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Jungkook no supo más, después de su repentino desmayó solo pudo sentir como unos brazos delgados intentaban sujetarlo, sabía que pasaría. Su mente no fue capaz al cien por ciento de procesar todo a cerca de Tae.

Haciendo cálculos, Taehyung más útero igual a embarazo, sí. En su mente esas fueron las únicas palabras que hicieron eco a su alrededor; pero  claro que no fueron el detonante para su desmayó, la cosa que si lo hizo caer dormido fue tan sola la idea de ver a Taehyung embarazado por un tipo cualquiera.

Bueno, tal vez estaba exagerando, tampoco es como que Tae tuviera un novio o algo, o ¿si?

No.

¿Por qué mierda pensaba idioteces en este momento? Probablemente todos están preocupados y él está pensando en la manera de alejar a Taehyung de cualquier aparato reproductor masculino.

Vaya, derrepente sintió como una suave, delicada y familiar mano le estaba tocando la cien de su cabeza. Jungkook supuso que debía despertar y justo cuando lo hizo creyó haber estado en el cielo.

—Oh... ¡Kookie! Despertaste— le dijo con un susurro bajo.

Él castaño estaba justo a su lado en su habitación, ¿Quién lo había cargado hasta su cuarto? ¿Tanto tiempo había estado dormido?

—Taehyung, ¿quien me cargo hasta aquí? —le preguntó rascandose la cabeza.

Jungkook se acomodo en el respaldar de la cama apoyando su espalda para mayor comodidad, mientras que Taehyung estaba al lado suyo hecho una bolita apoyado contra sus rodillas y manos sobre la cama como si de un cachorrito preocupado se trataba.

—Yoongi hyung fue kookie— le respondió con una sonrisa cuadrada que hizo adornecer el suave corazón del mayor.

Ahora más que nunca fueron cuando los pensamiento pesimistas le invadieron, estába siendo egoísta, No. Jungkook simplemente no quería ver a Taehyung con alguien más; pero se había prometido darle libertad para no encerrarlo ahora que la vida se lo había devuelto y con muchas sorpresas consigo mismo.

—Supongo que después tengo que agradecerle.

Ahí estaba de nuevo el silencio, vacío, incluso se podía decir que ellos podían ser los únicos en la casa.

—¿Dondé están los demás Taehyung?

—Oh... Yoongi y Jimin acompañaron a la tía al mercado para la cena—. Indicó en un susurro apagado.

Jungkook no pudo ignorar el hecho de que el castaño estaba desanimado, se pregunta si habría sido porque estuvo preocupado o había otra razón alguna.

Sus sentimientos estaban al borde de romperse, como iba a decirle que lo único que él deseaba era nada más y nada menos que encerrarlo en su habitación para que nadie más viera la imagen de cachorrito triste qué sus ojos veían ahora.

Quería abrazarlo, quería tenerlo de nuevo en su regazo y emprender su camino a esos labios, carnosos y acaramelados, siendo dulces sin ayuda de un labial, poder sentir la piel natural del chico con las yemas de sus dedos y apreciar esa imagen para siempre ante sus ojos.

Cruelmente, no es como que pudiera evitar lo que su corazón le incitaba a hacer, ¿por qué simplemente no podía hacerlo y ya? ¿Por qué su corazón lo retenía a hacer lo que quisiera con el castaño?

Simple, no es una persona normal u cualquiera de esos ligues que ha tenido por ahí, no...

Es porqué se trataba de Taehyung, una mariposa, una dé la qué se le ha arrebatado sus alas, una mariposa suave y delicada qué con el más mínimo toque que pueda darle a su delicado cuerpo siente que puede romperlo.

An angel above meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora