𝐍𝐚𝐜𝐢𝐝𝐨 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐦𝐨𝐫𝐢𝐫|| 𝐀𝐞𝐠𝐨𝐧 𝐱 𝐋𝐮𝐜𝐞𝐫𝐲𝐬 𝐱 𝐀𝐞𝐦𝐨𝐧𝐝

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No recuerda mucho que sucedió después de la noticia de su embarazada no le interesaba ni le importaba la opinión de los demás y aunque lo hubiera. Todo saldría mal y las cosas seguirían estando en su contra

Los maestros exigían una prueba de que Lucerys estuviera en cinta y que no fuera obra del mal que venía de aquella rama de la familia. Sus palabras eran molestas siempre era lo mismo y en un punto empezaban a ser artantes

Para su ayuda Lappiat no permitía ningún experimento en Lucerys al parecer estaba mucho más preocupada por aquel embarazo que el mismo gestante. Se quedó callado en todo momento y miro sus manos con total atención

¿Qué sucedería con él desde ahora? Su posición estaba asegurado con el niño que crecía en su vientre, pero el miedo de que sucedería en los meses que estaría dentro era el mayor de sus miedos. La realidad de un embarazo era mucho más complicado

A su madre, Rhaenyra se le hinchaban los pies llegando a llorar de la incomodidad de usar alguna tela que tocará su piel, pero ese era uno de los Miles de malestares de su madre el peor era cuando vomitana a media noche y las doncella debían de limpiar el lugar con el tiempo empezaron a tomarle el ritmo y estar listas para cada molestar nocturno

Desde vómito hasta los llantos de dolor ocasionado por las patas en los riñones. Tras ello venía de igual manera el miedo de sufrir todo dolor en su total soledad sin ayuda de alguien, sin la compañía de algún familiar cercano

Los Velaryon eran más política que familia y su hermano no debía de tener que preocuparse por tales asuntos. Él era un niño mientras que Lucerys ya era un adulto llevando con la responsabilidad de protegerlo de los problemas 

- ¿Es bueno, no? - pregunta Jahaera desde la mesa de la cual estaba entretenida con diferentes flores - un bebé... tendrás un heredero

Tan joven y ella podía entender el perfecto sistema que era la sucesión para el trono. Era cruel decirlo de tal manera pero era la realidad

- creo que sí - murmuró poco convencido - un heredero...

- madre también sufrió por nosotros - era primera vez que ella hablaba de Halaena. La mayor parte del tiempo se mantenía en silencio con el tema - y sé que este no será el primer bebé este es el sucesor, pero te falta un remplazo

Sus ojos se llenan de lágrimas. Su final sería estar en cama con el vientre hinchado hasta que se saciarán de el

Llama al extraño con su llanto con el deseo de morir en el parto aún con el bebé dentro del. Así sería más fácil poder salir de los muros de la fortaleza roja

Sus días fueron ajetreados. No quería ver a Aegon menos a Aemond ambos idiotas debían de buscarlo para ver con sus propios ojos su embarazo

El ala oeste del castillo era fría y poco habitable aun así no le detuvo a esconderse entre el polvo. Con un poco de luz noto que el lugar era una bodega llena de cosas que nadie quería

En una habitación estaba llena de hermosas pinturas y los que estaban retratados eran Targaryan. En un costado estaban los nombres

Baelon y Alyssa ambos hermanos de sangre que se casaron a temprana edad

Daella de Arryn que tenía la mirada decaída en el suelo con unos melancólicos ojos

Había tanto cuadros que Lucerys tardo días en ver cado uno de ellos hasta que en un punto encontró el retrato de Viserys Targaryan aún joven sosteniendo la mano de una joven menor, Aemma Arryn

Su abuela era hermosa veía que su madre y ella eran hermosas con rasgos casi idénticos, pero había algo que diferenciaba a Aemma de Rhaenyra. Tal vez los colores de sus vestidos o aquella grasa de bebé que todavía podría Aemma