« ⋅ʚ..17..ɞ⋅ »

64 13 85
                                    

Zumbidos atacaban su corazón, su cabeza dio muchas vueltas, hasta que entonces...

Bum... Bum... Bum...

Fue lo último que él pequeño Taehyung pudo escuchar, antes de caer desmayado en ese pasillo cerca de la puerta con la atenta mirada de los mayores.

Por suerte, Jungkook de alguna manera fue más rápido para evitar que el menor se golpeara su cabeza contra el piso.

—¡Taehyung! — Gritaron todos al unísonido.

—Oh no, oh no, esto es mi culpa— se decía Jimin con su voz rota y lágrimas picando por salir.

—No... Esto es culpa de los dos Jimin, si hubiera hecho las cosas bien no habría salido así— confeso Jungkook.

—No es hora  de ver quién tiene la culpa o no, así que lleven al pequeño a mi recámara que yo me haré cargo.—ordenó la señora Jeon, ella supuso sin que le dijeran lo que había pasado.

Jungkook paso su brazo debajo de las rodillas del menor, la otra detrás de su cuello y lo cargo como si de una cosita delicada se tratará.

El cuarto de Jungkook estaba en el piso de abajo; pero el de su mamá estaba en el segundo piso de la casa, a el gustaba así, porque era más fácil para el acordarse cuando venía demasiado tomado.

En el camino subiendo las escaleras, pudo ver la expresión tan suave en el rostro del menor, no era nada igual a la de hace un momento, misma que le partió el corazón de solo verla.

Tampoco pesaba nada, todas esas cosas comenzaron a quebrarlo. Jimin le había dicho que era mejor la verdad primero y la relación después; pero el hizo todo mal, debió primero confesarse Con su amigo de su infancia y después... Solo tal vez, si pudiera ganarse su corazón no lo dejaría.

Llegaron a la habitación seguidos por los demás, arrecosto el cuerpo de Tae suavemente y se alejó.

Segundos después llegó la mamá con una bandeja, en ella había un vaso de leche caliente y galletas, habían guardado un poco por suerte. Puso la bandeja en la mesita y luego se acercó a los chicos.

—Yo le diré la verdad—murmuro con una voz decidida.

—Pero mamá, yo quería..

—Pero nada cariño, déjenme lo a mí, yo tengo la mejor manera, les aseguro que el no se molestara con ustedes, solo debemos darle su espacio, esta confundido y dolido, además debe descansar y comer ese pequeño esta muy delgado.

—Jungkook, tú mamá tiene razón no es buena idea que hable con nosotros ahora— agregó Jimin colocando su mano en el hombro del pelinegro.

—Esta bien... Cuida de él, por favor mamá— le pidió, antes de hechar un último vistazo al cuerpo adormilado de Tae.

Los tres bajaron, Jimin por su parte se puso a limpiar las pequeñas galletas que estaban en el piso, sin pensarlo solo dejó que sus pequeñas lágrimas salieran.

—Cariño, todo está bien—dijo yoongi acercándose para darle un abrazo. —No llores, el estará bien.

—Yoongi, es mi... —murmuro mientras que sorbia su nariz.

—Shh... No es tu culpa cariño, ya basta de culparse eso no arreglará nada— le dijo acariciando su espalda baja y su cabello.

Por otro lado, Jungkook se fue a la habitación, recostarse un poco tal vez limpia esos pensamientos.




[...]




La señora Jungie tomó una toallita húmeda de las que tenía en su armario y la empezó a pasar por el rostro del menor, limpiando poco a poco las amargas lágrimas que salieron de sus ojos.

An angel above meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora