos.

De un momento a otro empujó a el búho y a Juan al agujero antes de que Vegetta atacará con su espada, apenas logrando cortar un poco su cabello.

-¡Ah!-Gritó el búho cuando su ala fue aplastada por el peso de Illojuan. De repente empezó a toser sacando el humo de sus pulmones, y antes de que pudiera respirar aire fresco los tres estaban tosiendo en el suelo, de sus labios solo salía ese humo, hasta que por fin paró.

Los tres estaban temblando levemente con saliva saliendo de sus bocas por la fuerte tos; se limpió y miró al pelirojo.

-Lolito....-Realmente no quería hablar, solo llamar su atención.

-Juan... Ayuda a Fargan, ésto está mal tengo que ir-

-No.

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Observó con irritación como lo único que consiguió fueron mechones de pelo, la voz de los otros lo estaba molestando, Quackity... Luzu.... Mangel.... Eran tan jodidamente molestos.

-¡Oh mierda callense!-Volteó su mirada hacia ellos irritado.
"Alto..." Habló una voz en su mente; muy en lo profundo.

-¡Coño! ¿¡También te meterás Vegetta!?-Los ojos rojos que ahora eran celeste brillante lo miraron.

-...-Solo atinó a rechinar sus dientes "ésto es un hechizo..." Habló la voz de nuevo-solo callense, me artan tifos ustedes imbéciles...

-Ni siquiera estaba diciendo nada, que solo quieras desquitarte porque tu novio haya muerto no es mí problema-dijo Mangel siendo tan insensible que sintió una punzada de dolor.

-Tu....-"él no diría algo así..."

-No es culpa nuestra, tú tardaste demasiado en venir por él, ¡hasta intente sacarlo! Lástima que alguien se interpuso-sus ojos fríos se centraron en Luzu; culpandolo secamente.

-¿Cómo...-"Vegetta calma...."

-¡No me culpes a mi trozo de mierda! Tu eres el estúpido que se quedó ahí parado cuando ese idiota se estaba desangrando.

-Pueden....-"es solo el hechizo...."

-¡Iba a acabar el trabajo! ¡Ese estúpido oso igualmente iba a morir!

-Ser....-"es lo que quieren...."

-¡Es culpa de ambos! Ni siquiera lo intentaron, se pusieron a pelear como simples simios locos porque es día de apareamiento, yo les avisé, y aún así siguieron. -Bufó cruzando sus brazos.

-Tan....-"no caigas..."

-No te la des de inocente Mangel, el pendejo de Luzu que se interpuso y tú son los responsables, aunque, pensándolo bien, fue su culpa, quién en su sano juicio no se dará cuenta de que algo anda raro, lo que pasa es que no es lo suficientemente inteligente o perspicaz para notarlo. -Finalizó con una sonrisa ególatra y burlona.

-Mierdas!?!?-"demasiado tarde .." en ese instante saco su espada y se avalanzo sobre sus compañeros quienes repitieron su acción con unas sonrisas maniacas en su rostro.

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Los tres se sobresaltaron cuando escucharon sonidos de batalla; cosa que les sacó un escalofrío. Deberían hacer algo, todos pensaban eso, pero nadie se atrevía a dar el paso, se miraron en silencio, todos con miradas aterradas en sus rostros.

-... ¿No.... Sería bueno interferir?...-Dijo por fin el humano pelinegro con una sonrisa nerviosa.

-....-Lo pensó un rato; contó los pros y contras para después mirarlo-Fargan, tu y yo estamos lastimados, no podremos hacer nada más que caer en el hechizo también...

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Quackity fue estrellado contra la pared sacando de golpe el aire de sus pulmones, en ese momento sus ojos volvieron a ser los habituales, en ese único y pequeño momento cobró conciencia.

"¿¡Qué haces Quackity!? ¡No respires más!" Pensó, lo que no tomó en cuenta es que él, como un híbrido, tiene mayor parte humana que pato, por lo que sus instintos reaccionaron antes que él. Tomó una gran bocanada de aire para reponer el que salió se sus pulmones, después otra y otra...

"Supongo que era inevitable..." Y volvió al juego, se levantó evitando un ataque de Mangel, le pateó el estómago para después tomar su arma, Mangel tomo su estómago agachándose por el impacto pero después volvió como si nada, sonrió... Ambos lo hicieron.

Se lanzaron al frente, el humano desde abajo y el hibrido desde arriba chocaron espadas, hubo un pequeño duelo de fuerza, cuando el fumador movió su espada a la derecha logrando que el pato se desestabilizara para después dar un golpe en su espalda con el mango de su espada, pero segundos después tomaron su mano, girandola casi al punto de quebrarla, después todo el cuerpo de Quackity giró y por la inercia Mangel se precipitó al suelo, las piernas del pato al girar golpearon su mano no sujeta; la izquierda. El sonido de la espada cayendo al suelo le sacó una sonrisa, cayó de pie haciendo que la mano de Mangel se deslocará por la brusca acción; como aviso de ésto salió un satisfactorio crugido y también...

-¡¡Ahh!!-Gritó Mangel del dolor, encorvo la espalda por el mismo, Quackity iba a levantarse pero antes de que lo lograra tomo su pierna, lo tiro al suelo nuevamente y aunque con dolor, se subió sobre su espalda golpeando su cabeza contra el suelo, hasta que el pato le golpeó la cara con sus alas, alejándolo...

La pelea siguió, aunque ellos no eran los únicos luchando también lo estaban haciendo Vegetta y Luzu en una lucha de habilidad muy reñida que era difícil apostar cuál ganaría con certeza.

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No paraban de temblar, escuchando las peleas, se sentían unas personas terribles por no ayudar, pero, ¿qué podían hacer? Podrían intentar algo, pero nada les aseguraba que saldrían bien. No podían permitirse morir ahí, tenían que encontrar a Willy, ayudar a Staxx, sacar a Alexby, traer a Tití, pero parecía ser imposible hacer todo eso, hasta que se levantó...

-... Ya ...-Dijo el búho, que, aún con su ala inchada y caída, estaba de pié.

-Fargan... ¿Qué haces?...-Preguntó con cautela el pelirojo.

-Iré a ayudar a mis amigos... Lo siento enserio, sé que es peligroso pero no puedo dejar que acaben más muertos-se secó las lágrimas con decisión-no perderé más amigos hoy, voy a ayudarlos, voy a sacarlos de aquí, voy a velar a Rubius y voy a detener a esos malditos monstruos-sus ojos parecieron brillar más que la tenue luz de la antorcha, con firmeza y seguridad. Tomando su espada, acercándose a la pared sin estar seguro de si sus amigos lo acompañarían o no.